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Dirección de Investigación de la Universidad de Concepción - Nº 8 - Enero 2005

 

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Congreso Internacional IDEAS CONIDEAS

El emprendimiento tiene decidido respaldo

Todas las herramientas para motivar la mentalidad emprendedora salieron a la luz durante el III Congreso Internacional IDEAS CONIDEAS,que tuvo por sede a la Universidad de Concepción el 3, 4 y 5 de noviembre pasado.

Esta actividad dio continuidad a un esfuerzo que inició la Universidad Politécnica de Valencia, España, en mayo de 2002, con la misión de servir de espacio de intercambio de experiencias y prácticas en materia de creación de empresas, con actores de los mundos universitario, privado y público.

Los organizadores concluyeron en la necesidad de seguir en este camino, especialmente al destacar la excelente plataforma que representa la Octava Región gracias a esfuerzos como el de la Universidad de Concepción, en donde convergen varios de los factores que mejor aseguran el respaldo a las ideas innovadoras.

La presencia de incubadoras de empresas, de instituciones superiores dedicadas a la investigación, de parques tecnológicos, como la Unidad de Desarrollo Tecnológico, y un gobierno abierto a impulsar estas iniciativas (con fondos como Innova Bío Bío de Corfo),son parte del entorno que los expositores destacaron en todo momento. [subir]

Director Fondef

En materia de grandes lineamientos, el director del Fondo de Fomento de la Investigación Científica y Tecnológica (Fondef), Jorge Yutronic, explicó que todos los esfuerzos por impulsar el emprendimiento tienen directa relación con “introducir a Chile en la sociedad del conocimiento”.

Destacó que para ello el propio gobierno se ha propuesto como meta para el Bicentenario la integración de posgraduados en el mundo de la empresa y de impulsar la creación de consorcios tecnológicos.

Esta última iniciativa, que en los próximos tres años tendrá aportes por 25 millones de dólares, permitirá que el gobierno, las empresas, las universidades y/o instituciones técnicas se asocien para abordar problemas de importancia estratégica para distintos sectores, como elforestal, minero, acuícola, sanitario o de manufacturas.

“Ya hay experiencias nuevas con mucho futuro”, señala Yutronic, poniendo como ejemplo el desarrollo de la biotecnología en Concepción.

Pero reconoció que los recursos de que hoy dispone el gobierno parecen insuficientes para alimentar la dinámica innovadora del país. “Creo que Chile tiene capacidades notables especialmente cuando está exigido... y a pesar de que es criticona, la gente trabaja mucho. Entonces, en Chile hay un potencial innovador que se está desencadenando”, agrega.

Señalaque podría haber más aportes para sustentar económicamente esta aspiración, “pero el Estado no puede invertir más de la noche a la mañana”.

Pese a ello, Yutronic explica que hay un proceso de comprensión del fenómeno: “Hay una idea en el sector político que entiende que debe invertir en innovación tecnológica. Y ese es un síntoma positivo de cambio de mentalidad en la clase política”.

Respecto del aporte de las incubadoras de empresas al emprendimiento, destacó que aún es muy temprano para sacar conclusiones. En China, por ejemplo,han dado un salto gigantesco en la creación de empresas cuando las incubadoras están asociadas a varias universidades y han compartido recursos para generar sinergia... “No se sabe cómo va a terminar esto en Chile, no hay que apresurarse... pero no me cabe la menor duda de que en dos años más habrá resultados”.

Yutronic concluye: “Los próximos años de la década pueden traer un cambio espectacular para el país... está por verse si ganamos este partido”. [subir]

Más incubadoras

Para el gerente del Fondo de Desarrollo e Innovación, FDI-Corfo, Pedro Sierra Bosch, las incubadoras de empresas son de gran importancia.Mostró su confianza en estos mecanismos y destacó que en 2005 impulsarán un plan que permitirá que el país entero esté cubierto por los servicios de alguna incubadora. Así, de 12 incubadoras que operan este año, el próximo cerrará con 24: “Vamos a desarrollar programas complementarios, ya sea al apoyo de redes, a la formación de gente, en particular con fondos de la Unión Europea (UE) y tendremos mayores recursos para los programas de capital semilla en particular”.

Sin embargo, cree que aún hay muchos aspectos que mejorar: “Nuestra evaluación es que hemos avanzado en la integración de actores relevantes para el desarrollo del tema (emprendimiento), pero hay ámbitos relativamente atrasados, como la formación de capacidades, la capacidad de gerenciamiento al interior de las incubadoras, que nos hace pensar que hemos invertido un tiempo en desarrollo de un proceso de aprendizaje que aún ha sido lento”.

Sierra piensa que el tema es “cómo uno lo hace para potenciar estas instituciones y ponerlas a trabajar de manera más rápida. Llevamos tres años de trabajo. Cuando uno correlaciona el número de nuevos emprendimientos con la inversión en capacidades, la relación no sale muy bien parada. El punto es cómo lo aceleramos y aprovechamos este impulso de institucionalidades más fuertes para avanzar más rápido”.

Respecto de las incubadoras que han demostrado éxito, su propuesta es fortalecerlas.

En Chile la apuesta es que las iniciativas de apoyo a los emprendedores muestren sus mejores resultados dentro de un par de años. El Congreso IDEAS CONIDEAS sirvió para recoger la experiencia que otros países tienen en esta materia.

José Luis Alonso, director del programa Ideas de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), se refirió alo que están haciendo para respaldar aquellas iniciativas que pueden pasar del mundo científico al empresarial.

Alonso advierte que sólo a partir del desarrollo es posible obtener productos o servicios comercializables y esa base la brindan, en la UPV, 180 grupos de desarrollo que operan al alero de 16 institutos de investigación.

Con tal cantidad de información, la estrategia adoptada fue la de crear una Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación que se encarga de recoger antecedentes de todos los proyectos en marcha: “A partir de esta información hacemos un seguimiento y vamos detectando aquellos desarrollos que están en fase precomercializable para hacer un primer estudio de su protegibilidad; es decir, de cómo se puede proteger con patentes u otras maneras, y también de si es posible llevarlas al mercado”.

Según Alonso, “hay un proceso permanentemente en marcha de detección, valoración y evaluación y después de implementación, sea en forma de creación de empresas o de ventas de las nuevas tecnologías”.

Para tener éxito en este proceso dentro de las universidades, Alonso cree necesario un ambiente en que los académicos prediquen con el ejemplo y que se entienda que el emprendedor tiene un alma rebelde: “Es alguien que permanentemente quiere hacernos cambiar, y a quien hay que escucharle, aceptarle e intentar ayudarle en aquello que tenga sentido, siempre siendo muy pragmático y trayendo muy bien los pies a tierra”.

Estima que en España y en América Latina los retos son muy similares: “Uno de ellos es aprender a reconocer que la persona que no consigue éxito en un proyecto no es un fracasado, sino que intentó un proyecto y que además aprende con él”.

Otro reto, dice Alonso, es el de instaurar en nuestras instituciones, incluida la familiar, esta actitud de aceptación de la persona emprendedora y esta actitud de aceptación de la innovación: “Las mamás en lugar de buscar puestos fijos de funcionarios para sus hijos, deben ayudar a sus hijos a ser independientes y a hacer su propio futuro y, sobre todo, aprender que hoy más importante que encontrar trabajo para uno mismo es encontrar trabajo para otros en nuestra propia comunidad”. [subir]

Ganar-ganar

Pero el emprendimiento no tiene lugar sólo como empresario. Joe Boeddeker dice que un profesional, cualquiera que este sea, debe estar dispuesto a innovar donde quiera que esté.

Destaca que las universidades son excelentes facilitadoras de estos procesos de formación, especialmente porque deben estar atentas a la intervención de otros agentes, como lo son los inversionistas, la gente de negocios y otros innovadores: “Son personas que necesitan estar juntas también en el ámbito informal”.

Boeddeker asegura que gracias a estas redes “es posible comenzar una relación de ganador-ganador” en donde todos sus miembros resultan beneficiados.

Y aunque las relaciones humanas son un factor clave, agrega Boeddeker, otro elemento de suma importancia es el aporte de las tecnologías: “Las universidades están mejor equipadas para empacar las tecnologías y convertirlas en negocio”.

Pero advierte que hay que tener algunos cuidados porque se trabaja “con la pasión de los emprendedores y si no están las condiciones de entorno en plazos razonables para alcanzar metas, el interés puede perderse”.

Estima que, desde el punto de vista del financiamiento, invertir en innovar es de alto riesgo: “Entonces, el gobierno debe dar un apoyo fuerte en la partida para generar las mejores condiciones de entorno”. Pero también hay que estar seguros de que estas inversiones realmente generen riqueza estable y no sólo trabajo temporal, recalca Boeddeker.

Para medir el éxito de una iniciativa, él cree que cinco años son un plazo razonable... “se necesita tiempo para ver el progreso”. Pero destaca que el mejor indicador es la existencia de inversionistas interesados. “Una forma de presentarlo es si los inversionistas están o no esperando en las puertas de las incubadoras para ver dónde ponen su dinero”. [subir]

Tecnología

Austin Beggs, director del Parque de Investigación Innovation Place, de Canadá, no hizo más que demostrar con hechos que la creación de espacios adecuados para el encuentro de innovadores, gobiernos, inversionistas y tecnologías son un seguro de éxito.

El gobierno local de Saskatchewan sostiene dos parques de investigación (Saskatoon y Regina) considerados las más exitosas experiencias de su tipo en Norteamérica.

Según Beggs, Innovation Place tiene por misión dar un soporte comercial a la investigación y al desarrollo en la comunidad en que están emplazados sus centros. Y el éxito ha sido tal, que las cifras lo demuestran con un staff de 2.000 puestos de trabajo en 116 organizaciones relacionada a Innovation Place.

Beggs agrega que la experiencia les ha enseñado lo importante de mantener una activa trama de relaciones que dé un solo cuerpo a los actores del mundo universitario, los emprendedores, los inversionistas, al gobierno y a las tecnologías asociadas a ellos.

Desde los encuentros sociales en los que participa la comunidad local hasta las reuniones de negocios son parte de esta trama, asegura. Y con tales resultados que los beneficios no sólo se expresan en puestos de trabajo, sino con un aporte anual estimado en 248 millones de dólares a la a la economía de Saskatchewan.

Para estos resultados, dice Beggs, el equipamiento tecnológico es fundamental... y el de la Universidad de Concepción tiene las condiciones necesarias para un trabajo de calidad, destacó.

Para él, la mejor forma de medir resultados es con los aportes que en el largo plazo reciben los gobiernos... y esa contribución se mide en los mayores ingresos por los impuestos que genera la nueva actividad económica.

 

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