NOTA EDITORIAL
 
 

En estos días, hace frío en Concepción, recientemente han habido inundaciones en todo el sur de Chile y al parecer la imagen de familias que deben dejar sus hogares para compartir albergues colectivos volverá a ser la noticia que este invierno nos traerá en forma reiterada. La lluvia, el viento y el frío nos recuerdan lo básico que resulta contar con el cobijo de un hogar, entendiendo como tal, un lugar que además de brindar protección de las duras condiciones del clima, sobre todo en estos meses en que arrecia el mal tiempo, no permite organizarnos y crecer en familia.

Recientemente se ha dado inicio a una campaña nacional para dotar de mediaguas a cientos de familias chilenas, las cuales viven hoy en precarias edificaciones hechas con materiales de deshechos y emplazadas en lugares que no cuentan con las más mínimas condiciones de salubridad. La pobreza, en especial esa pobreza que sufre lo indecible en estos días de crudo invierno, es una vergüenza para un país que tiene pretensiones de ser uno de los más desarrollados de esta parte del mundo. Ello resume  nuestra miseria como nación, y revela nuestra poca solidaridad con aquellos que no pueden bailar al compás de economías que no entienden.

La iniciativa de dotar de mediaguas, es una iniciativa loable que enaltece a sus promotores, y por ello este Boletín expresa su decidido apoyo y espera que los resultados sean un éxito, pero hay una tarea pendiente, una tarea de mediano plazo y que es lograr transformar esas mediaguas en viviendas dignas, en edificaciones capaces de contener hogares para acoger familias de escasos recursos en forma permanente, esa tarea depende también de los arquitectos.

Con esta introducción damos a Uds. la bienvenida a una edición más de nuestro Boletín Urbe, el cual trae cuatro artículos que esperamos sean de su interés.
 
 

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