HERÁCLITO

1. VIDA Y OBRA DE HERÁCLITO.

Heráclito, provenía de Éfeso, aunque su vida había pasado en las colonias griegas de Asia Menor, donde vivían y actuaban los primeros filósofos naturalistas. La madurez intelectual de este filósofo cae al umbral de los siglos VI y V antes de nuestra era. Hereditario de una alta dignidad familiar (fue descendiente de la familia fundadora de Éfeso) la había cedido a su hermano, apartándose de la vida activa, lleno de pesimismo y aversión hacia la gente.
Su obra filosófica, a parte de la problemática cosmológica, abarcaba también los problemas políticos y teológicos. Comparando su obra con la de los filósofos jonios notamos la notable ampliación del objeto de la filosofía. Al tener un estilo alegórico y simbólico se ganó el apodo del filósofo "obscuro"; probablemente su carácter solitario había ayudado en la extensión y la popularidad de este apodo. A nuestros días habían llegado 130 fragmentos de su obra, en las cuales encontramos apuntes no tan sólo referentes a la observación del mundo, como en caso de los primeros Jonios, sino también una introspección, que formaba el fundamento de sus teorías. Heráclito tuvo una mente crítica, ya que de él sabemos, que fue el primer filósofo quien, a parte de exponer sus ideas, combatía las de los otros filósofos. Se inauguró, en esta manera, una nueva forma de hacer la filosofía conocida, mucho más tarde, por el nombre de criticismo.

2. IDEAS.

2.1. Variabilidad y relatividad de las cosas.
Antes de preocuparse por la búsqueda de la primera sustancia del universo Heráclito observaba las principales características del mismo. Lo que más le llamó la atención era la variabilidad del universo: el hecho de que el mundo cambiaba constantemente. "Todo cambia (Panta rei), nada permanece firme", escribía. La ley de identidad pierde su validez. La imagen de un río es la más adecuada para representar el universo: "Nadie puede entrar dos veces en el mismo río"; claro está, porque en la segunda o tercera vez, aunque el río mantenga el mismo nombre no es igual, por el simple hecho de que le hallan llegado nuevas aguas. No podemos decir qué somos, porque somos y no somos a la vez; lo cierto es, que sólo cambiamos. Aunque algunas cosas parecen permanecer iguales esto es pura ilusión; lo que realmente existe es un continuo devenir.
En medio de esos cambios se borran las diferencias ente los contrastes. No existen fronteras claras entre, por ejemplo, el día y la noche, la juventud y la vejez. Así que en el fondo, deduce Heráclito, el día y la noche son lo mismo, como también la juventud y la vejez, la vida y la muerte, el bien y el mal. De la misma manera hace referencia a las características de las cosas, de las cuales ninguna es absoluta. Estas observaciones llevaron a Heráclito a crear una concepción radicalmente relativista del universo.
2.2. El universo inteligente hecho del fuego.
En esta filosofía extremadamente relativista, no había lugar para la búsqueda de una "esencia" del universo, una "materia prima" permanente y constante. Si bien es cierto que para Heráclito aquel Arché de los filósofos anteriores, era el Fuego, también es cierto que éste no fue comprendido como un elemento de la naturaleza, sino como una fase de cambio. Por su carácter cambiable, el fuego fue el mejor símbolo para ilustrar la naturaleza cambiante del universo.
Esta naturaleza, paradójicamente, demuestra que existe un único elemento fijo en el universo, que es... el cambio. El cambio es la característica inherente a la naturaleza. Por otro lado, permanece fijo también, el orden según el cual este cambio acontece. Hay una ley que rige todos los cambios, tanto en el hombre como en el universo. Como no quepa dudas que al hombre le gobierna la razón, de ahí se desprende que el universo también está gobernado por una Razón. Para Heráclito, entonces, la Razón no es una característica netamente humana, sino una fuerza cósmica, en la cual el hombre sólo tiene una participación. Gracias a esa razón cósmica, los contrastes se convierten en armonía, y la guerra llega a ser "el padre y el rey de todas las cosas".

3. IMPORTANCIA DE HERÁCLITO.

En la historia de la filosofía pesaron principalmente dos teorías de Heráclito: la teoría de la variabilidad universal y la teoría de la inteligencia del universo. Gracias a él, también se había introducido en la filosofía, una primera reflexión de carácter humanista, por haber mencionado el aspecto introspectivo.
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