Laboratorio de Análisis de Superficies
Los avances de la tecnología han convertido al ingeniero en un profesional cada vez mejor equipado con el rigor del método científico y con la capacidad de ver los fundamentos de los problemas que enfrentan a diario.
Esta es la tarea que mueve al doctor Pedro Toledo, del Departamento de Ingeniería Civil Química de la Facultad de Ingeniería de la Universidad, y a un equipo de profesionales y estudiantes de pre y postgrado del Laboratorio de Análisis de Superficies y su Interacción con Fluidos, ASIF.
Comprender los fenómenos a una escala microscópica y submicroscópica, cuando corresponde, ha sido un desafío impuesto por una tendencia que incorpora los avances que vienen de los mundos de la matemática, de la física, la biología, la química y la informática. Se trata de poderosas herramientas que complementan el trabajo de los profesionales del ingenio y de la experiencia.
“Nuestro objetivo es tratar de entender procesos de la materia para hacer cosas nuevas y para saber qué hacer cuando lo establecido funciona mal... de manera de anticiparse, de predecir”, explica el profesor Toledo. Es un esfuerzo que se refleja no sólo en la llamada investigación básica, sino también en el aporte al desarrollo de la industria con experiencias exitosas en el área de la celulosa y del papel y de la gran minería del cobre, por citar algunos ejemplos.
Investigación
El trabajo de los científicos se ha centrado en el estudio de los fenómenos de flujo y transporte en materiales porosos a escala microscópica; en el desarrollo de micromodelos transparentes de materiales porosos –lo que permite “ver” los fenómenos a escala microscópica; en la simulación molecular de fases sólida, líquida y gaseosa, sus nucleaciones y transformaciones; y en la medición directa de fuerzas moleculares entre superficies macroscópicas separadas por distancias nanoscópicas en ambiente fluido controlado.
Pero eso no es todo. En materia de investigación fundamental el desarrollo de nuevos materiales ocupa un lugar importante. Esto es, experiencias como recubrir sustratos con una capa ordenada de moléculas orgánicas que pueden dar un carácter insospechado al material original, siempre a nivel microscópico. Así, por ejemplo, ya hay experiencias que provienen del mundo de la nanotecnología sobre la creación de vidrios “inteligentes” capaces de filtrar el exceso de luz y sobre materiales con propiedades “lógicas” cuyo uso estaría destinado a una nueva generación de medios para almacenar información. Toledo aclara que en el Laboratorio esperan recursos para desarrollar dispositivos que usen estas tecnologías. Por lo pronto el interés se centra en estudiar estos nuevos materiales y sus propiedades.
Finalmente, el desarrollo de instrumentos se ha convertido en un área importante, al adaptar tecnologías, crear sus propias herramientas y disminuir costos.
Industria
Según Toledo, esta experiencia les ha permitido establecer una buena relación con el mundo productivo, especialmente en un tema que no se cansa de recalcar: La importancia de entender los fenómenos en la escala microscópica en la que se producen. Asegura que ésta es una visión cada vez más valorada que, tanto desde su laboratorio, como desde otras unidades de la Universidad, se han preocupado de transmitir a la academia en el pre y postgrado.[subir]
Persona y tecnología |
En un laboratorio en donde los equipos son de alta complejidad y cuya inversión supera largamente el millón de dólares, sus técnicos y especialistas son una pieza clave:
Profesionales:
-Carolina Eyzaguirre, Ingeniero Civil Químico.
-Sebastián Díaz, Ingeniero Civil Químico.
-Orlando Parra, Químico.
-Solange Figueroa, Químico Analista.
Estudiantes de doctorado:
-Sergio Acuña
-Jorge Saavedra
-Ariel Narváez
Estudiantes de Magíster:
-Alberto Germany
Estudiantes de Pregrado:
-Valeria Saavedra
-Sergio Matus
-Eduardo Pincheira
-Philippe Loubies |
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