CASSIRER, Ernest: Kant, vida y doctrina (1918), 2a ed., México, F.C.E., 1968, cap. VI: La Crítica del Juicio, fragmentos.

§1.

Pretende fundamentar la crítica del juicio. (p. 318)
"[...] la capacidad del juicio se presenta bajo su primer concepto como una actividad mediadora entre la razón teórica y la razón práctica, [...]." (p. 329)
"[...] Kant [se orienta] por la ordenación artística y artificiosamente exterior de los conceptos [...]." (p. 320)
"[...] Kant influye más que con cualquiera otra [obra] en la totalidad e la cultura espiritual de su tiempo. Fue partiendo de la Crítica del juicio precisamente como Goethe y Schiller -cada cual a su modo y por su camino- descubrieron y fijaron sus verdaderas relaciones interiores con Kant. [...]" (p. 320)
"[...] Lo que a Goethe le cautivó en la Crítica del juicio no fue solamente el contenido, sino también la arquitectura, la disposición material de la obra. [...] "Vi reunidas aquí mis aficiones más dispares, tratados por igual los productos del arte y de la naturaleza, mutuamente iluminados los juicios estéticos y los teleológicos...""[...] Y, sin embargo, es precisamente este rango fundamental [...] el que constituye desde el primer momento la piedra del escándalo [...] de los especialistas filósofos [...]." (p. 321)
"[...] Uno de los rasgos fundamentales de la metodología trascendental de Kant consiste en que dice siempre referencia a un determinado "hecho" sobre el cual opera la crítica filosófica. [...] En la Crítica de la razón pura este hecho lo daban la forma y estructura de la matemática y de la física matemática; en la Crítica de la razón práctica servían de punto de partida la actitud del "sentido común humano" y el criterio por él empleado en todo enjuiciamiento moral." (p. 322)
"[...] no existe ningún camino que lleve directamente de los problemas de la ciencia descriptiva y clasificadora de la naturaleza a los problemas de la plasmación estética, como no podrá tampoco encontrarse, a la inversa, [...]." (p. 322)

§ 2.

"[...] Kant da de la capacidad de juicio como una capacidad que dicta leyes a priori, nos remite en cuanto a su tenor literal más bien a un problema de lógica "formal" general que a un problema fundamental perteneciente a la órbita de la filosofía trascendental. [...] Según esta definición, el problema de la capacidad de juicio coincidiría con el problema de la formación de conceptos, pues lo que el concepto hace es precisamente reunir los ejemplares sueltos en un género superior [...]." (p. 323)
"[...] la relación entre lo particular y lo general, relación expresada por medio del concepto. [...]" (p. 324)
"Es lo general del fin lo que nos da la clave para llegar a conocer la generalidad del ser. [...] El universo de las "formas" no existe, por tanto, más allá de los fenómenos, como algo existente de por sí y separado, sino que es algo que se contiene interiormente dentro de los mismos fenómenos como un todo de fuerzas proyectadas hacia un fin [...]." (p. 325)
"[...] Lo particular no "es" lo general, pero aspira a llegar a serlo, al recorrer el ciclo de sus posibles plasmaciones. En esta transición de lo posible a lo real, de la potencia al acto, consiste en lo que Aristóteles designa en el sentido más general por medio del concepto de movimiento. [...]" (p. 325)
"La pregunta de cómo se comporta lo particular con respecto a lo general, de cómo aquello es algo separado de esto y al mismo tiempo idéntico con ello, se contesta, según Aristóteles, con el concepto del fin, [...]." (p. 325)
"El sistema neoplatónico [...] Plotino esfuérzase en restaurar este concepto [de desarrollo] en su significado más amplio y más abstracto, [...]. Por tanto, el desarrollo aparece aquí bajo la forma metafísica de la emanación: es aquel proceso primigenio por medio del cual se desciende desde el primigenio fundamento inteligible hasta el mundo de los sentidos [apareciendo la] correlación conceptual entre el problema biológico y el problema estético, entre la idea del organismo y la idea de lo bello. [...]" (p. 325-326)
"[...] en Aristóteles [...] el desarrollo iba unido, ante todo, a los fenómenos de la vida orgánica; [...]." (p. 325)
"Así como [...] el logos plasmado, que es el que se encarga de transferir la estructura características del género al nuevo individuo que nace, en el artista el proceso creador presenta el mismo engarce, [...] es como si la idea, que al principio solo existe como un algo espiritual [...] se expandiese en el mundo de la materia; el arquetipo espiritual que el artista lleva dentro de sí se impone a la materia [...]." (p. 326)
"La obra de arte es considerada, dentro de esta concepción de conjunto, simplemente como [...] aquella "forma interior" sobre que descansa la concatenación del universo en general. [...]" (p. 326-327)
"[...] Allí donde la observación empírica sólo percibe la dispersión en el espacio y en el tiempo, [...] la intuición estética descubre aquel entrelazamiento de fuerzas creadoras sobre que descansa tanto la posibilidad de lo bello como la posibilidad de la vida misma. [...]" (p. 327)
"[...] La plasmabilidad que nos revela lo real tanto en el todo como en sus distintas partes, en lo general y en lo particular, sólo puede comprenderse desde el punto de vista de esta metafísica si su causa se manifiesta en un supremo entendimiento absoluto. Es esto lo que da su matiz teológico [...]." (p. 327)
"[...] La verdad sólo se revelará ante nosotros [...] cuando en vez de partir de lo concreto [es decir] en vez de situarnos en medio de la existencia plasmada, nos remontemos a los mismos principios primigenios de la plasmación. Pues éstos y sólo éstos son "lo anterior según la naturaleza" que determina y gobierna en cuanto a su forma concreta lo particular. Para esta forma de concepción que en la generalidad de un principio supremo del ser abarca y posee al mismo tiempo la plenitud de todos los elementos del ser derivados acuñó Plotino el concepto y el término del "intelecto intuitivo". La inteligencia infinita, la inteligencia divina, [...]. Esta inteligencia intuye la forma del conjunto de lo real porque la engendra de un modo activo a cada instante y se halla, por tanto, interiormente presente en la ley plasmadora de la forma a que se halla sujeto cuanto existe. Esta concepción fundamental a que nos estamos refiriendo se desarrolla a través de toda la filosofía de la Edad Media. [...]" (p. 328-329)
"La concepción del mundo que Spinoza profesa no es ya la concepción orgánico-teleológica de Aristóteles y del neoplatonismo, sino que es el cosmos mecánico de Descartes y de la ciencia moderna. Sin embargo, este contenido nuevamente revelado se muestra también [...] sumiso a la forma del viejo concepto metafísico. [...]" (p. 329)
"[El] concepto general de ser en el que, según la sentencia del sistema de Spinoza, se contienen todas las cualidades y leyes especiales del ser mismo [...]." (p. 330)
"La verdadera ordenación y articulación de las cosas revélase, por tanto, idéntica a la ordenación y articulación de las ideas. Pero frente a la articulación de las ideas aparece, por otra parte, la sucesión puramente fortuita de nuestras representaciones puramente subjetivas; [...]. Si, siguiendo a Spinoza, llamamos al conocimiento de estas concesiones de los fenómenos en el tiempo y en el espacio la forma de conocimiento de la "imaginación", nos encontramos con que la forma de la intuición pura [...] se enfrenta con aquélla en un antagonismo riguroso y absoluto." (p. 330)
"[...] la formulación por Kepler del concepto de la "inteligencia ordenadora" descubre [...] el tema fundamental estético de su teoría: como el creador del universo, el "demiurgo" [donde] las proporciones y "armonías" estéticas, su reflejo y su brillo aparecen también por doquier dentro de la existencia empírica y condicionada." (p. 331)
"En Shafterbury [interpreta que cuanto] vive debe la peculiaridad individual de su existencia a la forma específica que en ella actúa: [...] todas sus formas especiales se contienen dentro de una "forma de todas las formas", [...]." (p. 331) [Avicena]
"[...] Stadler sobre la teleología de Kant se limita exclusivamente a trazar un paralelo entre Kant y Darwin. [...]" (p. 332)
"[...] lo que él [Kant] trata de determinar es el rumbo peculiar que nuestro conocimiento sigue cuando enjuicia algo que es como ajustado a un fin, como proyección de una determinada forma. Lo único que aquí se debate es el derecho y la validez objetiva de este juicio. [...]" (p. 333)
"[...] según la convicción general registrada ya en la Crítica de la razón pura, el juicio y el objeto son conceptos rigurosamente correlativos, de tal modo que, en un sentido crítico, la verdad del objeto sólo pueda ser enfocada y razonada desde el punto de vista de la verdad del juicio. [...]" (p. 334)
"[...] para poder afirmar la esfera estética como una esfera propia [...] y para que la concepción teleológica de las cosas como "fines naturales" pueda prevalecer [...] es necesario descubrir un nuevo campo de juicios que [...] se distingan tanto de los juicios [...] teóricos como de los prácticos. [...]" (p. 334-335)
"[...] El verdadero engarce entre el mundo de la libertad y el mundo de la naturaleza [consiste] en que descubramos un tipo de reflexiones que participe por igual del principio de la explicación empírica de la naturaleza y del principio del enjuiciamiento moral." (p. 336)
"El problema está en saber si no podrá concebirse también la "naturaleza" de tal modo "que las leyes de su forma concuerden por lo menos con la posibilidad de los fines que en ellas actúan con arreglo a las leyes de la libertad". [...]" (p. 336)
"[...] la terminología usual en el siglo XVIII toma aquella expresión de "acuerdo al fin" [y] ve en ella la idea de toda coordinación de las partes [y que es el] concepto que Leibniz incorpora a su sistema con el nombre de "armonía". [Esta] construcción nos garantiza que no pueda llegarse jamás por este camino a un resultado que no sea ya totalmente determinable por el que precede, [...]." (p. 337-338)
"[El] concepto kantiano de la "adecuación al fin" [...] no prevalece solamente en las formaciones fortuitas de la naturaleza, sino también en las formaciones estrictamente necesarias de la intuición pura y del concepto puro. [...]" (p. 338)
"[...] los resultados fundamentales de la estética trascendental [...] nos demuestra, en efecto, que el orden y la regularidad que creemos percibir en las formas proyectadas dentro del espacio somos nosotros, en realidad, los que se las infundimos. [...]" (p. 340)
"¿De dónde viene esta confianza de poder "comprender" necesariamente en este sentido no sólo lo puramente creado, sino también incluso lo dado, es decir, de poder considerar sus elementos como si no fuesen completamente extraños los unos a los otros, sino como si guardaran entre sí una "afinidad" intelectual primitiva, que a nosotros sólo nos cabe descubrir y precisar? [...] Las leyes por las que se rigen los fenómenos en general dejan de ser así un misterio, pues aparecen, simplemente, como una manera distinta de expresar leyes por las que se rige el entendimiento mismo. [...]" (p. 340-341)
"[...] del material en que se basa nuestro conocimiento [...] no podemos por menos de descubrir aquí una cierta adecuación al fin, a saber: un acoplamiento de los fenómenos a las condiciones de nuestra facultad de juzgar. Esta adecuación al fin es "formal", pues no versa directamente sobre cosas y sobre su naturaleza interior, sino sobre los conceptos y su entrelazamiento dentro de nuestro espíritu; pero es, al mismo tiempo, absolutamente "objetiva", en el sentido de que sobre ella descansa nada menos que la existencia de la ciencia empírica [...]." (p. 344)
"[...] técnica de la naturaleza misma: aquella que consiste en contemplar la naturaleza de las cosas como si su posibilidad descansara sobre un arte o [...] voluntad plasmadora. Claro está que esta manera de concebir las cosas no viene dada ya por el objeto mismo -pues, vista como objeto de la experiencia, la "naturaleza" no es otra cosa que la totalidad de los fenómenos [y] es, sencillamente, un punto de vista que adoptamos en la "reflexión". No corresponde, por tanto, a la simple captación de lo dado, [...] sino que es una interpretación [...] que añadimos a ello." (p.346-347)
"[...] el concepto de una "técnica de la naturaleza" por oposición al de la pura sucesión mecánico-causal de los fenómenos es un concepto [...] por medio del cual se juzga a la naturaleza misma, pero simplemente por analogía con un arte, [...]." (p. 347)
"[...] con esa adecuación formal de la naturaleza a un fin, es decir, con su aptitud para articularse ante nosotros en un todo continuamente coherente de leyes y formas especiales, no establece y fundamenta ni un conocimiento teórico ni un principio práctico de libertad, sino que se limita a darnos una pauta fija para nuestro enjuiciamiento [... Así,] nuestro concepto de una técnica de la naturaleza, como principio heurístico en el enjuiciamiento de ella, formará parte de la crítica de nuestra capacidad de conocimiento. [...]" (p. 349)
"[...] Todas estas fórmulas según las cuales la naturaleza sigue siempre el camino más corto [...] aparecen así [como una] función de "manifestaciones trascendentales de la facultad del juicio"." (p. 349)
"[...] la facultad del juicio encierra también un principio a priori para la posibilidad de la naturaleza, pero sólo desde un punto de vista subjetivo, principio por virtud del cual no prescribe una ley a la naturaleza como autonomía, sino que se la prescribe a sí misma como heteronomía." (p. 351)
"[...] En la facultad reflexiva del juicio enfocamos la naturaleza [...] vista, como un arte. [...]." (p. 352-353)
"[...] Así como la unidad de espacio y tiempo fue caracterizada al mismo tiempo como la unidad de la "intuición pura", y la unidad del objeto de la experiencia como la de la "apercepción trascendental", también en este punto podemos esperar que se encuentre una nueva función de conciencia [...] que nos abre el concepto de la "técnica de la naturaleza"." (p. 353)
"La expresión subjetiva de aquella adecuación al fin con que nos encontramos en el orden de los fenómenos es el sentimiento de placer que a ella va unido. [...]" (p. 353)
"[...] El "placer", que hasta aquí era considerado como algo simplemente empírico, se incluye ahora en el círculo de lo apriorísticamente determinable y cognoscible; [...] adquiere ahora [...] un sentido general "para todos". [...]" (p. 355)
"[...] agrado y del desagrado estéticos consistían en sentimientos de placer o disgusto, los cuales eran por sus fuentes sentimiento puramente empíricos, que por tanto no podían servir en modo alguno como leyes a priori. Pues bien, Kant rectifica ahora aquel punto de vista suyo primitivo, [...]." (p. 355)
"[...] la naturaleza, [...] con arreglo a un principio captable para nuestra facultad de juicio, [...] se considera aquí como un arte [...]." (p. 357)
"[...] ¿Existe [...] una forma de los fenómenos adecuada a un fin que se nos manifieste, no por medio del concepto y de la reflexión trascendental, sino en relación directa con el sentimiento de lo agradable y lo desagradable [...] y que no pueda desconocerse frente al mundo del pensamiento puro y empírico, que por tanto no pueda ser aceptado en modo alguno mediante los métodos de clasificación y la sistemática en forma de leyes científicas y que, sin embargo, demuestre hallarse regido por leyes propias y originarias? La formulación de las dos preguntas anteriores nos lleva directamente hasta el punto [...] de la crítica de la facultad estética del juicio." (p. 358)

§ 4.

"[...] La obra de arte es un algo individual y desligado, que descansa sobre sí mismo y lleva en sí mismo su propia finalidad. Y, sin embargo, también en ella se nos presenta un nuevo "todo", [un] algo universal, [...]." (`. 359)
"[...] todo juicio es un acto, no de receptividad", sino de pura "espontaneidad" [con] validez verdaderamente "apriorística" [...]. En este sentido media también un contraste característico entre la "facultad de juicio estética" de Kant y lo que la estética alemana del siglo XVIII llamaba "capacidad de enjuiciamiento" [que] parte de determinadas obras del "gusto" y propónese señalar [...] a reglas y criterios generales del gusto. [...]." (p. 361)
"[En la concepción estética, en] vez de desintegrar y aislar las partes y de descubrir sus relaciones de supraordinación y subordinación con vistas a una clasificación conceptual, trátase de captarlas a todas en conjunto y de agruparlas en una visión total dentro de nuestra imaginación. En vez de los efectos por medio de los cuales actúan sobre la cadena causal de los fenómenos y se continúan en éstos, destacamos en las solamente su puro valor presente, tal como se revela a la intuición misma." (p. 362)
"[...] Si llamamos "agradable" lo que excita y complace nuestros sentidos en las sensaciones y calificamos como "bueno" lo que nos complace a base de una regla del deber, es decir, por medio de la razón, a través del simple concepto, damos el nombre de "bello" a lo que nos complace en la "simple consideración". [...]" (p. 363)
"[...] La complacencia que determina los juicios de gusto carece de todo interés, [...]. Es necesario, para poder actuar de juez en cuestión de gusto, no tener el menor prejuicio con respecto a la existencia de la cosa [... Esto es porque la] a idea de la "adecuación a un fin sin fin" [se fundamenta en que] el valor de la primera se basa en su existencia, el de la segunda en sus efectos. [...]" (p. 364-365)
"[...] los juicios de gusto [tienen] una validez "para todos", aun cuando los fundamentos de esta validez que postulamos no puedan reducirse a conceptos ni deducirse tampoco de ellos. [...]" (p. 366)
"[...] para que exista una representación, partiendo de un objeto dado, y que esa representación llegue a convertirse en conocimiento hacen falta dos cosas: imaginación para agrupar lo elementos intuitivos múltiples, e inteligencia con vistas a la unidad del concepto que agrupa las representaciones. [...] La comunicabilidad general subjetiva del tipo de representación en un juicio de gusto, puesto que tiene que efectuarse sin partir de un determinado concepto como premisa, no puede ser otra cosa que el estado de ánimo en el libre juego de la imaginación y la inteligencia [...]." (p. 367)
"[...] en la conciencia estética [no] se enfrentan el concepto suelto y la intuición suelta, sino que se trata de poner en consonancia, al unísono, la función del entendimiento y la de la intuición. [...]" (p. 369)
"[...] Por lo que se refiere a los juicios sobre lo sensorialmente agradable, todo el mundo se resigna a que queden circunscritos a su persona, puesto que se trata, en realidad, de "sentimientos privados". No ocurre así, en cambio, en los juicios sobre lo bello." (p. 370)
"[...] las categorías de la sustancia y la causalidad, [...]." (p. 372)
"[...] el yo, en el estado de la contemplación estética, [...] se encuentra cifrado él mismo, y con él la individualidad de todos los demás. [...] De este modo se resuelve también el problema de la "comunicabilidad general" que no necesita ser, precisamente, "demostrabilidad" general. [...]" (p. 373-374)
"[...] "Genio -defiende el propio Kant- es el talento (el don natural) que dicta al arte sus reglas. [...] El genio es [original y ejemplar]." (p. 375-376)
"[...] recoge Kant la tesis lessingiana de que un genio sólo puede ser revelado por otro genio. [...]" (p. 376)
"[...] en las ciencias no puede darse el genio [... Aquí la] personalidad del creador tiene que desaparecer para garantizar la objetividad del resultado. [...]" (p. 377)
"[...] el concepto de la "razón" desarrollado por el siglo XVIII se ahonda en Kant hasta llegar al concepto más profundo de la [...] espontaneidad estética [...]." (p. 378)
"[La] "sujeción a un fin sin fin" [Kant la] ve realizada en la obra de arte [...]." (p. 380)
"[...] En el concepto de lo sublime aparecen entrelazados de un modo nuevo el interés estético y el ético, [...]." (p. 381)
"[...] lo bello [como] fenómeno brotaba, al parecer, del libre juego entre la "imaginación" y la "inteligencia" [capaz de delimitar]." (p. 382)
"[...] Llamamos "sublime" a lo que reviste a nuestros ojos verdadera grandeza de extensión o de fuerza, ya de una grandeza "matemática" o "dinámica" [... Esta] apreciación objetiva de magnitudes es [...] la mera expresión de una relación conceptual [...]." (p. 383)
"[...] no concibiendo lo sublime como una cualidad del ser, sino como una cualidad del espíritu que lo considera, nos remontamos verdaderamente al plano de la reflexión estética. [...]" (p. 384)
"[...] para Kant todo lo que sean determinaciones de la razón redúcense en última instancia al concepto de la libertad, [es decir, a] lo que en rigor forma parte del sentimiento de nosotros mismos y de nuestra función inteligible. [...]" (p. 384-385)
"[...] al proyectarse sobre la idea de algo que se da leyes a sí mismo y sobre la idea de la personalidad libre, lo sublime [perdería] su valor estético independiente." (p. 385)
"[...] Reconocemos en el fenómeno de lo sublime [el] sentimiento de respeto. En él nos sentimos como sujetos físicamente finitos, [...]." (p. 386)
"[...] la unidad del "fundamento suprasensible" puede desdoblarse de tal modo que por una parte se nos presente en el fenómeno de la naturaleza y por otra parte en la imagen de la libertad y de la ley moral." (p. 387)
"[...] Toda auténtica obra de arte se halla determinada totalmente por los sentidos y no parece exigir otra cosa que permanecer dentro del círculo de lo sensorial; y, sin embargo, trasciende necesariamente más allá de este círculo. [Así,] el sentimiento del yo se revela, al mismo tiempo, como sentimiento del universo. [...]" (p. 387)
"[...] el arte apunta [...] hacia una nueva unidad de lo "sensible" y lo "inteligible", de la naturaleza y la libertad; [y es el] camino por el que llegamos aquí al concepto de lo suprasensible [...]." (p. 387)
"[...] la antinomia entre causalidad y la libertad [es un] "abismo infranqueable" que separa el campo del concepto de la naturaleza, es decir, lo sensible, del campo del concepto de la libertad, o sea de lo suprasensible." (p. 389)
"`[...] El "substrato suprasensible" hacia el que nos conduce el juicio de gusto no queda conceptualmente excluido así, en modo alguno, del mundo de los fenómenos, [...]." (p. 390)

§ 5.

"[...] El fin ha dejado de ser un poder natural que actúa objetivamente en las cosas y detrás de ellas para convertirse en un principio espiritual de asociación, con que nuestro enjuiciamiento aborda la totalidad de los fenómenos. [...]" (p. 390)
"[...] el concepto de vida significa precisamente que en él se admite un tipo de acción que no va de la pluralidad a la unidad, sino, por el contrario, de la unidad a la pluralidad, [y son] expresiones de un acaecimiento y de una "sustancia" plasmada en ello como en diferentes modalidades sucesivas [denominadas evolución]." (p. 392)
"[...] el fenómeno de la vida [es] como un mutuo entrelazamiento de momentos sueltos, de tal modo que el pasado se mantiene vivo en el presente y que en ambos actúa y se percibe ya la tendencia hacia el futuro. Este tipo de entrelazamiento es el que solemos designar con la palabra y el concepto de organismo. [...]" (p. 392)
"[...] "las cosas como fines naturales son seres organizados"." (p. 393)
""En el reloj, una parte del mecanismo es instrumento que hace moverse al resto, pero ni una sola rueda constituye la causa eficiente a que responde la existencia de las demás; una parte del mecanismo existe en función al resto, pero no por medio de él... [...]."" (p. 394)
"[...] Toda la teleología de la época de la Ilustración se caracteriza por la constante confusión del concepto de la sujeción a un fin con el de la vulgar utilidad." (p. 395)
"[...] El concepto de algo como fin en sí no pertenece, en efecto, como se ha puesto de relieve en la fundamentación de la ética kantiana, al campo de la naturaleza, sino a los dominios de la libertad. [...]" (p. 396)
El fin consiste en la adecuación de una cosa para otras. (p. 396)
""[...] la adecuación relativa a un fin [...] no puede justificar, sin embargo, ningún juicio teleológico absoluto."" (p. 397)
"[...] La articulación causal de los fenómenos no se deriva de su sucesión en el tiempo, sino que, por el contrario, sólo aplicando el concepto de causa y efecto a una determinada cadena de percepciones, podemos determinar unívocamente el orden objetivo de sus elementos en el tiempo. [...]" (p. 398)
"[...] para Kant no puede plantearse el problema del fin como principio especial de explicación de los fenómenos de la naturaleza, ni de la naturaleza "orgánica" ni de la "inorgánica". [...]" (p. 398)
"Solo habría un camino para conciliar entre sí los postulados aparentemente incompatibles del principio teleológico y del principio causal. [...] Aquí es, en efecto, donde radica su verdadera y legítima función. El principio teleológico no tiene una significación constitutiva, sino puramente regulativa; no sirve para superar la explicación causal de los fenómenos, sino al contrario, para ahondarla y aplicarla con carácter universal. [...]" (p. 400)
"[En] el enjuiciamiento teleológico [el] concepto de las combinaciones y formas de la naturaleza con arreglo a fines es, por lo menos, "un principio más para someter los fenómenos naturales a reglas, allí donde no bastan las leyes de la causalidad con arreglo al simple mecanismo de los mismos..."." (p. 401)
"[...] En su interpretación metafísica tradicional, el concepto de fin es, en efecto, aquel asylum ignorantiae de que habla Spinoza; pero, en cuanto a su función puramente empírica, es más bien el medio para un conocimiento cada vez más completo y exacto de los engarces y las relaciones estructurales de la naturaleza orgánica. [...]" (p. 402)
"La antinomia entre el concepto teleológico y el concepto causal desaparece, pues, en cuanto concebimos ambos conceptos como dos distintos modos de ordenación con los que intentamos poner unidad en la multiplicidad de los fenómenos. [...]" (p. 403)
"[...] acerca de los últimos orígenes de la naturaleza [en] esta empresa fracasarían necesariamente tanto el concepto de fin como de causa. [No] podría demostrarse en un sentido trascendental, ya que no pudiendo derivarse de la experiencia, ni siendo tampoco necesario para la posibilidad de ella, nada podría garantizarnos su realidad objetiva. [...]" (p. 404)
""[...] La posibilidad de que el mecanismo [ley causal] pueda llegar a reconciliarse con la teleología en el mundo de lo suprasensible indica, pues, ante todo, una cosa: que para la experiencia misma y para la investigación del engarce de sus fenómenos debemos emplear certeramente ambos métodos, puesto que cada uno de los dos es necesario e insustituible dentro de su radio de acción. [...]"" (p. 406)
"En este sentido podemos afirmar también aquí que el hermanamiento del principio teleológico y del principio causal "no puede basarse en ningún fundamento de explicación de la posibilidad de un producto con arreglo a determinadas leyes para la facultad determinante del juicio, sino solamente en un fundamento de exposición de ella para la facultad del juicio reflexiva. Dicho en diferentes términos, no se trata aquí de decir de dónde viene ni a dónde va la "naturaleza" considerada como cosa en sí, sino simplemente de establecer los conceptos y los conocimientos que nos son indispensables para poder llegar a comprender la totalidad de los fenómenos como una unidad armónica y sistemáticamente organizada." (p. 406)
"En estas condiciones no hay más remedio que intentar, por lo menos, aferrarse al concepto de mecanismo [ley causal] y seguir este concepto hasta donde se pueda, aunque por otra parte estemos seguros de que por este camino no habremos de llegar nunca a una solución definitiva del problema. [...]" (p. 407)
"[El] entendimiento sólo puede captar la totalidad por medio de la acumulación progresiva de sus partes. Lo que a él le compete no es el conocimiento de los fundamentos primeros y originarios del ser, sino la comparación de las diferentes percepciones y sumisión a reglas y leyes generales. [...]" (p. 408-409)
"Para Aristóteles, el fin es [...] la última causa inteligible de todo ser y de todo acontecer; para Spinoza, constituye más bien un simple aditamento de nuestra imaginación por medio del cual enturbiamos y oscurecemos la imagen pura del ser, la imagen de la sustancia, [y, entre] estos dos polos se mueve toda la historia de la metafísica [... Y] el concepto de fin nace aquí [en Kant] mediante una nueva relación que surge tan pronto como nuestro intelecto condicionado y finito presenta el postulado de lo incondicional; [...]." (p. 411)
"Más, por otra parte, no quiere esto decir, ni mucho menos, que el concepto de la realidad empírica, que nuestro modo de pensar los fenómenos deba ni pueda renunciar a la aplicación del concepto de fin. Por la sencilla razón de que este pensamiento [hállase] aprisionado dentro de la antítesis de lo "general" y lo "particular", a la par que se siente estimulado a superar esa antítesis de un modo progresivo." (p. 413)
"La evolución es por sí misma un concepto de fin, [...]." (p. 414)
"La evolución no es, para Kant, un concepto metafísico que nos haga remontarnos al origen trascendente del ser y descubra en él el secreto de la vida, sino un principio por medio del cual se revelan por primera vez ante nosotros toda la muchedumbre y la concatenación de los fenómenos. [...]" (p. 419)

 

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