Riqueza mineral, riqueza permanente

El subsecretario de Minería, Mario Cabezas, despeja algunas de las inquietudes sobre este nuevo impuesto cuyo destino será la investigación científica y tecnológica en las más variadas áreas del conocimiento.

Después de las discusiones vino el consenso. No hay duda de que el mundo político dio una clara señal de valorar el impacto de la investigación científica con el desarrollo del país al aprobar la ley del royalty y proponer un fondo que la potencie.

La votación parlamentaria del 18 de mayo, de 98 preferencias a favor, una en contra y una abstención, es una demostración de este convencimiento que el subsecretario de Minería, Mario Cabezas, destaca como una fórmula que mira hacia el futuro.

En entrevista con I+D, el subsecretario explicó los alcances de esta normativa.

¿Cree usted que destinar los fondos recaudados por el impuesto específico a la minería a innovación tecnológica facilitó su aprobación en el Congreso?

Son dos cosas diferentes. Una es la recaudación adicional por el uso de un recurso no renovable que se buscaba mediante el impuesto específico, y otro es un proyecto que actualmente está en el Congreso que crea un Fondo Para la Innovación en Inversión en Recursos Humanos. Ahora, la idea es efectivamente transformar lo que hemos dicho, la riqueza mineral, en riqueza permanente, que será la investigación, la innovación tecnológica y la formación de capital humano, que tanto aportarán a Chile, especialmente cuando ya no contemos con los minerales. En este sentido, es indudable que el proyecto presentaba una positiva visión de futuro que fue acogida mayoritariamente por todos los sectores políticos con representación parlamentaria.

¿Es este un signo que permite entender que existe un consenso por mejorar la capacidad científica y tecnológica del país?

Yo creo que hay bastante consenso, y eso se demuestra con la amplia votación que tuvo el proyecto. Ahora, es natural que haya diferentes opiniones en cuanto a cómo ocupar los recursos, en qué regiones, en qué actividades, etc. Lo importante es que como país tenemos conciencia de que hay que realizar esta inversión, y no tengo duda en que seremos capaces de aprobar el mejor proyecto posible para el Fondo de Innovación.

Esta nueva ley permite discutir la creación de este Fondo de Innovación ¿la minería debe ser una área prioritaria para la canalización de estos fondos?

El objetivo del fondo –que no es un proyecto que depende del Ministerio de Minería- es potenciar aquellas áreas productivas de nuestro país en que tenemos ventajas competitivas y grandes proyecciones hacia el futuro, estoy pensando en temas relacionados como laagricultura y lo forestal, los vinos, la pesca, los salmones, etc. Por cierto, la minería deberá competir con sus proyectos.

¿Cree usted que el país tiene claras sus prioridades en materia de innovación tecnológica?

Como le decía en la pregunta anterior, el país ha desarrollado capacidades en algunas áreas específicas y en las regiones también. Ejemplo de ello es el complejo industrial petroquímico de la Octava Región. En consecuencia, serán aquellas áreas que ya estamos trabajando exitosamente donde podemos comenzar a desarrollar la innovación, aunque sin cerrarnos a las nuevas posibilidades que está generando el hecho de que Chile esté más integrado al mundo y consolidado como país exportador.

¿Cree que la mejor fórmula para distribuir estos recursos es un sistema de fondos competitivos?

Hay un proyecto en el Congreso, veamos las indicaciones que harán el Ejecutivo y los parlamentarios, y aprobemos el mejor proyecto que acordemos entre todos los sectores. A esto aspiramos.

Se habla de destinar parte de estos recursos a las regiones de origen de los impuestos ¿Habrá espacio para privilegiar una descentralización de estos recursos?

Todas las regiones serán beneficiadas con esta iniciativa. La tramitación del proyecto, que esperamos sea pronto, permitirá conocer y analizar, las posibles distribuciones que en definitiva se adopten.

Hoy la participación pública en el financiamiento de la investigación en Chile es superior a la del sector privado ¿Qué papel debe asumir este último sector en los próximos años? ¿Bastan los aportes públicos para avanzar?

Déjeme decirle que existe en nuestro país un esfuerzo en innovación que debemos potenciar como factor competitivo, lo que se refleja en que tenemos una baja tasa de gasto en investigación y desarrollo como porcentaje del PIB. Mientras que Chile invierte sólo el 0,7% del PIB en I+D, países como Finlandia y Suecia invierten más de seis veces dicho porcentaje. Más preocupante aún: el esfuerzo relativo del sector privado es especialmente bajo. Así, mientras que en Chile sólo 1/3 del gasto total en I+D es privado, en Finlandia y Suecia es 2/3. Creo que debemos aspirar a replicar los buenos ejemplos que tenemos a la vista, como lo han hecho varios países europeos desarrollados. [subir]

Royalty II

La Ley 20.026, relativa al impuesto específico a la minería, más conocido como Royalty II, considera que este es un recurso no renovable, que constitucionalmente es propiedad de todos los chilenos, y que su explotación genera rentas económicas. El objetivo es destinarlo a investigación científica, innovación tecnológica y formación de capital humano, fortaleciendo las capacidades competitivas existentes en el país y sus regiones.

Para ello –y dependiendo del precio del cobre- se proyecta recolectar alrededor de US$ 150 millones anuales, los cuales irán a un Fondo de Innovación Tecnológica. De los recursos, un porcentaje se destinará a las regiones mineras, otro a regiones en general y un porcentaje mayoritario a nivel nacional (que incluye a las regiones mencionadas anteriormente).

El impuesto contempla el cobro de un 5% de las utilidades operacionales para las empresas que tengan una producción vendida desde 50 mil toneladas de cobre fino al año o su equivalente en otros minerales. Las que produzcan menos de 12 mil toneladas serán excluidas y las que produzcan entre 12 mil y 50 mil pagarán a tasas diferenciadas.