I+D

 

Dirección de Investigación de la Universidad de Concepción - Nº 22 -septiembre 2010

 

Portada
Editorial
Sumario
Versión PDF
Anteriores
 
Equipo
Contacto

 

PROYECTO FONDECYT

CAMBIO CLIMÁTICO Y DIVERSIDAD DE LAGARTIJAS

Los efectos del cambio climático sobre las poblaciones animales y vegetales han sido en los últimos años una preocupación en el mundo científico, más cuando los pronósticos señalan que entre el 20 y el 30% de sus especies se extinguirá irremediablemente si el calentamiento del planeta sigue su tendencia actual.

En nuestra Universidad, el investigador del departamento de Zoología, Pedro Victoriano, se ha hecho eco de esta preocupación, con estudios dirigidos a lagartijas chilenas del género Liolaemus. Con apoyo de Fondecyt, ha trabajado en la reconstrucción de los procesos demográficos y evolutivos de este grupo de lagartijas.

La idea de esta línea –explica el doctor Victoriano- es deducir, mediante modelamientos de nicho (la sumatoria de adaptaciones de una especie) los efectos generados por cambios climáticos del pasado, para estimar lo que puede ocurrir en el futuro.

Desde estos estudios, el académico aportó antecedentes sobre la situación chilena a un trabajo internacional –conducido por el investigador de la Universidad de Santa Cruz (California), Barry Sinervo- publicado en Science en mayo de este año.

Comparando información recabada en el pasado y datos recientes, el paper revela la notoria fragilidad de las poblaciones de lagartijas frente al cambio climático global y predice preocupantes cifras de extinciones -tanto de poblaciones como de especies en el mundo- atribuibles al fenómeno.

A diferencia de otros estudios sobre diversidad y cambio climático, el mérito del paper es haber aportado, de manera empírica, evidencia cuantitativa del efecto de éste en la extinción de poblaciones o especies completas.

La publicación incluye varias especies de lagartijas distribuidas en Chile, entre las que destacan como casos sensibles los singulares
policrótidosendémicos Pristidactylus torquatus, habitante típico de los bosques templados chilenos, llamado comúnmente lagarto de corbata; y Pristidactylus volcanensis, especie escasa y conocida sólo en la localidad cordillerana que le da su nombre, El Volcán (Región Metropolitana).

El doctor Victoriano señala que por sus bajos promedios de temperatura corporal, P. torquatus y P. volcanensis son algunas de las especies más expuestas a sufrir reducciones por el calentamiento global.

Y aunque en el pasado ha habido cambios en el clima, los generados por el hombre son procesos mucho más rápidos. En un contexto natural –explica el académico- al tener tiempo suficiente, los organismos generalmente responden migrando hacia ambientes térmicamente más favorables o bien se adaptan localmente a los nuevos ambientes con ajustes en el comportamiento y/o la fisiología. Pero cuando no tienen tiempo suficiente para adaptarse, las poblaciones reducen drásticamente sus abundancias, pudiendo llegar a la extinción.

“Las lagartijas, al ser especies termoreguladoras y altamente dependientes de la temperatura ambiental, requieren, por una parte, de umbrales de calor para activarse y, por otro, frente a excesos de temperatura, deben evadirlos permaneciendo mayor tiempo inactivas en refugios. Debido al calentamiento global, el ascenso comprobado de las temperaturas promedio a nivel local reduciría el tiempo disponible para que las lagartijas se alimenten y se reproduzcan al tener que permanecer más tiempo refugiadas e inactivas, lo cual tendría efectos más drásticos en especies que poseen menor tolerancia al calor”, señala.

Sinervo y colaboradores aplicaron modelos usando datos reales de
temperaturas corporales características para diferentes especies, asociándolas tanto a registros previos de extinciones, como a los incrementos térmicos en diferentes puntos del planeta. Los resultados a escala mundial son desalentadores: el estudio evidencia que casi el 4 % de las poblaciones desaparecieron desde 1975 y se espera que para 2080 la cifra alcance al 39 %.

En el mundo existen más de 5.100 especies descritas de lagartijas y en Chile son cerca de 107 especies distribuidas en su mayoría entre los 31 º S y 38º S, con un importante grado de endemismo que constituye un aporte importante al denominado al “punto caliente” de biodiversidad chilena.

Aunque estos reptiles no son un grupo tan emblemático y llamativo como los grandes mamíferos o las aves, son organismos singulares evolutiva y ecológicamente, con roles fundamentales en la dinámica
ecosistémica. Representan una biomasa importante en el planeta y, por ende, son componentes vitales de los procesos ecológicos naturales. La extinción masiva de lagartijas podría generar cambios en otras especies que estructuran las comunidades ecológicas, como la reducción colateral de sus depredadores o el incremento desmesurado de las que son sus presas. En el fondo, esto generaría desequilibrios más allá de las dinámicas que ocurren en la naturaleza.

Además, la tendencia de las especies de lagartijas hace suponer que el proceso estaría ocurriendo para otros grupos taxonómicos en todo el mundo, a lo que se suma el hecho de que aún no es conocida la totalidad de las especies que existen en el planeta, o que probablemente no se conocerán debido al calentamiento global, indica el doctor Victoriano.

Y aunque se espera que en Chile los efectos del cambio climático serán menos drásticos, porque las lagartijas tienen temperaturas corporales que resistirían bastante bien un incremento de la temperatura ambiental –considerando que en algunos éste será moderado- el investigador señala que no deja de ser preocupante lo que sugiere el modelo para el centro sur del país: las especies con temperaturas corporales en torno a los 29º C podrían tener un riesgo de extinción de sus poblaciones, de entre el 30 y 40% de aquí a 2080.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

[subir]

 

 

 
     
 
 
     
 
Universidad de Concepción
® Universidad de Concepción
Dirección de Investigación