EDUCACION Y PRACTICA SEXUAL

                                                                                                    Raúl E. Martínez M.

                                                                                                                                Doctor en Psicología

 

La visión contemporánea de la sexualidad atribuye a ésta varias características esenciales : es una función natural, sana, que requiere una educación y un encauzamiento para su adecuado desarrollo. Se dice que es natural pues es experimentada en algún momento por toda persona, a menos que sufra restricciones especiales de experiencia o le aqueje alguna enfermedad invalidante. Se afirma que es sana porque su ejercicio conduce al bienestar emocional y porque es medio para una relación interpersonal significativa. Se postula la necesidad de su enseñanza, porque las conductas sexuales individuales deben ajustarse a los usos de la cultura imperante.

Helen Kaplan, destacada sexóloga norteamericana recientemente fallecida, dijo (1979) : "La sexualidad adulta es el resultado final del largo y natural proceso de desarrollo que se inicia en el nacimiento. Crecer supone aprender y practicar, hacer pruebas y cometer errores en todos los terrenos. Para desarrollar habilidad y seguridad en cualquier campo, se ha de permitir al joven que ensaye la actividad en forma de juego y de fantasía". Nos puede parecer una buena proposición. Incluso podemos afirmar enfáticamente que no basta con enseñar a los jóvenes los términos científicos, el manejo de conceptos, el conocimiento de los procesos biológicos y psicológicos relacionados con el acercamiento físico, las caricias, el coito, el embarazo, etc. Podemos insistir en que el aprendizaje no debe ser sólo intelectual sino también y especialmente verbal, físico y emocional.. Estos son los dichos... pero a los hechos el trecho puede ser enorme.

¿Inducirían los padres a sus hijos a "hacer pruebas y cometer errores" en el ámbito de las relaciones sexuales?. Algunos progenitores han asumido en plenitud y con entereza una visión amplia y honesta de la sexualidad, pero sabemos que para ellos las cosas no son fáciles y que cada apertura y comprensión de los motivos y deseos de sus hijos, les representan muchos días de inquietud y duda. Vaya en su ayuda, lo que la misma Helen Kaplan agrega : " Debería enseñarse a los jóvenes que la sexualidad es un terreno muy vulnerable. Debería incitárseles a respetar los sentimientos de los demás, a no utilizar la sexualidad de una manera destructiva o explotadora. No debe confundirse la libertad sexual con la promiscuidad, con la sexualidad mecánica, ni con las exigencias de un nivel estándar de conducta sexual". Dice también la autora que en la etapa inicial (década del 80) de la revolución o más bien, humanización de la sexualidad, " se ha hecho demasiada presión sobre los jóvenes para que experimenten el sexo prematuramente y con cualquier compañero/a ". Por lo tanto, como en casi todo ámbito de la vida, lo mejor es ni mucho ni tan poco, ni demasiado temprano ni excesivamente tarde. De todas formas, algo es evidente; la educación formal en los colegios es solo algo más que biología y recomendaciones de buena conducta sobre la base de los peligros del sexo. Por otro lado, la educación informal de la vida cotidiana (que no puede detener ninguna censura), es abundantísima y lo peor, bastante más interesante y real.