© Revista de Servicio Social
Vol 1, Nº 1, (Mayo - Noviembre) 1998.
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Ambientación de la Familia Finisecular.

Angela M. Quintero V.
Escuela de Trabajo Social
Universidad de Antioquia. Colombia


Resumen

            Estudios recientes han demostrado que tanto lo cotidiano o normal, como en situaciones de extrema disfuncionalidad, la familia genera sus propios recursos para adaptarse y emerger de la crisis con fortalezas insospechadas.  Este trabajo presenta algunos principales mecanismos que hacen ello posible.


            Es típico de cualquier cambio de milenio, la sensación de estar atravesando una mutación como especie organizada, lo que para muchos es equivalente a una sensación generalizada de crisis, que permea al individuo, la familia y la sociedad  en su interacción.

            Los cambios de contexto en el concierto mundial, indudablemente tocan con todas las esferas del pensamiento  humano y de ello no escapa la familia, como institución vital en cualquier tipo de sociedad, que se prepara  para asumir las condiciones estructurales, vitales y funcionales que le garanticen su permanencia en la historia.

            Las transformaciones paradigmáticas de las últimas décadas, dan cuenta de replanteamientos de todo tipo, que van desde lo económico, social, político, hasta lo ideológico, cultural, afectivo. Lo que implica que las instituciones sociales y humanas están influidas por estos impactos, a la luz de los cuales modifican su funcionamiento. Destacándose el papel fundamental de la familia en el devenir de la humanidad, como la única institución que subsiste, pues siempre se han registrado formas de organización similares a la familia, de acuerdo a las condiciones históricas.

            Algunos intentos de abolir la familia fracasaron, pues sigue teniendo vigencia, pese a la modificación en sus funciones:

            Algunas las asumen diversos organismos estatales o privados: servicios domésticos (lavanderías, alimentación), cuidado de  niños, ancianos y enfermos, recreación.

            Otras se cumplen con ajustes: económica o instrumental, reproducción de la especie, sexualidad y genitalidad,.

            Mientras que dos de las funciones siguen siendo irremplazables:, socialización  y  protección psico-afectiva de sus miembros.

            En razón de lo cual, es válido plantear que la familia como es conocida hoy en día es diferente de las formas que asumía en siglos pasados y  será distinta a la del  siglo venidero, pero va a subsistir como unidad básica en la formación del hombre y como soporte de la sociedad.

            Por ello es menester relevar tres elementos  que influyen en la familia actual y que determinan su adaptabilidad hacia formas organizativas hasta hoy atípicas:

1. Individualización: es la tendencia de las nuevas generaciones donde prima el bienestar personal, la gratificación hedonista, excluye la solidaridad y la construcción de proyectos de vida familiares y de pareja. Evidenciado en la fragilidad de los matrimonios y de las relaciones de pareja, con la subsecuente recomposición  de las organizaciones familiares.

            Hasta hace poco tiempo, gran parte de las uniones de pareja estaban basadas en compartir unos espacios y procesos vitales, pero en los años finiseculares, esto es sustituido por el hedonismo, que privilegia  el cumplimiento de objetivos de desarrollo individual, aún a expensas de los intercambios erótico-afectivos.  Han quedado atrás virtudes reguladoras como: paciencia, conformidad, aceptación,  sobriedad, etc,  que  garantizaban más continuidad temporal en los intercambios maritales y parento-filiales.

2 .Realidad virtual : hace referencia a la invasión de la tecnología, la era de los sistemas y la teleinformática al espacio privado o doméstico. Expresado en la disminución del contacto cara a cara y del desapego del otro, en tanto los computadores y afines satisfacen o subliman las necesidades individuales. La incidencia de ésto en el ámbito familiar es evidente, ya que los encuentros  íntimos están supeditados la mayoría de las veces,  al tiempo que deje libre el computador, la red de redes, el teléfono, los videos y el ciberespacio en general. Su óptica positiva es la permanencia más tiempo en el hogar.

            Por supuesto, que este fenómeno adquiere un carácter elitista, que en el momento privilegia a los estratos altos y altos-medios del continente, en razón de los costos y capacitación técnica para acceder a las innovaciones de la era cibernética.

3.Recesión económica: entendida como la disminución generalizada de la actividad económica,  genera altas tasas de desempleo y caída de los ingresos y por lo tanto no son atendidas las necesidades básicas, lo que obliga a que la familia busque diferentes alternativas para subsistir, tanto en el sector informal como subempleados en el sector formal (su formación profesional o técnica no está acorde con las condiciones laborales y salariales).  El hecho contundente es que aún con la vinculación al sector productivo de varios miembros de la familia, no se garantiza el mantenimiento de las condiciones mínimas de la calidad de vida.

            Es evidente la incidencia de dicho fenómeno en el funcionamiento familiar,  que exige reacomodaciones  para suplir la baja  capacidad adquisitiva  de la  economía familiar, observado en el retorno de los hijos adultos a su grupo de origen, para abaratar costos o simplemente como refugio ante el paro laboral.

            Esta óptica permite contextualizar algunos de los cambios mundiales que inciden en las modernas organizaciones familiares:

            La globalización de la economía determina modificaciones significativas en las estructuras familiares, en cuanto a la rápida circulación de normas, valores y costumbres culturales. Aparejado con los procesos de máxima tecnología que establecen un desdibujamiento de las fronteras; lo que se ha acuñado con la denominación de aldea global, que mantiene conectado todos los rincones del mundo.

            Las transformaciones paradigmáticas que ilustran este fin de siglo, replantean los modelos económicos y socio-políticos vigentes (cuestionamiento del ordenamiento religioso, declinación del socialismo, fin de la guerra fría, crisis de gobernabilidad),  dando paso a nuevas propuestas que retoman un relación diferente del hombre con su entorno y consigo mismo.

            Reestructuración del Estado y la redefinición  de su relación con la sociedad civil. Lo que entre otros, conlleva cambios en la relación Estado-Iglesia, equivalente a la secularización  de los procesos socio-familiares. Esta desacralización, encuentra eco en las nuevas generaciones con comportamientos revolucionarios donde la fidelidad, el honor sexual del hombre y la virginidad pierden vigencia.

            Demográficos: para inicios del siglo XXI la pirámide poblacional se invertirá y predominarán los ancianos, con las derivaciones inherentes en la relación estado-familia, que supone programas mas puntuales de aquel y énfasis en la atención integral que las generaciones más jóvenes deben prestarle a sus progenitores gerontes.

            Disminución de los índices de morbi-mortalidad infantil:  con el fortalecimiento de los programas de atención primaria en salud, esquema de inmunidad y agresivas campañas preventivas, desciende la mortandad en los primeros años de vida. Esto no basta para acortar las distancias entre la creciente población anciana  y la  reducción del grupo de jóvenes;  fenómeno asociado a la inversión piramidal descrita.

            Descenso de la fecundidad: es el menor número de hijos por parejas y por consiguiente, menos miembros de la familia, en correspondencia con los programas gubernamentales de planificación familiar y la opción de las nuevas generaciones de no tener hijos.  Esto es  correlativo con los dos puntos anteriores.

            Otra variable de corte demográfico es la reducción en los índices de fertilidad de la población. Entendida como la capacidad potencial de una mujer de quedar embarazada,     influida en la actualidad por los métodos de contracepción y comportamientos diferentes frente a la sexualidad y la genitalidad. Incidiendo también en este aspecto, el madresolterismo y el aborto, en tanto los más altos índices de aborto se encuentran en los estratos medio-medio y alto, en población universitaria y las adolescentes reportan  el mayor número de madres solteras, sobretodo en los estratos bajos.

            Fenómenos que están siendo afectados por las enfermedades sexualmente transmisibles,   especialmente el Sida. Además la edad promedio para casarse o unirse con la pareja, ha aumentado hasta finales de la tercera década de vida (con una media latina entre los 30-35 años);  sin embargo las uniones o matrimonios entre adolescentes son persistentes,  motivadas entre algunas razones, por embarazos prematuros y la evasión de conflictos intrafamiliares.

            En lo económico: resalta que la mujer ha asumido el papel de coprovidente o providente única (este es el caso de las jefaturas femeninas), en razón de la disminución del poder adquisitivo que exige a los dos miembros de la pareja conyugal y en muchas ocasiones a otros  integrantes de la familia a  trabajar para  garantizar  ciertos niveles en la calidad de vida. La autovalidación económica de la mujer está asociada al cumplimiento de realizaciones personales y profesionales, que no siempre están basados en un reconocimiento salarial equitativo.

< p align=justify>            En la perspectiva de género: íntimamente ligado con el anterior punto, está ubicado el cambio en los roles de género; lo que es asumir lo femenino y lo masculino con los compromisos públicos y privados (léase domésticos) propios de relaciones más simétricas entre los géneros.

            En lo educativo:  la disminución de los índices de analfabetismo de la población en   general y el ingreso de la mujer a la educación formal, especialmente postsecundaria, determinan efectos funcionales de importancia en la familia.  Los procesos universitarios por si solos, no garantizan idoneidad académica, pero si potencian las expectativas de vinculación laboral  y el ascenso en la escala social.

            Aumento de las rupturas conyugales (tanto divorcios, como abandonos  y separaciones), que está asociado con los cambios en los patrones de nupcialidad. La ceremonia religiosa del matrimonio católico, predominante en el continente, ha descendido en ndmero y crecen las uniones libres. Si  bien esto prima en las generaciones jóvenes, también se presenta en adultos maduros y ancianos, como nuevas opciones de convivir en  pareja; de igual manera  recorre todas las clases sociales.

            La vinculación de la mujer al mercado laboral:  al tener mayor preparación educativa puede acceder a otros empleos diferentes a los que ha tenido tradicionalmente (oficios varios, manualidades, maestra, secretarias), aunque sigue estando en desventaja salarial. Esto incide en que el desempleo masculino sea más alto que el femenino y que la mujer se covierta en proveedora económica única o coprovidente.

            A nivel cultural resalta el cambio ideológico y el avance social de la mujer; en razón de que cuando empieza a ser proveedora económica del hogar, gana en independencia, seguridad  y autoridad, pero este proceso no conduce a la igualdad en las relaciones de género (entre hombre y mujer), pues continúa la recarga funcional en ella, a través de las obligaciones domésticas y productivas.   ¿Cómo reacciona la familia ante este contexto?

            Hallazgos recientes han demostrado que tanto en lo cotidiano o normal, como en situaciones de extrema disfuncionalidad (vr.gr  desplazados por  la violencia,  síndromes somáticos en niños), la familia genera sus propios recursos para adaptarse y emerger de la crisis con fortalezas insospechadas.  Algunos de los mecanismos que lo permiten son:

Red de solidaridad:

            Revitalizada en  los años 90, esta expresión histórica y espontánea  de la cooperación y autoayuda socio-familiar, se consolida  para afrontar situaciones críticas  propias  del cambio de época. Algunas ilustraciones al respecto tienen que ver con  la recesión económica: en la literatura reciente se ilustra como ante el desempleo y el bajo poder adquisitivo de los integrantes de la familia en los países latinos e hispanos, ésta ha demostrado ser una fuente constante de apoyo  y de reemplazo del desamparo estatal, asumiendo funciones de seguridad social.

            En un contexto más amplio las redes buscan  socializar el conocimiento y las   experiencias. Lo que es  aplicable en  los denominados Grupos Psicoeducativos y Grupos de Ayuda Mutua-GAM o autoayuda, que con variantes que no son pertinentes para este material, apuntan a brindar apoyo e información a las familias que se organizan en torno a problemas comunes. Estos van desde entidades psiquiátricas (esquizofenia, trastornos afectivos, Guilles de la Tourette), hasta asma, diabetes, cáncer, tabaquismo, adicciones a sustancias psicoativas, alcoholismo,  sida, anorexia nerviosa, marginamiento económico.

            A un nivel restrictivo, las familias asumen mecanismos alternativos que les permita mitigar los efectos negativos  del contexto y de las adversas condiciones culturales, políticas y económicas.  Esto es mas evidente en los estratos altos,  con el aumento de las instituciones de prevención y atención de disfunciones y con la asunción de proyectos de vida basados en la Nueva Era y en las propuestas de corte oriental, que rescatan el reencuentro del hombre consigo mismo y con la naturaleza.

            Nuevas relaciones de pareja, donde la convivencia (permanente o parcial) no es requisito para compartir espacios erótico-afectivos  y disfrutar el encuentro con el otro.  Desmitificando así mismo, la díada heterosexual, pues inicialmente en las grandes y medianas ciudades, van consolidándose las parejas monosexuales, amparados por las legislaciones de países europeos y varios estados norteamericanos.

            De otro lado emerge la tendencia de no procrear como opción de vida, pues se privilegia la realización personal.

            En contraste con el item anterior, aumentan los procedimientos alternativos de tener hijos: procreación asistida, bajo sus diversas modalidades, alquiler de úteros y vientres maternos, inseminación artificial,  in vitro. Procesos de adopción: en  parejas  hetero u homosexuales, hombre y mujeres solteros, personas mayores de 50 años.  Lo que valida el concepto de que los hijos llegan por opciones diferentes a la vía biológica. Pero deja planteada la discusión ético-legal sobre asuntos álgidos e inexplorados.

            Recapitulando lo anterior, el tipo de familia predominante en América Latina en la  última década, ha sido la nuclear, pero va dando paso a los hogares unipersonales, que obedece a tendencias de envejecimiento de la población y prevalece en países con transición demográfica. A las Jefaturas femeninas, caracterizadas por mayor riesgo de pobreza y su inclusión en las familias extensas.  A las Parejas y familias monosexuales...

            En fin nuevas propuestas estructurales, funcionales y vitales en las familias del tercer milenio.

Propuestas en un contexto de cambio

            Algunos de los conceptos contemporáneos mas representativos para el actuar profesional con familias, viables en cualquier  espacio, según la complejidad y las exigencias de la intervención son:

a) El Constructivismo con la premisa de que el conocimiento se construye a través de la acción, induce a mirar el funcionamiento interno de la familia con su capacidad de cocreadora, de estructura dinámica en cambio constante, caracterizada por su autonomía, pero en razón de su interdependencia y el reconocimiento de la unicidad de cada estructura familiar dentro de lo universal.

B) La Cibernética de segundo orden o de los sistemas observantes, introduce el elemento dialéctico de la entropía,  generador  tanto del orden como del desorden. Por ello las familias no  son estables, ni en equilibrio constante, sino que se transforman continuamente.

C) La subjetividad mediada por la objetividad, siendo desplazada  la idea tradicional de que  los profesionales son sujetos no tocados por las situaciones en que actúan y se recrea su  dimensión humana y emotiva en todos los contextos.

La connotación positiva de la situación, donde no existen  culpables, sino que cada uno de  los miembros de la familia participa de una u otra manera tanto en las situaciones  funcionales como en las disfuncionales.

            Derivado del constructivismo, el planteamiento del biólogo chileno Maturana, rescata el afecto y el amor como fuente de cambio, aportando una visión nueva de la vida, a modo de reencuentro dialéctico consigo mismo.

            El requerimiento de trabajar a nivel interdisciplinario, interinstitucional e intersectorial, combinando acciones de entes gubernamentales, no gubernamentales, privados y movimientos sociales, para la construcción de una sociedad civil, donde la familia sea gestora de su crecimiento.

            La participación en el diseño-ejecución-evaluación de las políticas estatales y sociales, abriendo camino en la formulación de los lineamientos gubernamentales sobre Familia que superen lo paliativo, coyuntural y recortado de las acciones estatales.

            La asunción de la diversidad de opciones investigativas de orden cualitativo, experimentar con: los métodos etnográficos, las historias de vida, el cuaderno de cotidianos, el genograma, el ecomapa, los estados del arte, la adaptación de procedimientos propios de la dinámica de grupos y de la terapia familiar, manejo de redes informáticas a nivel local e internacional.

            Esto exige disponer de conocimientos básicos interdisciplinarios y al  tiempo particulares,   en la perspectiva del saber y la cultura universales, donde cada  área del conocimiento se desarrolle en su especificidad pero en una dimensión global que le permita aprehender la complejidad de los procesos individuales, familiares y socio-comunitarios.  En esencia, es ir más allá de la suma de saberes, de teorías y técnicas sofisticadas para operacionalizar una cosmovisión del mundo ecosistémica y compleja como es la vida.

Referencias

Boletín de Ayuda Mutua y Salud. (1996-97)  Consejería de Sanidad y Servicios Sociales. Comunidad de Madrid.  Madrid.

IV Conferencia Iberoamericana sobre Familia.(1987)Universidad Externado de Colombia. Organización  estados Iberoamericanos-OEI. Cartagena de Indias.

Quintero A.. (1997). Trabajo Social y la Perspectiva Integral de la Familia. Quinto Encuentro de Trabajo Social. México, Centro América   y  el Caribe.  ALAETS. Universidad  Interamericana Río Piedras.  Juan de Puerto Rico.

Trabajo Social y Procesos Familiares.(1997) Lumen.   Buenos Aires.

Tendencias  XXI. (1998) en E. Morin. Una  Civilización para el Tercer Milenio. AGM.

II Congreso Latinoamericano de Familia. (1997) Secretaría de Bienestar Social de Medellín. Comité Interinstitucional de Familia-CIF. Medellín. Abril 1998.
 
 
 

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