CONSORCIO VINNOVA SESIONÓ EN LA UNIVERSIDAD
Por primera vez el directorio
del consorcio tecnológico de
investigación de la industria
del vino se reunió fuera de
Santiago. En esta ocasión
decidieron sesionar en la
Universidad de Concepción
como un gesto luego del
terremoto de febrero.
Si bien la industria del vino ha tenido un extraordinario crecimiento y
Chile ocupa el quinto lugar en ventas a nivel internacional, hoy se enfrenta
a una mayor competencia, debida al ingreso de países emergentes y al
repunte de productores tradicionales que habían perdido mercado.
Con el objetivo de desarrollar programas de investigación orientados a
potenciar la calidad, producción, diferenciación del vino y producción
sustentable, elaborando alternativas de producción innovadoras y viables
en términos económicos, de alto impacto para la competitividad del vino
chileno, en agosto de 2006 se creó el Consorcio Tecnológico Empresarial
para la Vid y el Vino, integrado por Viñas de Chile A.G., y las universidades
de Concepción y Católica de Chile, con el apoyo de Innova Chile (CORFO).
Bajo el nombre de Vinnova S.A., este Consorcio tiene como objetivo
general potenciar la industria vitivinícola chilena en la generación de
conocimientos y tecnologías innovadoras necesarias para fortalecer la
competitividad de la industria del vino en los mercados globales y aumentar
las exportaciones.
La gerente del Consorcio, Elena Carretero, destaca que se trata de una
institución “que desarrolla la investigación que está dentro de las
necesidades del sector. Se trata, obviamente, de un ciclo permanente.
Las necesidades de innovación en el sector van variando y nosotros tenemos
que ir acogiendo esas necesidades y desarrollando esos proyectos y
transferir los resultados de vuelta a la industria para que los pueda
adoptar”.
Carretero participó en la 40ª reunión de Directorio de Vinnova que, por
primera vez, se realizó fuera de Santiago. En esta ocasión decidieron
sesionar en la Universidad de Concepción en apoyo luego del terremoto
de febrero. “Nosotros nos reunimos
mensualmente desde hace cinco
años, fecha en que se creó este
Consorcio; como señal de apoyo a
nuestros socios de la UdeC y a la
Región del Biobío, por los daños
producto del terremoto, se realizó
esta reunión habitual en la zona”,
señaló en la ocasión Aníbal Ariztía,
presidente de Vinnova.
A la reunión también asistieron el
2º vicepresidente Juan Cury y los
directores Hernán Amenabar, Pablo
Morandé, Patricio Donoso, Claudio
Cafati, Alfredo Schiappacasse,
Federico Leighton (de la Universidad
Católica) y Marcelo Molina (de
nuestra casa de estudios).
En la ocasión, además de conocer
los avances de los proyectos
desarrollados por investigadores de
la UdeC, asistieron a las conferencias
Polifenoles en uvas y vinos: análisis
y predicción, a cargo de la
investigadora del Centro de
Biotecnología, Ninón Rojas, y
Gestión integrada del agua, dictada
por el director del Centro Eula,Óscar Parra y la investigadora de la
misma unidad, Claudia Ulloa
OCRATOXINAS Y
AUTENTICIDAD VARIETAL
La gerente de Vinnova señaló que,
luego de definir las prioridades de
la industria del vino, se están
desarrollando cinco líneas de
innovación e investigación en las
que se focalizan los nuevos
proyectos.
“La Universidad de Concepción ha
sido uno de los socios iniciales de
Vinnova; con ella hemos estado
trabajando un proyecto inicial y
después surgieron nuevas iniciativas
a cargo de investigadores de esta
casa de estudios, sobre todo
focalizados a la parte química. Y
con ellos hemos trabajado ya dos
proyectos que tienen que ver con
flavonoides y con ocratoxina”.
Ambos han sido desarrollados en la
facultad de Farmacia. El
investigador Dietrich von Baer
explicó que uno de ellos, el primero,
se refiere a la autenticidad varietal,
de modo de verificar la variedad
del vino en base a marcadores
químicos, llamados antocianos, que
le confieren el color característico,
y otros compuestos polifenólicos.“Otro tema que hemos desarrollado
con Vinnova y que ha tenido
financiamiento del Servicio Agrícola
y Ganadero, fondo Patrimonio
sanitario, es un estudio-diagnóstico,
a nivel nacional, de los niveles de
ocratoxina del vino, que es una
toxina causada por hongos. Hemos
desarrollado la metodología
analítica, la validamos y hemos
estado haciendo muestreo durante
tres años en todos los valles
vitivinícolas de Chile, en todas las
variedades; un total de más de mil
muestras”, dijo von Baer.
Agregó que los resultados señalan
que, comparada con lo que se ha
reportado en otros países, la
situación en Chile, en cuanto a
ocratoxina en vinos es muy
favorable. “Casi no podemos
detectar nada ya que los niveles son
muy bajos, más que los reportados
en cualquier otro país. El que
después nos sigue es Australia”.
Ambos proyectos están en etapa
terminal y se están en la fase de
formulación de nuevas iniciativas.
EFECTOS DEL TERREMOTO
El presidente de Vinnova, Aníbal Ariztía, señaló que luego del terremoto la principal pérdida del sector se produjo por roturas de estanques.
“Afortunadamente el terremoto fue antes de la vendimia y muchos de los estanques estaban vacíos, así que no hubo problema en recibir las uvas. No hay efectos de largo plazo. Los viñedos mismos no sufrieron daño”, señaló. |
AVANCE PARA LA CIENCIA
Para von Baer los consorcios vitivinícolas son un gran avance y apoyo no sólo para la industria del vino, sino también para el desarrollo científico y tecnológico en esasáreas.
“Cuando comenzamos a trabajar sobre vinos, hace catorce años, debíamos ir nosotros mismos a las viñas, una a una, y convencerlos de que participaran en nuestros proyectos. Costó mucha persuasión porque no éramos del ámbito vitivinícola. Hoy, con los consorcios, uno dialoga con sus representantes y con ellos conversa los detalles”. |
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