¿Qué pasa...
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Por otro lado,
en todo programa que se tilde de “entretenido” aparecen
mujeres con mínimas vestimentas e intentando mostrar casi todo lo que
pueda mostrarse y más. Los “divos” de las telenovelas y
del Axé muestran sus torsos desnudos haciendo movimientos que, si recordamos
como se criticó a Elvis Presley por su estruendoso movimiento de caderas,
hoy con lo que sucede, debe estar revolcándose en su tumba.
Entonces, ¿Cómo
podemos negar algo que es tan intrínsico
a la sociedad chilena? El gusto por mirar, el amor a ver más allá de
lo que deja ver nuestra ropa. Algo tan disonante como que, si se nos habla
de la menstruación femenina nos ponemos colorados e intentamos desviar
la conversación, pero si escuchamos un titulo como el de la película “Sexo
con Amor”, somos los primeros en la fila de la boletería para
saber que es lo que va a mostrar; no específicamente para criticarla,
sino sólo por el gusto de saciar nuestra curiosidad. Tanto que se habla de los principios
y valores de la persona, y resulta que con el sólo
hecho de no reconocer nuestros deseos carnales, estos principios
se van directamente al
tarro de la basura. Por un lado decimos que esto va contra
nuestros principios, pero por otro lado gozamos con las escenas
eróticas que se nos muestran en la pantalla.
Sexo, palabra complicada para
la mayoría de nosotros,
siendo que es tan simple como la “condición
orgánica que distingue al macho de la hembra”.
En otras palabras, cada uno de nosotros y todo lo que nos
obliga a relacionarnos para poder reproducirnos.
¿Por que tiene que ser tan difícil que aceptemos
nuestra condición, y la desvirtuemos tan fácilmente?
El que seamos un país tercer mundista nos deja una
pequeña esperanza. Si alguna vez, dentro de esas casualidades
que tiene el destino llegásemos a ser un país
del primer mundo, quizá logremos aceptarnos y aceptar
a los demás desde este punto de vista. Tomare una
silla y me sentaré a esperar ese momento.
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