DEMÓCRITO Y LOS ATOMISTAS
1. PERSONA DE DEMÓCRITO
Nació en Abdera (Tracia) en el año 460 antes de nuestra era,
y murió en el año 360. Es, por tanto, contemporáneo de
Sócrates. Su maestro fue Leucipo y los nombres de ambos aparecen asociados
a la creación del atomismo mecanicista. Toda su vida pasó en
su ciudad natal, lejos de la bulliciosa Atenas, donde se encontraba la mayoría
de los filósofos. Aunque una vez visitó Atenas, no encontró
allí la comprensión para sus obras. Probablemente por su alegre
carácter, se ganó la opinión del "filósofo
sonriente".
Demócrito fue un escritor enciclopédico, brillante científico
con una amplia gama de conocimientos: Diógenes Laercio reproduce una
lista de sus escritos en que se recogen más de sesenta obras dedicadas
a temas éticos, físicos, matemáticos, músicos
y técnicos. Su filosofía materialista ha sido cruelmente combatida
por la mayoría de los filósofos antiguos y los de la Edad Media;
no es de extrañar pues, que de esta inmensa obra han sobrevivido solamente
algunos breves fragmentos. Sus teorías nos son conocidas, fundamentalmente,
a través de la exposición de las mismas por otros autores, y
muy especialmente, por Aristóteles y los epicúreos.
2. ANTECESOR: LEUCIPO
Leucipo fue el maestro de Demócrito, aunque pronto la deslumbrante
persona del discípulo puso en la sombra al maestro. Sobre su vida y
obra no disponemos de documentos ciertos, no se disponía de ellos tampoco
en la antigüedad, por cuya razón se sospechaba que Leucipo fue
más bien, un personaje ficticio. No sabemos de dónde provenía,
pero existen notas, según cuyos informes, Leucipo viviría en
Abdera, dirigiendo allí una escuela. Era coetáneo de Empédocles
y Anaxágoras.
Hoy día es difícil distinguir entre las ideas originales de
Leucipo y de Demócrito. Se cree que el fundamento del atomismo, la
elaboración de los principales conceptos y las tesis fundamentales
fueron una creación de Leucipo.
3. FILOSOFÍA DE DEMÓCRITO
3.1. Teoría de la materia: Atomismo
Los atomistas hicieron referencia a la teoría de la inmutabilidad del
ser de Perménides, pero llegaron a diferentes conclusiones. No creían
que la teoría del ser tendría que oponerse a los fenómenos
y a la experiencia. Afirmaban, en cambio, que la materia se componía
de los átomos, elementos más pequeños, indivisibles e
inmutables, los cuales moviéndose continuamente en el espacio (en el
vacío) formaban un mundo cambiable y cada vez distinto. Toda la naturaleza
se compone, pues, de estos átomos, los cuales no se distinguen entre
sí, la diferencia entre ellos consiste solamente en la cantidad de
los mismos, pero no en la cualidad. El movimiento de los átomos es
eterno, como también eterno es el vacío en cual se mueven. La
existencia del vacío fue tan importante como la existencia de los átomos
mismos, ya que se pudo a través de él, explicar el movimiento
existente en el universo, sin acudir a las fuerzas externas. El vacío
fue también la respuesta al "no-ser" parmenidiano, ya que
éste se identificaba, según Demócrito, con aquél,
de la misma forma que los átomos correspondían al "ser"
de Parménides.
3.2. Teoría subjetivista de las percepciones
Para Demócrito existían solamente los átomos y el vacío.
Lo demás, lo que percibimos a través de los sentidos es subjetivo
y relativo. Las percepciones, por primera vez en la historia de la filosofía,
dejaron de ser una imagen del mundo y se volvieron estados de la mente. Esto
no quiere decir que Demócrito había rechazado el conocimiento
sensorial por completo. Más bien, se limitó a hacer la distinción
entre el conocimiento "verdadero", racional y el conocimiento "obscuro",
subjetivo y no claro.
3.3. El materialismo
Todo lo que acontece en la naturaleza, los atomistas lo explicaban en forma
causal. Las causas eran materiales y mecánicas. Por ejemplo, la causa
del movimiento del sol y la luna la veían en la presión que
ejercía sobre ellos el aire que llenaba el universo.
Negaban la teoría según la cual el universo se regía
por una inteligencia o divinidad exterior al mismo; la inteligencia la apreciaban
mucho, pero no como una fuerza cósmica, sino como una categoría
humana. No preguntaban por la primera causa: ¿quién movió
los átomos en el principio? Eso no tenía sentido para ellos.
Más bien buscaban causas más cercanas. El cielo fue tratado
igual que la tierra. Ésta a su vez, perdió, según Demócrito,
su posición privilegiada en el universo. Afirmaba que existían
muchos otros planetas en los cuales podría existir la vida, y aún,
muchos otros mundos, algunos desarrollándose, otros pereciendo.
El alma también era material para estos filósofos. Demócrito
trataba los fenómenos psíquicos como materiales. El alma se
componía, para él, de átomos, pero átomos muy
especiales: más pequeños, más regulares y más
movibles. Creían, que a través de la respiración el hombre
renovaba estos átomos, basándose en su peculiar interpretación
de los fenómenos del sueño y de la muerte, según la cual,
aquélla era una parcial y ésta total desaparición de
los átomos del alma.
Con esas y otras concepciones, Demócrito logró a elaborar una
teoría completa de la naturaleza, ya que todos los fenómenos
posibles trató como materiales. Fue llamado por eso el "padre
del materialismo". Y con suma razón, porque las filosofías
anteriores, aunque algunas de ellas materialistas, trataban la materia como
si fuera espiritualizada.
4. INFLUENCIA DE LOS ATOMISTAS
Los logros más importantes de esta escuela son: 1º la teoría
racional - empírica y causal de la naturaleza; 2º la teoría
de los átomos; 3º la formulación de la subjetividad de
las percepciones sensibles y, 4º la elaboración de un sistema
completo materialista.
El atomismo sobrepasó lejos todo lo que en este momento se hacía
en la filosofía. Por eso, sin embargo, más despiadada fue, entonces
la oposición contra esta corriente. Desaparecidas sus obras, fue objeto
de ataque de los filósofos idealistas de orientación teleológica,
incluyendo a los clásicos, Platón y Aristóteles. Solamente
la escuela epicúrea en la antigüedad revivió sus ideas.
La gran y justa recompensa le llegó a esta filosofía en la Época
Moderna.