EMPÉDOCLES
1. VIDA Y OBRA
Empédocles proveniente de Agrigento, ciudad, en aquella época,
más rica de Sicilia. Vivió entre los años 490 y 430 antes
de nuestra era. Fue médico, sacerdote, hacedor de milagros, poeta y filósofo.
Se consideraba a sí mismo como una persona inspirada, casi divina. Fue
adorado y venerado por la muchedumbre que admiraba sus milagros, los cuales,
según los relatos que podemos leer, eran más bien frutos de una
mente ingeniosa y conocedora de la naturaleza. Para morir, se tiró en
el volcán Etna para unirse con los dioses. Después de su muerte
se convirtió en un personaje legendario.
Su principal obra De la Naturaleza contiene tres partes, de las cuales la primera
es un poema sobre el mundo en general, la segunda trata de flora y fauna, y
la tercera, de los asuntos divinos y del alma.
2. FILOSOFÍA
La filosofía de Empédocles es el primer intento de conciliar las
contradictorias y opuestas concepciones de Heráclito y Parménides.
No puede crearse algo de la nada, y tampoco algo que es, puede dejar de ser.
Este principio parmenidiano fue aceptado como cierto por Empédocles,
pero aplicado solamente a los elementos simples: las cosas complejas sí,
podían aparecer como desaparecer, hacerse o deshacerse. De esta manera
conciliaba la experiencia de Heráclito con la deducción de Parménides.
La inmutabilidad de los elementos no contradice lo cambiable de las cosas, ya
que los inmutables elementos pueden juntarse y separase no cambiando nada por
ello, pero variando sus composiciones, produciendo cosas distintas y haciéndolas
perecer.
Para sostener esa explicación habría que romper con la tradicional
concepción monista del universo y reemplazarla por el pluralismo. Efectivamente,
Empédocles distinguió entre cuatro géneros de la materia:
agua, aire, fuego y tierra. Las llamó: "raíces del mundo",
que con el tiempo cobraron el nombre de "elementos".
Para poder explicar la manera, a través de la cual, los elementos se
mezclan, hizo una importante distinción entre la materia y la fuerza.
Ahora, la materia fue comprendida como una masa deforme y sin movimiento, que
puede cambiar sólo a través de una actividad exterior. Para Empédocles
había dos fuerzas externas que movían la materia: el amor y la
contienda.