CÓMO FUNCIONA LA
CIENCIA DE LA PERSUASIÓN:
El psicólogo italiano
Robert B. Cialdini ha escrito un libro llamado Las armas de la persuasión
en el que agrupa estas estrategias en siete que conviene que conozcamos
los consumidores. En los dibujos que ilustran este reportaje están
reflejadas estas siete armas. La primera es el principio del contraste,
que consiste en la diferencia de percepción si un producto se nos
presenta junto a otro muy distinto. En resumen, una persona alta nos lo
parece más si la vemos después de ver a un enano. Un vendedor
avezado muestra primero la mercancía que más cuesta para
después sacar la que menos vale, aunque, proporcionalmente la primera
compra sea mejor. En las promociones inmobiliarias a menudo se enseñan
en primer lugar viviendas en mal estado y carísimas, para ofrecer
después el verdadero objeto de venta, que parece de esta forma
más deseable.
Las ciertas estrategias de marketing y ventas la televisión nos
impulsa a comprar, para ello se utilizan 7 FORMAS muy comunes:
1)CONTRASTE
El buen vendedor primero ofrece
el producto más caro y luego el más barato, aunque el primer
precio sea relativamente ventajoso.
Devolvemos los favores
El segundo principio es el
de reciprocidad y se basa, si podemos llamarlo así, en la bondad
intrínseca de las personas. Si recibes un regalo es muy fácil
que te sientas moralmente obligado a devolverlo comprando el producto.
Esta estrategia la usa desde el tendero que nos da a probar un trocito
de jamón hasta los que, para vender un apartamento en multipropiedad,
llegan a invitarnos a pasar una semana en la playa. Otro principio, el
de coherencia, se basa en la necesidad de estar de acuerdo con uno mismo.
Los juguetes de Navidad, por ejemplo, comienzan a anunciarse en noviembre
y durante unos meses los niños nos hacen prometerles que se los
traerán los Reyes. ¿Qué pasa si ese juguete está
agotado, lo que sucede a menudo? Que trataremos por todos los medios de
cumplir la promesa, incluso después de navidad. Los fabricantes
resuelven así la estacionalidad del mercado.
2)RECIPROCIDAD:
Si ofrecen algo gratis, por ejemplo, una prueba del producto, la clienta
se siente impulsada a corresponder el favor comprándolo.
3) COHERENCIA
Tenemos necesidad de ser coherentes y cumplir las promesas realizadas,
aunque sea tarde. Un juguete prometido, por ejemplo, suele acabar por
comprarse.
El siguiente principio lo
conocen todos los publicistas cuando se encargan, antes de las campañas,
de examinar con lupa el target group, o sea, el tipo de personas a las
que va dirigido el producto. Se trata de la adaptación social;
es decir, nos convencen mejor los emisores de mensajes que se parecen
a nosotros que los que no se parecen, porque queremos ser normales. Una
persona que es como todo el mundo (o sea, como nosotros) puede resultar
muy persuasiva, ¿pero no son también irresistibles las personas
guapas, famosas, sexys, simpáticas, atractivas? ¿No le compraría
cualquier cosa a Penélope Cruz o a Tom Cruise si vinieran a vendérselo?
Pues ése es el quinto principio, el de simpatía y belleza.
4)ADAPTACIÓN
Una persona parecida a nosotros
provoca el deseo de adaptarnos al grupo social que representa, eso se
logra al adquirir el producto.
5) SIMPATÍA Y BELLEZA
Si una persona deseable nos
presenta el producto, parece que le transfiere su atractivo, aunque a
veces es contraproducente.
YO ME CONVENZO MEJOR
Pero si además de guapo
y simpático es un gran experto en el tema, la cosa está
aún mejor ¿Quién va a saber más de zapatillas
de baloncesto que Michael Jordan? Éste es el sexto principio, el
de autoridad. Y un último evidente: la escasez. Es el mecanismo
por el cual nos apresuramos a adquirir un producto por la única
razón de que podamos quedarnos sin él.
6) AUTORIDAD
Un especialista está
revestido de mayor credibilidad que otro que no lo sea. La fuente es más
creíble y el seguimiento general al principio de autoridad actúa
a su favor.
7) Escasez
Un producto escaso tiene, aparentemente, más valor que otro abundante.
Se compra por miedo a perderlo.
"De todas las técnicas,
las que considero más eficaces, sofisticadas y a la vez sencillas
son las de autopersuasión -explica Pablo Briñol. O sea,
cuando el mensaje lo genera el mismo receptor. Puesto que necesitamos
tener una cierta coherencia, si generamos pensamientos positivos hacia
un producto acabaremos pensando que es bueno. Ejemplos son estas campañas
en las que se pide a los consumidores un eslogan para el producto. Es
de gran eficacia persuasiva pedir a alguien que encuentre buenas razones
para comprar algo. Si se consigue que lo haga, la venta estará
realizada.
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