ORIENTACION Y PREFERENCIA SEXUAL

                                                                                                          Raúl E. Martínez M.

                                                                                                                                       Doctor en Psicología

 

La defensa de diversas formas de conducta sexual se construye normalmente sobre la base de suponer que cada persona tiene el derecho a elegir su orientación sexual y sus preferencias eróticas. De aquí ha resultado una sana tolerancia de la mayoría de las personas, que ya no enjuician negativamente el comportamiento sexual ajeno, aun cuando no lo compartan. Sin embargo, es cuestionable afirmar que las personas realmente eligen , razonada y voluntariamente, comportarse sexualmente de cierto modo.

El Dr. John Money, profesor de psicología médica y de pediatría en la Universidad John Hopkins de EU, ha investigado por muchos años los factores que originan la orientación sexual y las preferencias eróticas . Todo se inicia cuando ciertas hormonas actúan sobre las células cerebrales del feto, prolongando su influencia hasta el año y medio desde el nacimiento, y estableciendo una predisposición hacia la masculinidad o la femineidad. Las mismas hormonas dirigen el desarrollo de los genitales externos propios de hombre y mujer, ocurriendo en ocasiones una incongruencia entre el sexo "cerebral" y el "genital", que se hace evidente con el paso de los años cuando un hombre o mujer manifiestan tendencias propias del otro sexo y atracción por el propio. Las experiencias sexuales infantiles hasta los 3 ó 4 años cerrarían el ciclo, influyendo en el mismo sentido o en el opuesto al del sexo "cerebral" y "genital", con varios resultados posibles : un hombre masculino, una mujer femenina, o bien, un hombre o mujer homosexuales, y aún un hombre o mujer bisexuales (atraídos tanto por el propio sexo como por el opuesto).

Por otra parte, de acuerdo al Dr. Money, los juegos y otras experiencias de connotación sexual (por sus aspectos sensoriales) hasta los 3 ó 4 años determinarían qué estímulos eróticos serán los más potentes para provocar la excitación sexual más adelante, quedando inscritos en lo que llama "mapa amoroso", de muy difícil modificación posterior. El Dr. Money afirma además que para la determinación de la orientación sexual, tales actividades   sexuales tendrían tanto o mayor importancia que los factores biológicos representados por el sexo "cerebral" y el "genital" .

De acuerdo a lo anterior, es claro que la decisión voluntaria tiene poco que ver con nuestra orientación (hetero, homo o bisexual) y lo mismo es cierto respecto a nuestras preferencias eróticas (tipos de caricias, formas de rostro o corporales, etc). Por lo tanto, si deseamos cultivar una honesta relación de pareja, debemos entre otras cosas comunicarnos sin vergüenzas ni culpabilidades injustificadas e inútiles, nuestras apetencias individuales únicas, y sobre esa base experimentar en conjunto con flexibilidad y comprensión. Craso error sería hacer responsable al otro de los intereses sexuales tan fuertemente afectados en su desarrollo por factores más allá del control personal, aunque tampoco pueda afirmarse que toda preferencia erótica deba ser aceptada sin más. Por este motivo, el ejercicio de la libertad en la relación de pareja requiere ponerse de acuerdo para explorar los caminos y formas de la sexualidad con criterio amplio y sin forzamientos, intentando ajustar dentro de lo posible la mayor parte de los intereses de ambos protagonistas, con afecto y entusiasmo.