PARMÉNIDES Y LA ESCUELA DE ELEA


1. ESCUELA DE ELEA.
Durante la vida de Heráclito se había creado en Grecia una filosofía totalmente opuesta a la suya. Una doctrina que negaba los cambios en el universo y en la inmutabilidad veía lo característico del Ser. Esta filosofía no se originó ya en el Oriente del Imperio Griego, sino en sus colonias occidentales, con su centro en la ciudad de Elea, de donde viene el nombre de los "eléatas" o de la "Escuela de Elea". Allá, en el umbral de los siglos VI y V antes de nuestra era, fundó esta escuela Parménides.
La filosofía de los eléatas no gozaba de una gran acogida en su época, pero sí, de una prolongación significativa de cuatro generaciones de filósofos: 1ª es la generación de Jenófanes, considerado como el antecesor de la misma ; 2ª la generación del fundador Parménides ; 3ª la generación de su discípulo, Zenón ; y la 4ª formada por los discípulos de éste . Durante la vida de esta cuarta generación, la filosofía eléata se convierte principalmente en erística.
2. ANTECESOR: JENÓFANES.
Nacido en 580 antes de nuestra era en las colonias orientales de Grecia, pudo haber vivido 100 años, según cuenta la leyenda. Cuando Jonia, en 545, llegó a ser una provincia de Persia, a causa de las guerras, en las cuales Jenófanes había participado activamente, se trasladó al Occidente, a la Gran Grecia. Pasó una vida de vagabundo estableciéndose, recién en la vejez, en Elea. Era más bien poeta que filósofo, y sus poesías se relacionaban con la temática ético - religiosa. Escribió, no obstante, también una obra filosófica llamada: De la naturaleza.
Jenófanes proveniente de Jonia conocía la filosofía de los Jonios; se dice que fue, inclusive, el discípulo personal de Anaxímenes. Elaboró una teoría propia pero análoga a los Jonios, diciendo que el Arché era la Tierra. Su interés, sin embargo, se dirigía hacia la divinidad, de la cual creía que era una, y que no se la podía aplicar las características cambiables como lo hacía generalmente la gente: "Piensan los mortales - escribía- que los dioses han nacido, que tienen su vestimenta, la voz, la forma igual a ellos. Los etíopes afirman que sus dioses son negros y con nariz aplastada, y los Tracios que son de ojos azules y pelirrojos... y si los toros y los caballos y los leones tuviesen manos y pudiesen con ellas pintar y producir obras, como hombres, entonces los caballos pintarían las formas de dioses parecidas a caballos y ese tipo de cuerpos les darían; y los toros parecidos a los toros, daríanles formas que a su propio género pertenecen".
Jenófanes combatía el politeísmo y antropomorfismo, pero a la vez, trataba de presentar una imagen positiva de la divinidad, la cual, según él, tendría que ser inmaterial, inmutable y omnipotente. De la filosofía de los Jonios, Jenófanes resaltó la idea de la unidad. A ese pensamiento hizo referencia Parménides y fundó en él su gran sistema filosófico.
3. PARMÉNIDES.
3.1. Vida de Parménides.
Nació a finales del siglo VI antes de nuestra era en Elea. Su importancia filosófica es enorme, ya que su obra divide la filosofía de la naturaleza presocrática en dos períodos bien definidos: el de los sistemas monistas anteriores a él, y el de los sistemas pluralistas posteriores a él. Tal vez en su juventud fue pitagórico. Escribió un Poema en verso, pero totalmente antipoético que, además del Proemio, del carácter alegórico - religioso, comprendía dos partes claramente diferenciadas: en la primera de ellas, vía de la verdad, se expone su doctrina de la realidad, del ente único e inmóvil; en la segunda, se ofrece una cosmología de tipo tradicional, narrándose el origen y constitución del universo..
3.2. Tesis principal de Parménides
En todos los sistemas filosóficos anteriores existía un antagonismo, no siempre consciente, entre la singularidad y pluralidad, ya que en el principio del mundo, el Arché, era uno sólo pero, no obstante, el mundo actualmente contiene pluralidad de cosas. De este antagonismo se desprende también el otro: entre la permanencia y el cambio, ya que aquel principio tenía que ser inmutable mientras que el mundo es cambiable. A diferencia de los primeros filósofos Jonios, recién la generación de Heráclito y Parménides había reflexionado sobre estos temas. Mientras que Heráclito, con su absoluto relativismo y cambio, estaba en un lado, Parménides ocupaba el polo opuesto: según él, nuestras percepciones no reflejan lo que realmente es el ser; no podemos llamarle "ser" a algo que pude dejar de ser. De este concepto del ser Parménides hizo el objeto principal de su filosofía.
3.3. Teoría del ser
El punto de partida de Parménides es sumamente simple, expresado en el siguiente axioma: "El ser es, el no-ser no es". Sin embargo, de este simple principio, ingeniosamente, pudo haber deducido todas las características del ser: El ser no tiene principio, porque ¿de qué podría ser creado? ¿de un no-ser? pero el no-ser no existe. Por esta misma razón el ser tampoco puede tener fin, es eterno. Luego, el ser es continuo, porque cualquier intervalo sería no-ser. Es el ser es también inmóvil e inmutable porque, en el caso contrario, tendría que transformarse en no-ser. El ser es indivisible, porque si existiesen sus partes, éstas por no ser "ser" tendrían que ser "no-ser". Finalmente el ser es fijo y único: supongamos que nos encontramos en una playa, y vemos el mar, la arena, percibimos el aire; cada uno de estos elementos como algo distinto. Pero si eso fuese real, ¿qué sería aquel elemento que separa el agua del aire, y la arena de los dos y de cada uno de ellos? Este elemento, ¿es un ser o es un no-ser? Suponiendo que es un ser, la situación sería absurda, porque éste a la vez tendría que tener otras fronteras - elementos que lo separasen del mismo, y así, aparecerían más y más elementos - fronteras sin fin. Pero, por otro lado, si este elemento es un no-ser, como es lógico, no existe, ya que sólo "el ser es, y el no-ser no es". Así que algo que no existe, no puede separar una cosa de otra, luego, no existe la pluralidad de las cosas sino un único ser.
Mientras que la teoría de Heráclito era compatible con el sentido común y con la experiencia, la de Parménides fue basaba exclusivamente en la especulación y en la deducción. Y siendo que las conclusiones de sus razonamientos no correspondían a la realidad experimentada, había que poner en duda necesariamente, la validez de dichas experimentaciones y de las percepciones sensoriales en general; se hizo necesaria la diferenciación entre el ser y los fenómenos, como también una defensa de la teoría frente al sentido común. El discípulo de Parménides, Zenón de Elea, fue uno de los más brillantes e insólitos defensores de dicha causa.


4. ZENÓN DE ELEA.
Zenón de Elea fue el discípulo más original e ilustre de Parménides. De su vida casi no sabemos nada, salvo las aproximadas fechas de su nacimiento y muerte, que son: 490 y 430 antes de nuestra era respectivamente. Su obra De la Naturaleza fue escrita en forma de preguntas y respuestas, llegando a ser, de esta manera, un modelo de la forma de diálogo, usada posteriormente por muchos filósofos, entre ellos, por el mismo Platón.
Era un nuevo tipo de filósofo - apologeta, que más se dedicaba a defender las viejas posiciones que buscar las nuevas. Perfeccionó el arte de la discusión y por Aristóteles fue reconocido como el creador de la dialéctica.


4.1. Los cuatro argumentos en contra del movimiento.
Zenón defendía la idea de los eléatas de la unidad e inmutabilidad del ser. Lo hacía a través del camino indirecto y negativo, demostrando la imposibilidad de toda pluralidad y de todo cambio. Los argumentos más conocidos de Zenón son los cuatro, que corresponden a la imposibilidad del movimiento. Analizaremos, brevemente, a cada uno de ellos.


4.1.1. Dicotomía.
Así se llama el primer argumento, que en griego quiere decir: dividir en dos. Efectivamente, Zenón argumenta que si algún objeto (puede ser éste un hombre, un animal, o cualquier otra cosa que, supuestamente, se mueve) tiene que recorrer alguna distancia, llamémosla x, tendría que primero recorrer la mitad de esta distancia (1/2 x), luego la mitad de la distancia restante (1/4 x), para después recorrer la mitad de lo que sobró (1/8 x) y así sucesivamente, sin fin. Por más pequeño o hasta microscópico que sea el camino a recorrer, el objeto tendría que pasar por un infinito número de segmentos, cosa imposible de hacer dentro de un limitado marco de tiempo. El movimiento es, pues, imposible.


4.1.2. Aquiles
El argumento que tiene este nombre es parecido al anterior y sostiene que el mitológico y veloz guerrero Aquiles, nunca alcanzará al más lento, como la tortuga, si es que ésta tenga, aunque sea tan sólo mínimamente, una ventaja sobre aquel, demostrando, en esta manera, que realmente el movimiento no existe. Se supone, pues, que en el momento de la partida, la tortuga tiene una leve ventaja, pero Aquiles, para poder adelantarla, tiene que primero llegar al lugar donde la tortuga se encontraba en el momento cuando empezó la corrida, mientras tanto ésta ya se adelantará algo; y así se seguirá siendo siempre.


4.1.3. La flecha
Bajo este nombre se esconde otro ingenioso argumento que analiza el supuesto movimiento de una flecha sacada del arco. Zenón afirma que en el mismo momento presente la flecha no se mueve sino que reposa en el aire y no atraviesa ningún espacio. Lo mismo sucede en cualquier otro momento dado; y como el tiempo se compone de momentos, la flecha no puede atravesar el aire hacia adelante sino que reposa en él.


4.1.4. El estadio
Es el argumento más perspicaz de todos, y lo más interesante del mismo es que, según la moderna teoría de la relatividad general, resulta de todo cierto: se basa, pues, en la relatividad de la velocidad (del tiempo). Según la teoría de la relatividad de Einstein, sabemos que el tiempo, sí es relativo, pero cuando Zenón de Elea lo descubre, simplemente niega su existencia, antes de reconocer su relatividad. He aquí el argumento: la velocidad de los objetos en supuesto movimiento, es más grande o más pequeña, dependiendo de otros objetos según los cuales se mide dicha velocidad. Si en un estadio observamos la velocidad de un corredor (a) y medimos la velocidad con la cual corre, resultará diferente si lo mide alguien que corre en la misma dirección (c) o si lo mide otro corredor que corre en el sentido opuesto (b). Si, pues, la velocidad del movimiento es una y otra a la vez, es contradictoria. Por consiguiente, el movimiento no existe.


5. IMPORTANCIA DE LA ESCUELA DE ELEA.
Parménides con su escuela se destacó en la historia de la filosofía primeramente por la teoría de la unidad e inmutabilidad del ser, luego por hacer una diferenciación entre la idea y la impresión, y finalmente, por el método deductivo y dialéctico aplicado al quehacer filosófico. La influencia de Parménides pronto superó la de Heráclito y la de los posteriores filósofos, quienes, aunque en desacuerdo con radicales consecuencias de los eléatas, nunca negaron sus principios: si en el principio existía un solo Arché, es cierto que hoy en día tendría que existir un solo elemento; sin embargo, tiene que existir una otra solución al problema de la actual pluralidad de seres: puede ser que en el principio del universo ya hayan existido múltiples sustancias. Así aparecen en la filosofía los sistemas, llamados pluralistas, los cuales deben su aparición, en gran medida, al pensamiento de los eléatas.

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