Sigmund
Freud: eros y thanatos
Basándonos en reflexiones teóricas, apoyadas en la biología,
supusimos la existencia de un instinto de muerte, cuya misión
es hacer retornar todo lo orgánico animado al estado inanimado,
en contraposición al eros, cuyo fin es complicar la vida y conservarla
así por medio de una síntesis cada vez más amplia
de la sustancia viva, dividida en particular. Ambos instintos se conducen
en una forma estrictamente conservadora, tendiendo a la reconstitución
de un estado perturbado por la génesis de la vida, génesis
que seria la causa tanto de la continuación de la vida como de
la tendencia a la muerte. A su vez, la vida sería un combate
y una transacción entre ambas tendencias. La cuestión
del origen de la vida sería, pues, de naturaleza cosmológica,
y la referente al objeto y fin de la vida recibirá una respuesta
dualista.
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El yo y el ello, Alianza, Madrid 1973, p. 32.
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