Las innovaciones chilenas: ¿Realmente se satisfacen?

Por Rocío Gutiérrez, 2° medio.

En Chile existen muchas innovaciones que son necesarias para suplir las necesidades de la comunidad. Esto permite que las personas queden satisfechas respecto a las innovaciones. Lamentablemente, son pocas las personas que se han sumado a crear objetos tecnológicos útiles para el día a día, pues estamos acostumbrados a que otras personas fuera de Chile produzcan y solucionen nuestras demandas que se dan en un contexto puntual. Por lo anterior, la innovación tecnológica chilena tiene un impacto positivo en la sociedad, ya que ha contribuido a satisfacer las necesidades que se van presentando con el paso del tiempo. Puede que no haya muchos proyectos, pero son muy necesarios para la comunidad.

La razón por la cual apoyo mi argumento es que permite que las personas tengan la posibilidad de crear un objeto tecnológico. Esto hace que la sociedad chilena no quede tranquila con lo que tienen a mano, pues siempre buscará suplir las necesidades que se van presentando con el paso del tiempo. Un ejemplo de esto es la silla bipedestable de la marca chilena Kirón. Esta innovación consiste en ser una silla de ruedas de desplazamiento con mecanismo de bipedestación eléctrico. Permite que el usuario aprete un botón para que este aparato se enderece en forma vertical. Juan Pablo, el fundador de esta silla, se fijó que las personas discapacitadas en Chile sienten la necesidad de ver el mundo a la altura de la mayoría de las personas que están de pie.

De la columna de opinión se concluye que es importante incentivar a las personas a crear innovaciones para optimizar, mejorar y consolidar las estrategias que tiene cada individuo.

Por esta razón, creo que las innovaciones satisfacen las necesidades de las personas, buscando constantemente qué modificar o crear para suplir cualquier necesidad que se va presentando. Estamos en una sociedad que busca tener cada día tecnología que les ayude a vivir una vida más cómoda, pues las posibilidades de innovación son infinitas. Solo hace falta personas con ingenio y entusiasmo que quieran entrar en este maravilloso mundo. Este hecho es trascendental, pues restablece la confianza propia del país en la capacidad de los profesionales, universidades, industria e instituciones públicas para contribuir al desarrollo autónomo basado en la ciencia, la tecnología y la innovación para el futuro de nuestro país, ya sea en algunas semanas, algunos meses e incluso años. Tengo la esperanza de que en algunos años más las chilenas y los chilenos tengan un incentivo para crear y proyectar su objeto tecnológico a futuro, así generamos mayor productividad y eficacia en nuestro país.