NUEVOS COMBUSTIBLES PARA EL FUTURO
La preocupación por la
búsqueda de nuevas fuentes
de energía cruza todas las
fronteras, no sólo por el
inminente agotamiento de las
reservas de combustibles
fósiles (factor que ejerce
presión sobre los precios),
sino también por las
crecientes exigencias en torno
a la protección del
medioambiente.
En el complejo escenario energético
actual, los gases biogénicos –los que
se obtienen por degradación de la
materia orgánica por la acción de
microorganismos en ambientes
anaeróbicos- se alzan como una
alternativa viable para la
producción de combustibles
renovables y amistosos con el
medioambiente.
Por eso han despertado gran interés
en el último tiempo, como se vio
en el Primer seminario internacional
sobre gases biogénicos como
combustibles para el futuro, que
tuvo lugar en nuestra Universidad
entre el 30 de junio y el 1 de julio,
organizado por la Unidad de
Desarrollo Tecnológico, UDT, centro
de investigación líder a nivel
nacional en la búsqueda de nuevas
fuentes energéticas.
El encuentro tuvo por objetivo promover el intercambio de información
científica y técnica entre centros de investigación, la industria y organismos
públicos y en él, expertos de Alemania, Austria, Bélgica, Finlandia, Holanda,
Suecia y Suiza presentaron las experiencias de sus países en la
implementación de proyectos de biogás, gasificación de biomasa y los
avances y desafíos que se proponen para la investigación en el área.
En Europa existen más de 80 plantas productoras de biogás, 53 de las
cuales alimentan a redes públicas de distribución de gas y se espera que
al finalizar 2010, otros 47 proyectos sean conectados a las redes de gas
natural.
Es en Alemania donde existen las mayores capacidades de alimentación.
Para fines de este año, el país espera inyectar, con 70 plantas, 54 mil
metros cúbicos de biometano por hora al sistema.
En tanto, Suecia –país en el que se encuentra la mayor parte de las plantas
procesadoras de biometano a nivel europeo- ha hecho un largo recorrido.
E-on, una de las empresas más importantes de este mercado, ha desarrollado
el proceso de gasificación de biomasa forestal para la producción de
biocombustible para el transporte, lo que constituye un aporte relevante
a iniciativas ambientales de la Unión Europea, como las que buscan reducir
en un 20% el uso de combustibles fósiles al 2020.
En Chile, los adelantos no son pocos. Justamente UDT se ha transformado
en un referente en la materia a través de dos proyectos que apuntan a la producción y uso de este tipo de
combustibles. A juicio de su director
ejecutivo, Alex Berg, en nuestro
país existen las herramientas para
asumir un rol protagónico en esta
materia, desde un punto de vista
de la investigación, la industria y la
aplicación.
Para Berg, en lo inmediato una
buena apuesta podría ser el
biometano, porque es el mismo
producto que hoy se usa como gas
natural. “Los temas de distribución,
los motores de combustión, las
calderas son iguales; por lo tanto,
no estamos introduciendo nada
nuevo en el mercado, sólo estamos
cambiando un producto norenovable
por uno que sí lo es”.
Además de ser un combustible
limpio, dice, ofrece proyecciones
en otros ámbitos, como la generación
de empleo y oportunidades para la
incorporación de la pequeña
empresa en el negocio energético.
Y materias primas no faltan: según
los expositores internacionales del
encuentro, Chile tiene un gran
potencial en su biomasa forestal y
en los desechos domiciliarios e
industriales, aún subutilizados.
Un ejemplo de ello, son los lodos
de plantas de tratamiento de aguas
servidas.
Pero eso no es suficiente. Desde el
mundo empresarial, se plantea la
necesidad de contar con incentivos
para desarrollar un buen modelo de
negocios y romper las barreras que
impiden la inserción de este tipo de
proyectos en el mercado.
Por eso, desde la experiencia sueca,
el gerente de Investigación y
Desarrollo de E-On, Owe Jonson,
afirma que un paso fundamental a
la hora de abordar estos temas
desde la perspectiva país, es
establecer una buena comunicación
y conformación de equipos de
trabajo entre quienes conocen los
aspectos técnicos y quienes toman
las decisiones. Y, en su opinión,
Chile tiene las condiciones para
establecer este diálogo.
El director ejecutivo de UDT
reafirma la idea al señalar que el
impulso de estas nuevas fuentes
energéticas requiere de la unión de
la academia y los sectores público
y privado. “Este no es un tema que
el mercado pueda resolver por si
mismo”, dijo.
PROYECTOS
UDT se encuentra trabajando desde
2009 en el proyecto Fondef
Generación y uso de gases
biogénicos en Chile como sustituto
de gas natural (SNG) para la región
del Bío Bío, que estudia la
posibilidad del uso de metano
biogénico obtenido de materias
primas renovables, a través de la
degradación anaeróbica de biomasa
residual – excrementos animales,
lodos de plantas de tratamiento de
aguas e incluso materia orgánica
contenida en la basura doméstica o
por gasificación de biomasa forestaluna
forma sustentable y amigable
de producción con el medio
ambiente.
La iniciativa se lleva a cabo en
colaboración con Gas Sur, Wetland
y UTEC-GmbH, de Alemania.
La Unidad además es parte del
proyecto Metano biogénico como
combustible vehicular, también
financiado por Fondef. En marcha
desde este año, esta investigación
consiste en el desarrollo de un
proceso innovador de
acondicionamiento y purificación
de biogás mediante membranas;
incluyendo, además, la alternativa
de uso de biometano, con
definiciones técnicas y económicas
para que su implementación a nivel
productivo sea una opción real al
diesel y gasolina.
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