ARISTÓTELES
  1. VIDA DE ARISTÓTELES. 
  Discípulo de Platón y maestro de Alejandro Magno, nació 
  en Estagira (Tracia) el año 384 antes de nuestra era, donde recibió 
  una educación intelectual del carácter empírico-médico, 
  siendo hijo del médico real del rey de Macedonia. A los dieciocho años 
  marchó a Atenas para ingresar en la Academia platónica y en ella 
  permaneció durante veinte años, hasta la muerte de Platón. 
  A raíz de ésta, Aristóteles abandonó Atenas, iniciándose 
  para él un período de maduración intelectual y de alejamiento 
  progresivo de la filosofía platónica. El año 335 antes 
  de nuestra era vuelve a Atenas y funda allí su propia escuela, el Liceo, 
  llamada también "peripatética", era su presidente desde 
  la fundación hasta el año 323 antes de nuestra era. Este segundo 
  periodo de estancia en Atenas, dedicado a la enseñanza e investigación, 
  terminaría con la muerte del que fuera su discípulo, Alejandro 
  Magno. Un año después de abandonar Atenas, moría en la 
  isla de Eubea a los sesenta y dos años de edad (año 322 antes 
  de nuestra era). 
  Se conservan algunos fragmentos de sus escritos de juventud (diálogos 
  de contenido y estilo platónico) así como un número considerable 
  de tratados completos cuyo conjunto se denomina corpus aristotelicum. 
  Los tratados más importantes están dedicados a cuestiones de lógica, 
  filosofía de la naturaleza y biología (los más importantes 
  de este grupo son la Física, Acerca del alma), de ética (Ética 
  a Nicómano) y de política (Política). De máximo 
  interés es también su Metafísica, obra dedicada a cuestiones 
  de ontología y teología. 
  2. DIVISIÓN DE LA FILOSOFÍA. 
  Aristóteles, como todos sus coetáneos, entendía la filosofía 
  en el sentido más amplio, como el "conocimiento de la verdad". 
  Su objeto, pues, era tan grande que necesitaba de una clasificación. 
  Aristóteles la hizo en el siguiente modo: primero apartó la lógica, 
  como la disciplina preparatoria, luego la filosofía restante la dividió 
  en teórica y práctica. Esta última tuvo dos partes: ética 
  y política; la filosofía teórica se dividía en tres 
  bloques: física, matemática y "filosofía primera", 
  llamada más tarde "metafísica". Esta última división 
  corresponde al grado de abstracción de dichas ciencias, y así 
  la física estudia aquellos seres que poseen existencia real y están 
  dotados de movimiento; las matemáticas, de entidades carentes de existencia 
  real, que no están sometidas al movimiento; la "primera filosofía" 
  estudia el ser en sí, sus cualidades generales. 
  3. LÓGICA. 
  Aristóteles, aún siendo el discípulo más ilustre 
  de Platón, rechazó su teoría del hiperuranio. Negaba la 
  existencia de las ideas, como realidades exteriores a las cosas particulares. 
  No obstante mantuvo la concepción platónica sobre el conocimiento: 
  sólo reconocía el conocimiento incluido en los conceptos generales. 
  El dualismo platónico de dos mundos: ideal y material, reemplazó 
  por un dualismo nuevo: el ser y el saber; el ser era particular, más 
  el saber universal, general. Esta parte del saber general constituyó 
  la nueva ciencia llamada "lógica". 
  La lógica tenía que enseñar cómo utilizar correctamente 
  los conceptos y los juicios y también, cómo inferir conclusiones 
  de los juicios simples, o sea, la teoría del silogismo. Los detalles 
  de esta disciplina, por ser considerada como una ciencia independiente, tienen 
  que ser estudiados a parte. 
  4. FILOSOFÍA TEÓRICA. 
  4.1. Sustancia. 
  Fuera de las cosas reales -sustancias- no existe el ser. Esta concepción 
  que rompía con el dualismo del ser platónico, consideraba sólo 
  la sustancia como el ser. Las relaciones entre las sustancias, sus cualidades, 
  etc., eran tan solo sus accidentes. 
  4.2. Hilemorfismo: materia y forma. 
  Las reflexiones sobre la sustancia le llevaron a distinguir en ella dos elementos. 
  Porque si tomamos alguna sustancia particular, como por ejemplo, a un ser humano 
  concreto, encontraremos en él algo que pertenece a toda la raza humana, 
  algo que se encierra en el concepto del "hombre" y, a la vez, particularidades 
  que lo distinguen de otros seres humanos. Estas características que comprenden 
  el concepto, que pertenecen a la definición, Aristóteles las llamó 
  "forma", el resto lo llamó "materia". Pero la materia 
  nunca existe en forma independiente. Realmente existen sólo agrupaciones 
  concretas de forma y materia, una concepción llamada el "hilemorfismo" 
  (del griego: ele - materia; morfé - forma). Aunque los dos elementos 
  son indispensables para la existencia del ser, sin embargo, la forma es más 
  importante que la materia. La forma llegó a ser la esencia de las cosas. 
  
  4.3. El movimiento. 
  Siendo la forma la esencia de los seres naturales, ésta tiene que ser 
  también "energía" o "acto", ya que en la esencia 
  de las cosas está el accionar. "Ser" no significa ocupar espacio 
  sino actuar. Si, pues, la forma es el acto, la materia es la "potencia": 
  algo que todavía no es, pero puede llegar a ser, mientras que el acto 
  es lo que ya llegó a ser. El movimiento, entonces, es el paso de la potencia 
  al acto. 
  Surge, sin embargo, la pregunta, ¿cómo, algo que no es (potencia, 
  el no-ser parmenidiano), puede llegar a ser (acto)? Aristóteles hizo 
  una notable diferenciación en este punto. Hay, según él, 
  dos maneras de no-ser. Por ejemplo, la piedra no es árbol, pero tampoco 
  puede llegar a serlo; este es un no-ser absoluto. Mientras que la semilla, tampoco 
  es árbol, pero sí, puede llegar a serlo; este es un no-ser relativo. 
  De esa manera se hace posible la transición del no-ser (relativo) en 
  ser, posibilitando así el cambio o movimiento. 
  El cambio puede ser de dos tipos: sustancial, cuando el cambio destruye una 
  sustancia y genera una nueva, y accidental, cuando lo que cambia son los aspectos 
  no esenciales del ser. Cuando, por ejemplo, se quema una hoja de papel y se 
  convierte en cenizas, tenemos un cambio sustancial, más si esta misma 
  hoja ha sido cortada y se achicó su tamaño, éste fue un 
  cambio accidental. 
  En cada tipo de cambio, sea éste sustancial o accidental, intervienen 
  tres elementos: algo que desaparece, algo que aparece y algo que permanece. 
  En el cambio accidental aquello que permanece no plantea ningún problema, 
  pero ¿qué es aquello que permanece en el cambio sustancial? Aristóteles 
  lo llamó sustrato, denominado también más tarde por los 
  escolásticos como la "materia última" o la "materia 
  prima". Era ésta una materia absolutamente indeterminada. 
  4.4. Teleología. 
  Para explicar el orden y la naturaleza del universo, Aristóteles, al 
  igual que Platón, hablaba de los fines fijos en el desarrollo del mundo. 
  Pero mientras Platón esos fines veía fuera del universo, su discípulo 
  creía que los seres tienden a alcanzar el fin, la perfección que 
  les es propia. Sus estudios médicos y biológicos obviamente influyeron 
  en la elaboración de esta concepción: es como una semilla que 
  contiene la fuerza potencial para convertirse en árbol, o como un embrión 
  que realiza un proceso encaminado a obtener forma y características del 
  adulto. Hasta los movimientos naturales como la caída de una piedra o 
  la subida del humo, Aristóteles explicaba a través de los fines 
  que supuestamente tenían. Este modelo de la naturaleza de las finalidades 
  internas se llama el modelo teleológico y aplicado a la mecánica, 
  tiene bases equivocadas. No es de extrañar, entonces, que su formulación 
  del movimiento también fue errada, y este error perduró en las 
  ciencias por milenios. 
  4.5. Teología. 
  El mundo es eterno, según Aristóteles, pero a la vez limitado 
  en el espacio. En este mundo hay un eterno proceso de formación de la 
  materia: un eterno paso de la potencia al acto. Este paso puede ser expresado 
  también como el de la causa y efecto. Todo lo que acontece en el universo 
  tiene su causa, pero en esta cadena de causas y efectos hay una excepción: 
  Aristóteles estaba convencido de la existencia de una Primera Causa. 
  Ésta debería tener otras características que las cosas 
  que nos son conocidas, puesto que todas las cosas son efectos de una causa y 
  la Primera Causa existe de por sí, es un ser independiente. He aquí 
  sus características: 
  · Es un ser inmóvil e inmutable: no puede ser movido por algo 
  porque no sería, entonces, la primera causa, tampoco se puede mover a 
  sí mismo, porque no sería simple sino complejo. 
  · No es un ser complejo, porque la unión de partes tendría 
  que tener su causa. 
  · No es material, porque la materia es la fuente de cambios; es pura 
  forma o acto puro. 
  · Es un ser espiritual. 
  · Es un ser inteligente. 
  · Siendo un ser espiritual puede, sin embargo, atraer el mundo material, 
  haciéndose su fin. Mueve el mundo siendo el fin del mismo. Así 
  Aristóteles formula suel principio de la atracción inmóvil. 
  
  · El objeto del pensamiento de este ser es sólo él mismo. 
  
  · Es un ser único. 
  · Es necesario, porque no contiene la materia, la cual es contingente 
  por naturaleza, ya que contiene variedad de posibilidades. 
  · Es perfecto. 
  4.6. Psicología. 
  Para explicar la relación entre el cuerpo y el alma, Aristóteles 
  acudió a su tesis de la materia y forma. De esta manera el alma llegó 
  a ser la forma del cuerpo, su energía, en otras palabras, algo inseparable 
  de éste. El cuerpo no puede existir sin el alma, ni el alma sin el cuerpo. 
  
  Aristóteles entendía el alma, en el sentido amplio: no sólo 
  como un elemento psicológico sino biológico, dinámico, 
  como principio de vida y de movimiento. En este sentido, el alma tenía 
  varias funciones, las cuales habían sido ordenadas jerárquicamente 
  de la siguiente manera: el alma vegetal tiene la función más baja: 
  la de alimentarse; el alma animal posee una función superior: la de percibir; 
  con las percepciones aparecen los sentimientos e impulsos, esta parte del alma, 
  entonces, también es emotiva e impulsiva; el alma racional es el grado 
  más alto, el único que diferencia al hombre del resto de los animales. 
  De ahí la conocida definición del hombre, que si bien no es de 
  la autoría directa de Aristóteles pero en cierto modo es deducible 
  de su pensamiento: el hombre es un "animal racional". 
  5. FILOSOFÍA PRÁCTICA. 
  5.1. Ética. 
  Aristóteles afirmaba que la meta de todo ser humano, su fin último 
  es alcanzar la felicidad. Esta concepción no era nueva, fue conocida 
  bajo el nombre "eudeimonía" (en griego: felicidad) y afirmada 
  por casi todos los filósofos; todos, pues, estaban de acuerdo que el 
  bien máximo del hombre era la felicidad, pero el desacuerdo comenzaba 
  cuando se trataba de concretar en qué esta felicidad consistía. 
  
  Aristóteles creía que cada ser llegaba a ser feliz realizando 
  la actividad que le es propia. ¿Cuál, entonces, es la actividad 
  propia al ser humano? La respuesta a esta pregunta le ofreció su concepción 
  del alma humana dividida en tres partes, con la parte racional como la superior. 
  Si el raciocinio es propio sólo para el hombre, entonces la felicidad 
  más perfecta consistirá en la actividad contemplativa; diciendo 
  en otras palabras, el hombre llega a ser feliz a medida de sus conocimientos 
  y su sabiduría. 
  A esta actitud contemplativa se pueden dedicar, sin embargo, unas pocas personas 
  selectas, y aún ellas no pueden hacerlo de todo, ya que las necesidades 
  corporales, problemas económicos, etc. interfieren en dicha contemplación. 
  Por esa razón los hombres deben ser equipados en virtudes para poder 
  soportar y enfrentar esta situación. El número de estas virtudes 
  es, según Aristóteles, casi infinito, ya que hay tantas virtudes, 
  cuantas actividades el hombre conoce. 
  En cuanto a las virtudes, se hizo conocida la teoría aristotélica 
  llamada la "doctrina del centro", que sostiene que una virtud es el 
  centro entre dos actitudes extremadas y equivocadas. Por ejemplo, la generosidad 
  es una virtud-centro entre la avaricia y el derroche; la valentía, el 
  centro entre la cobardía y la audacia. 
  5.2. Política. 
  El máximo aporte de Aristóteles en esta área, era su insistencia 
  en que la naturaleza humana tenía el carácter esencialmente social; 
  el hombre es un "animal social" (zoon politikon). Frente a las concepciones, 
  como las de los sofistas, donde el Estado era el producto del convenio, Aristóteles 
  decía que "el Estado es algo producido por la naturaleza, y el hombre 
  es por naturaleza un animal político". 
  En cuanto a las formas de gobierno Aristóteles distingue tres: monarquía, 
  el gobierno de uno solo; aristocracia, gobierno de los mejores y democracia, 
  el gobierno del pueblo.