VARIEDAD ORGASMICA FEMENINA

                                                                                                               Dr. Raúl E. Martínez M.

El matrimonio constituido por William Masters (ginecólogo) y Virginia Johnson (psicóloga) llevó a cabo durante la década de los 70 una amplísima investigación de laboratorio acerca de lo que llamaron el ciclo de respuesta sexual, en hombres y mujeres voluntarios. Todos pueden repetir hoy que las etapas de este ciclo son la excitación, la meseta, el orgasmo y la resolución. Aprovechando el conocimiento actualizado disponible hemos propuesto en otro lugar (Martínez, 1999) un modelo más amplio y adecuado acerca de la conducta sexual, distinguiendo 5 etapas: disposición, deseo, excitación, orgasmo y satisfacción. En esta ocasión examinaré con algún detalle sólo el orgasmo femenino, dejando para otra oportunidad el comentario respecto a los restantes momentos.

El orgasmo femenino, comparado con el masculino, se caracteriza por una localización física más difusa, por una mayor experiencia emocional concomitante, por no ser alcanzado en cada intercambio sexual de la mujer y por ser producido por un mayor número de estimulaciones diferentes. Es claro que el coito no es la actividad más efectiva para provocar el orgasmo femenino. De las 1.844 mujeres orgásmicas consultadas por Hite (1978), sólo el 30% señaló obtener orgasmos "siempre" o "casi siempre" por intermedio del coito, mientras que la opción de "ocasionalmente" fue escogida por el 22% y la de "sólo con estimulación clitórica adicional" por el 19%.

Los diferentes medios estimulantes y desencadenantes del orgasmo, varían de acuerdo a cada mujer. Entre las acciones plenamente efectivas (únicas o alternativas) destacan el fantaseo erótico, la lectura u observación de películas, la contracción rítmica de la musculatura pubococcígea con presión de un muslo contra el otro, la combinación de los dos medios anteriores y la estimulación de zonas erógenas no genitales (habitualmente los senos), con o sin pareja. Estas modalidades de estimulación son de uso femenino casi exclusivo, siendo semejantes para hombres y mujeres las derivadas del coito y la masturbación. Del 82% de mujeres en el estudio de Hite que informaron masturbarse (logrando el orgasmo con variadas frecuencias), diferentes porcentajes indicaron la ejecución de una o más actividades físicas (no excluyentes):

Tipo I (73%): tendida sobre la espalda; estimulación de la zona clitórico y/o vulvar, con la mano o un vibrador.

Ia (47%): la mujer estimula sólo su región clitórica con la mano o un vibrador, con las siguientes variantes :

Ia directa (4%): la mujer estira firmemente la piel o los labios alrededor de la zona clitórica con una mano, mientras que con la otra estimula directamente el clítoris usando habitualmente una substancia lubricante.

Ia-1 (5%): la mujer lleva a cabo ocasionalmente la penetración en la vagina de uno o más dedos o de algún objeto.

Ia-2 (5%): la mujer lleva a cabo siempre la penetración vaginal.

Ia-3 (1%): la penetración vaginal sólo se lleva a cabo al momento del orgasmo.

Ia-4 (1%): se caracteriza por ciertas posición de la mano; concretamente la palma se ubica sobre la zona clitórica y los dedos alcanzan los alrededores de la entrada vaginal, de manera que la mano curvada adopta la forma de un semicírculo. El movimiento consiste en un rápido roce de la mano (rígida) hacia arriba y abajo, con penetración vaginal superficial de uno o dos dedos.

Ia-5 (1%): ocurre la penetración vaginal ocasionalmente y sólo con el fin de obtener lubricación.

Ia con penetración anal: un porcentaje de mujeres que usan las variantes anteriores (Ia directa a Ia-5) utilizan ocasional o habitualmente algún tipo de penetración anal (con dedos u objetos, durante la autoestimulación o sólo al momento del orgasmo).

Ib (8,8%): la mujer estimula toda su zona vulvar con un roce y masaje de toda la mano, con movimientos hacia arriba y abajo o bien con rotaciones.

Tipo II (5,5%): similar al Tipo I sólo que la mujer yace tendida boca abajo. Algunas mujeres mueven sólo sus manos, dedos o aparatos, manteniendo estático el cuerpo; otras sólo mueven sus cuerpos contra las manos o aparatos, pero la mayoría combina ambas formas de movimiento. Las variantes de este tipo son similares a las del Tipo I.

Tipo III (4%): la mujer yace boca abajo y presiona con su región púbica sobre un objeto blando o directamente sobre la superficie de la cama, incluyendo a veces penetración vaginal.

Tipo IV (3%): estando sentada, tendida de espaldas o de costado, la mujer contrae y relaja rítmicamente sus piernas (sobre todo los muslos) fuertemente. Puede cruzar las piernas y a veces colocar un objeto blando entre ellas. En vez de tensar los muslos puede también restregar uno contra otro.

Tipo V (2%): la mujer dirige un chorro de agua (generalmente tibia) sobre el clítoris o toda la zona vulvar.

Tipo VI (1,5%): sólo ocurre penetración y movimiento intravaginal de dedos u otros objetos (vela, consolador, vibrador, etc.), sin estimulación externa. Un 11% de todas las mujeres se autoestimula de más de una forma.

Probablemente haya menos conocimiento acerca de las variantes de orgasmo femenino, que no tienen paralelo alguno en la experiencia del hombre. Singer y Singer (1978) distinguen 3 tipos: vulvar, uterino y mezlado. El orgasmo vulvar (que corresponde al típico reseñado por Masters y Johnson), se distingue por contracciones involuntarias y rítmicas (5 a 12 veces con intervalos iniciales de 0.8 segundos, espaciándose y perdiendo intensidad progresivamente) en el primer tercio externo de la vagina. Puede ser logrado por estimulación manual, oral o peneana de la región vulvar (particularmente el clítoris) sea por medio de la caricia directa del clítoris o de modo indirecto por el deslizamiento reiterado de su capuchón o por la presión ejercida por el pubis del hombre. Este orgasmo es experimentado por la mujer de manera localizada, superficial y muy intensamente, pudiendo llegar a ser múltiple, en cuyo caso la mujer puede percibir un aumento o disminución progresiva de la intensidad orgásmica con cada nuevo clímax. Un hecho interesante es que se asocia a una expresión facial de "ira" (dientes desnudos y ceño contraído).

Durante el orgasmo uterino no ocurre la contracción del tercio externo vaginal sino una especie de empuje desde el fondo con cierta expansión de su porción inicial, lo que se ha verificado observando que ocurre la expulsión de algún cuerpo introducido en la vagina, como un pequeño vibrador en forma de bola. Es notable la aparición de apnea (suspensión temporal de la respiración durante la inspiración) causada por un desplazamiento de la laringe, a raíz de la fuerte contracción del músculo cricofaríngeo localizado en ella, que se relaciona con las vísceras abdominales y recibe inervación del nervio vago. El músculo cricofaríngeo - que se contrae al reír, gritar, sollozar, etc. - puede localizarse si se intenta "tragar" la parte posterior de la lengua. El orgasmo uterino se inicia con una tensión considerable a nivel diafragmático (con mantenimiento de la inmovilidad pelviana), sobreviniendo luego la apnea involuntaria y por último la expulsión explosiva del aire retenido, coincidente con el clímax. El orgasmo uterino es logrado sólo por medio de una penetración peneana profunda, con aceleración del movimiento de entrada y salida durante un tiempo breve (unos 2 minutos), dependiendo de los efectos del golpe del pene sobre el útero y las estructuras viscerales cercanas. La tensión del diafragma y el cuerpo flexionado de la mujer empujan el útero hacia abajo facilitando su contacto con el pene. El útero no se contrae como en el caso del orgasmo vulvar (2 a 4 segundos antes del inicio de las contracciones de la plataforma orgásmica) sino que es desplazado por el pene, produciendo la estimulación del peritoneo (membrana que rodea los intestinos, el útero y otras vísceras abdominales). Este orgasmo es experimentado por la mujer en la profundidad de su vagina, de modo único (no es posible obtener orgasmos uterinos múltiples) menos localizado que el clitórico, prolongándose por días la saciedad resultante. A diferencia del orgasmo vulvar, éste se asocia a una expresión facial de "temor/dolor" (comisuras labiales hacia atrás, dientes cubiertos por los labios y cejas sin tensión o con elevación de sus bordes internos). Durante el orgasmo mezclado ocurren las contracciones del tercio externo vaginal (propias del clitórico o vulvar) y casi siempre la apnea (propia del uterino). La estimulación peneana requerida debe ser inicialmente lenta, continuando con movimientos más intensos y profundos, durante un período de 3 a 20 minutos, siendo también alcanzable por la estimulación digital del punto de Grafenberg (punto G). Al igual que el uterino, el orgasmo mezclado es único y produce saciedad total.