Obscenidad, pornografía y erotismo

Raúl E. Martínez M.

Muchos dicen que nuestra sociedad está fuertemente erotizada y que la pornografía hace estragos psicológicos y sociales de consideración, por lo que se justifica una limitación de su libre distribución, pensando particularmente en el daño que podría causar a los niños y en alguna medida o sentido también a los adultos.

El Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua (21ª edición, 1992) presenta las siguientes definiciones que se relacionan habitualmente con el concepto de pornografía :

Obsceno : impúdico; torpe; ofensivo al pudor.

Impúdico : deshonesto; sin pudor.

Pudor : honestidad; modestia; recato.

La 2ª Edición del Diccionario Webster dice que la obscenidad es lo ofensivo al buen gusto (por ejemplo: lascivia e indecencia), homologando pornografía y obscenidad. La 3ª Edición dice que "obsceno" es lo "desagradable a los sentidos" y "aborrecible para la moral y la virtud, incitante o pensado para suscitar lujuria, depravación e indecencia". Lo pornográfico se define como "una representación (escrita o pintada) de la licencia y la lascivia", "un retrato de la conducta erótica para provocar excitación sexual". El Diccionario señalado dice que pornografía es o alude a un tratado acerca de la prostitución, el carácter obsceno de obras literarias o artísticas, la obra literaria o artística de este carácter; mientras que el erotismo se define como amor sensual, carácter de lo que excita el amor sensual, exaltación del amor físico en el arte. Lo erótico alude a "artículo literario o artístico con tema erótico, especialmente libros que tratan del amor sexual de una manera sensual y voluptuosa".

Los defensores de la pornografía comienzan destacando el necesario reexamen de las definiciones. Para ellos la pornografía no es obscena como lo es sin duda aquel material que tiene como propósito básico la adulteración y la deshumanización de las personas. En este sentido más obsceno que una grosería sería una palabra peyorativa respecto a alguien (por ejemplo "negro", "judío", "comunista", "retrógrado", etc.), y más obscenas que un desnudo o la representación gráfica de una relación sexual (incluido el coito) serían las imágenes que muestran una represión policial excesiva o infundada o los hornos crematorios nazis y toda otra violencia. El coito puede ser juzgado primitivo, antiestético o divertido pero nunca obsceno. Más aún, llama la atención que un hecho ilegal como un robo o un crimen pueda representarse o describirse, pero que la transcripción o exhibición de un hecho legal como la relación sexual, sea prohibida.

Alexandrian (1990) dice que la pornografía es la descripción pura y simple de los placeres carnales; el erotismo es la misma descripción revalorizada en función de una idea del amor o de la vida sexual. El erotismo es todo aquello que torna la carne deseable, la muestra en su esplendor, inspira una impresión de salud, de belleza, de juego placentero; la obscenidad devalúa la carne y la asocia con suciedad.

Kronhausen y Kronhausen (1959) diferencian entre la pornografía y el realismo erótico (presentes en la literatura, el cine, etc.) atendiendo al contenido, intención y efecto y la técnica. En cuanto al contenido la pornografía describe de manera exclusiva o preferente actividades sexuales fuertemente contraculturales (desfloración, incesto, violación, bestialismo, flagelación, etc.), muestra una relativa simpleza del desarrollo de la trama (desde el conocimiento de la pareja hasta el coito), se detiene con fruición en detalles físicos (tamaño o forma del pene, la vulva, los senos, el vello púbico o axilar, aromas, sabores, etc.) y exagera las disposiciones y reacciones sexuales de las personas. El realismo erótico describe las actividades sexuales tal como cualquier otra acción de tipo social, laboral, etc., que contribuya a la trama de la producción literaria o cinematográfica. Respecto a la intención y efecto la pornografía busca y logra una respuesta de excitación sexual creciente; el realismo erótico pretende dar a conocer la vida como es incluyendo la sexualidad, y ocasionalmente puede también excitar sin que sea ese su objetivo fundamental, aunque sí probablemente lo pretenda también alcanzar. En cuanto a la técnica de la presentación, la pornografía expone una sucesión de escenas sexuales de creciente intensidad erótica, sin ocuparse de la descripción del entorno físico, de comentar acerca de las características psicológicas de las personas ni de reflexionar acerca de ellas o las circunstancias, eludiendo referirse a asuntos antieróticos (enfermedad, embarazo no deseado, problemas económicos, etc.), pues esto distrae al receptor. El realismo erótico presenta una escena sexual sólo cuando viene al caso y es útil para la comprensión de los hechos de la trama, que incluye todo lo que ocurra en la vida de las personas. Siempre de acuerdo a Kronhausen y Kronhausen (1959), la pornografía sería manifestación de una obsesión sexual derivada de la represión cultural, mientras que el realismo erótico sería parte de un enfoque vital que facilitaría reducir los temores exagerados al sexo por la vía de mostrarlos en contextos humanamente significativos, satisfaciendo también el natural y deseable interés sexual que se relaciona con el amor.

En una visión contemporánea de la sexualidad y sus modos de comunicación masiva, podríamos comentar que los extremos de la descripción literaria o la representación fotográfica o cinematográfica son la pornografía "dura".