PROYECTO DE TITULO
 
 

                                EDIFICIO PARA FACULTAD DE ARQUITECTURA
                                        UNIVERSIDAD DE CONCEPCION
 
 

Pensar en un edificio para la enseñanza de la arquitectura impone en sí un desafío para ella misma, ya que al enseñar la arquitectura se intenta transmitir una experiencia espacial, una percepción particular de un entorno físico y mental, que un hombre es capaz de recoger de un contexto definido y conceptualizar en un criterio o idea espacial.

Intentar transmitir una experiencia espacial, esencialmente individual e intangible, requiere contar con un referente físico tangible, que genere un primer acercamiento a la idea de espacio arquitectónico y gracias al cual, se pueden comenzar a entender las relaciones básicas que el hombre establece con su entorno inmediato, dentro de una realidad mayor de relaciones espaciales, en las cuales no se pueden entender las partes por separado ó unas sin las otras.

El edificio para la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Concepción busca recoger este principio, tratando de formar parte activa del proceso de la enseñanza de la arquitectura. La idea es que el edificio se convierta en un gran taller de arquitectura, un envolvente que cobije íntegramente toda la actividad que se desarrolle en la carrera y en cuya expresión formal, funcional, espacial y estructural, se vean reflejados los criterios y conceptos espaciales básicos que se tratan de enseñar, a modo de un primer vocabulario espacial: Escala y proporción, ritmo y movimiento, interior y exterior, espacio y sub-espacio, pantallas, planos, límites, proyecciones espaciales, etc.

El alumno Sr. Roco entre el Sr. Ricardo UTZ -Director                  Con los compañeros y amigos

y los Arquitectos A. Zelada y P. Orellana

En términos muy generales, la descripción de los principios que dan origen a este proyecto se pueden sintetizar de la siguiente manera:

La ubicación y emplazamiento del edificio busca establecer un hito formal dentro del sector sur del campus, marcando el punto de inicio, o término, de la volumetría consolidada; ayudando a definir el sentido de borde irregular, que filtra la actividad urbana hacia el interior de la universidad, y definiendo espacios exteriores claramente delimitados. La idea para el ordenamiento espacial del área se apoya en estas condiciones y se consolida con un sentido claramente diferente al del resto del ordenamiento del campus (que se apoya en una estructura espacial geométricamente establecida), intentando además, potenciar un nuevo polo de actividad para el desarrollo de la vida universitaria.

La conceptualización espacial del edificio es la integración, entendida como la posibilidad de generar un corazón para el trabajo docente- un espacio motor que bombee vitalidad, que se constituya en el punto de reunión de toda las actividades que desarrolle la carrera, y donde se realice el intercambio de experiencias y el aprendizaje práctico de la arquitectura; punto desde el cual se proyecta su labor hacia el exterior inmediato, estableciendo un continuo de interrelaciones y retroalimentaciones mutuas con el entorno.

La idea formal es reinterpretar las tipologías tradicionales de los edificios presentes en el campus universitario, fusionándolas en un solo cuerpo; planteando una solución de integración que se traduzca en la aparición de edificios más amables y respetuosos del contexto arquitectónico que la universidad posee. La fragmentación de las formas del edificio responde a un criterio de identidad en donde cada una de las partes se individualiza espacial, funcional y estructuralmente dentro del conjunto, dándole a éste gran dinamismo y movimiento en su lectura, tanto en su expresión horizontal como vertical.

La idea funcional es responder a criterios de seguridad en la evacuación y en el desplazamiento interno por las diferentes dependencias del edificio, reforzando al mismo tiempo la idea espacial, al participar directamente del espacio de integración.

El criterio estructural se relaciona con la necesidad de contar con una espacialidad de gran flexibilidad en su uso y distribución, de modo que la estructura admita libertad en la configuración de los espacios interiores, futuras ampliaciones y un crecimiento del edificio por etapas. Junto con ello, la idea estructural ayuda a potenciar y consolidar el principio formal de las partes identificables, estableciendo una relación dinámica entre estructuras rígidas (hormigón armado) y estructuras flexibles (acero) que se van enganchando y conteniendo en una expresión de movimiento donde los volúmenes adquieren identidad y presencia individual.

Maqueta del proyecto

Definir un proyecto de edificio en el que se puedan materializar estos principios espaciales, funcionales, formales y estructurales, y donde además, cada uno de ellos sea entendible sin aminorar al otro, conduce de modo paulatino a una arquitectura comunicante; una arquitectura que interacciona con su usuario y espectador, que requiere de una búsqueda e interpretación personal para ser entendida y que en definitiva, busca transmitir y hacer tangibles ideas espaciales con sentido.

La arquitectura es comunicación, es un intercambio de ideas y experiencias espaciales entre el elemento construido y el usuario, entre el espacio creado y la percepción de éste; es una conversación fluida y constante en la cual todos los que de alguna forma nos relacionamos con ella, nos sentimos involucrados; conversación que podemos y debemos tratar de guiar hacia un plano en el que resulte un entendimiento común.
 
   
 

                Miguel A. Roco Ibaceta
Primer arquitecto titulado de la Universidad de Concepción
 

Nota: El alumno Sr. Miguel Roco alcanzó distinción máxima y es el primer arquitecto titulado por  la Carrera de Arquitectura de la Universidad de Concepción, este proyecto contó además  con excelentes comentarios de la comisión.