PARA DESEARTE MEJOR...

 

                                                                                                        Raúl E. Martínez M.
  
                                                                                                                                  Doctor en Psicología

 

El deseo sexual disminuido es la disfunción de mayor ocurrencia actual, afectando hasta al 15% de los hombres y al 35% de las mujeres en la población general, y al 10% de los hombres y entre el 51% y 62% de las mujeres que solicitan tratamiento. Y todo indica que esta disfunción va en aumento. Es muy probable que hoy en día haya muchos matrimonios de "amigos" más que de "amantes", lo cual implica una penosa desvitalización que conlleva aburrimiento y potencia los conflictos naturales de la convivencia. ¿Qué hacer para frenar la caída del deseo sexual?. Ofrezco algunas sugerencias que serán sólo de utilidad preventiva puesto que una vez claramente instalado el problema, lo único posible es acudir a la ayuda de una terapia sexual.

1) Oponerse drástica y persistentemente a una forma de vida en la que importa mucho la adquisición de bienes y prestigio y cómo nos vean (logros bastante pobres y absolutamente dependientes de la voluble buena voluntad de otros) y muy poco lo que sentimos y realmente deseamos hacer. 2) Mantener el valor concedido a la sexualidad en los inicios de la relación de pareja, sin creer la majadera afirmación de que es natural que el interés por el sexo decaiga con los años. 3) Disfrutar del placer sensorial, en particular del tacto y de la actividad muscular, lo que nos hará atender a las sensaciones derivadas de muchas conductas comúnmente automáticas, tales como ducharnos, vestirnos, conducir un vehículo, caminar y otras como el hacer gimnasia, deporte, bailar, etc.  4)Mantener la más alta frecuencia posible de relación sexual placentera, procurando el rápido retorno a ella después de un período de abstención por razones de salud, incluido el embarazo que marca muy habitualmente el inicio del problema en la mujer. El potente disfrute orgásmico relativamente frecuente facilita la aparición de recuerdos excitantes que inducen el deseo.  5)Comportarnos gentilmente en la vida diaria con todas las personas (sonreír, agradecer, hacer cumplidos, etc.) y con una pizca de seducción con las personas del otro sexo. Debemos actuar como potenciales "conquistadores/as", pues ello nos hará sentirnos interesantes en la medida que las personas que son objeto de nuestras atenciones actuarán de similar forma con nosotros. No estoy proponiendo ni remotamente pasos hacia la infidelidad, sino el percatarnos en el mejor sentido de que somos capaces de impresionar bien y de ser a la vez impresionados. Esto nos hará tomar clara conciencia de nuestra vitalidad básica que es un sustento del deseo sexual en general y del que podemos sentir por una persona en especial.  6) Fantasear sexualmente con frecuencia, es decir, recordar las experiencias sexuales más placenteras y elaborar guiones que anticipen los futuros encuentros.  7) No hacer equivalentes "belleza" y "atractivo": atender a las características de nuestra pareja que nos excitan sexualmente y que desde un punto de vista estético pudiesen ser incluso poco hermosas.  8) Pensar frecuentemente "¿ qué de mi pareja podría interesar a otra persona?", es decir, mirarla con ojos ajenos; nos sorprenderá comenzar a ver y ser estimulados por lo que siempre estuvo allí pero que nunca antes percibimos.