Tradición y buenas expectativas
Con tres facultades y 49 años de existencia, el campus Chillán tiene su mayor fortaleza, en términos de investigación, en las áreas relacionadas con el sector agrícola, existiendo una fuerte vinculación con el área privada, base del binomio universidad-empresa para el desarrollo local.
Para el director del Campus, Fernando Bórquez, el nivel de investigación en las tres facultades es muy bueno, con el desarrollo de proyectos muy interesantes; sin embargo, sostiene, muchos de ellos adolecen de un problema generalizado: la investigación no termina con la publicación.
“Particularmente en el sector agrícola, hay pocas alternativas de publicar en revistas ISI, lo cual es una diferencia comparado con otras áreas del conocimiento. En Chile, prácticamente no hay publicaciones ISI en esta disciplina, lo cual dificulta lograr este tipo de requisitos. A pesar de ello tenemos una publicación local: Agrociencias, revista que se viene trabajando desde hace tiempo con el propósito de incluirla dentro de las ISI”.
En términos de proyectos concursables, Bórquez señala que en el Campus ha sido muy eficiente en lograr proyectos Fondef, particularmente en la facultad de Agronomía. “Existe, también, un fuerte apoyo de proyectos FIA que son específicamente agrícolas. También hay proyectos Innova Bío Bío y algunos Fontec”.
En el campus Chillán la relación universidad-empresa es muy estrecha porque las áreas del conocimiento que se desarrollan en esa unidad académica aparecen como muy interesantes para el sector privado, ya sea en términos individuales o como agrupaciones.
“Hoy casi todos los proyectos de financiamiento importante incluyen a las empresas. La experiencia que tenemos de riego, de frutales, de lo ganadero, ha sido súper fuerte con empresas, desde comunidades de pequeños agricultores a grandes empresas industriales”. [subir]
Buenos investigadores
A juicio de Bórquez, existen buenas proyecciones en áreas de desarrollo como la producción y exportación de carne, con la concreción de un Centro de la Carne en Chillán, donde las facultades de Agronomía y Medicina Veterinaria tienen bastante que aportar en conjunto con el INIA.
“En términos de proyección, creo que el Campus tiene un equipo de investigadores bastante bueno. Creo que el nivel de las personas que están obteniendo grados es cada vez mayor; tenemos un alto porcentaje de personas con estudios de posgrado, y otros que se están iniciando, lo cual nos da un nivel académico de primer nivel. Esa gente está participando cada vez más en proyectos y esperamos que la proyección sea mejor”.
Algo que, según el director del Campus apoyará esto es que, a partir de octubre, la dirección de Investigación tiene en Chillán a un representante: Javier Cáceres, quien tiene entre sus tareas encargarse de promover, contactar y facilitar la presentación de los proyectos de investigación. Esto allanará además los contactos con las empresas privadas que están asociadas a prácticamente todos los proyectos desarrollados por el Campus. [subir]
Proyectos menores
“Existen también proyectos de índole menor, pero que si uno los suma son bastante significativos, los que se traducen en convenios con empresas privadas para el desarrollo, por ejemplo, de pesticidas o productos farmacológicos. Hay muchos proyectos que generan una gran cantidad de investigación y que no están dentro del marco general de proyectos Fondecyt o Fondef; son proyectos internos que no tienen una nominación oficial”.
A juicio de Bórquez, eso sería importante normarlo, ya que constituyen una parte no despreciable de la investigación y como tal deberían tener un reconocimiento oficial a través de la dirección de Investigación. [subir]
Exigencias internacionales
Para el director, las líneas de desarrollo del Campus están suficientemente claras, ya que existen fuentes de financiamiento que requieren de la participación de una unidad especialista en investigación, como la Universidad, y la participación de la empresa privada. “Así se van creando vínculos que se transforman en proyectos, después se elabora otro y desde ese punto de vista creo que nuestro futuro es bastante promisorio, porque están los recursos, la gente preparada y las empresas que cada vez van necesitando mayor cantidad de investigación”.
A ello se suma el creciente nivel de exigencias, producto de los convenios internacionales, que enfrentan sectores como el agropecuario. Entre ellas figuran las normas PABCO (Predios Agrícolas Bajo Control Oficial) para la carne y las BPA (Buenas Prácticas Agrícolas).
En el caso de PABCO está presente también el tema de la trazabilidad, de manera de conocer antecedentes genéticos de la cría, su manejo alimenticio y farmacológico, que den plena seguridad de que no tienen aftosa ni vaca loca. Esa es una exigencia del mercado internacional y a eso hay que llegar para entrar a ese mercado.
“En todo este proceso también aparecen una serie de exigencias que significan introducir metodologías más intensivas de producción: sistema de riego o de fertilización especiales. Se está trabajando para determinar ciertos aspectos productivos a nivel satelital, la geomática. A través de estas cosas se está llegando a agricultura de precisión. Nosotros, como campus, en el área agrícola tenemos la capacidad de dar respuesta a los requerimientos de sector privado y también a la de los estudiantes e investigadores”. [subir]
Desafíos
Para Bórquez, tres son los desafíos principales, en el área de investigación, que deberá enfrentar durante su período:
- Mejorar el número de publicaciones. “Si las facultades dan más énfasis a eso, tendremos resultados a corto plazo”.
- Oficializar los proyectos con convenios que no son presentados a fondos concursables, y que se realizan con empresas privadas. “Ese tipo de actividades debieran oficializarse, porque si no, falsea y subvalora la verdadera investigación que se realiza en las facultades”.
- Incrementar y mejorar el número de proyectos, lo que es posible con la existencia del representante de la dirección de Investigación.
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