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El Barrio de los Niños Malos.


No hay mejor espejo que la vereda,
pierdes si pisas las líneas;
llegando hasta la casa sin chimenea
con la cabeza atravesada por un corte escolar
y los ojitos domados, tristes;
la extraña aventura de resucitar y no creer ni una pizca en Dios
de acordarse del sinónimo por el antónimo
de lavarse siempre el pelo
porque siempre hay shampoo,
de sonarse los mocos después de llorar
y seguir caminando,
bien abrigado
bien pequeño
bien con las manos en los bolsillos,
sin pensamientos de escuela
sin estar enamorado de alguna profesora,
un poco odiando a los gatos
otro poco amando a los perros,
aunque ladren,
aunque muerdan,
aunque duela
y si se acaba la esperanza
me queda el desvelo precoz,
el parricidio,
los hijos de "Boocky" el perro,
la mano que pinta la cuna;

yo voy a ser famoso
y todos volverán a verme por ese pasaje,
me van a ver, aunque no pase,
sus hijos les preguntarán por mí
y ustedes van a decir que eran mis amigos:
me veo riendo desde miles de páginas,
voy a reír en el hombro de mi papá,
ya no habrá lágrimas,
Pablito ya no tendrá que ir más a los scouts,
ni una puta lágrima,
ni un solo ruego pidiendo que nos vamos,
nada más,
yo niñito saliendo brillante de mi tumba,
nada más.

 


Se partió en tres.


No me muero de pena, me muero de ti

estoy en un frasco de jarabe
con los ojos irritados
con las fosas nasales infinitas,
me estoy secando como cuero con sal.

con el tiempo te fuiste poniendo buena con otros
y mala conmigo,
no te diste cuenta pero me pateaste la garganta,
a veces me sangran las narices pensando en ti,

mis juguetes dicen que ya no me quieres
me lo dicen con las orejas,
¿recuerdas que yo he estado adentro de tus orejas?

- no me hables así, no me hables de eso.

Es que se quebró como un espejo
te quebraste en mis manos,
me muero y no vas a llamar,
este amor se puso como los de las películas,
me muero porque me quiero morir, por tu culpa me quiero morir

me voy a cortar el pelo, afeitar la barba,
mejor estudio afuera;
ojalá me veas llorar
porque me daría más pena que no me vieras,
no quiero terminar en seco,
si me caigo que sea resbalando
- no me mires así
no quiero que me veas como me tiembla el mentón,
concéntrate en estos ojos de pestañas cortas:

se nos escapó como jabón
se azotó contra corazones más chicos, pero puntudos
se partió en tres
sí, en tres
se fue por el desagüe, ni con alambre nos pude salvar,
me muero porque se muere.

¿quién iba a pensar que la otra foca muerta
iba a llegar volando?

¿quién iba a pensar que lo feo
no era tan malo como lo otro?

no estaba
no estoy preparado
no es llegar y morirme
¿no vas a decir nada?
¿y quién me entiende a mí?
- mejor tomo pastillas

voy a aprender a tocar pianito
voy a ver mucha televisión,

la cara se me cae
tu guitarra no tiene sentido,
soy un martillo con patitas
- ya no voy a poder besar

estoy envenenado de amor dudoso, tu amor dudoso
que me pone triste el pelo
que me agranda y me achica
que me aprieta botones
que me da cuerda
que me desenchufa
que tiene sexo de abejitas que se ríen
y de abejitas que se lloran.

Si no vuelvo, no es de malo,
lo que pasa es que no tomé la precaución
de tirar migas por el camino,
me dediqué a espantarte las palomas
a espantarte los loros
a espantarte los perros y las perras

es que en realidad soy un payaso,
bueno que le voy a hacer...


Cuando aprendas a dibujar
dibújame a mí, llámame a mí
no lo llames a él
a e-él,
llora por mí.

Cuando aprendas a cantar
yo no te escucharé,
pero sería lindo que imaginaras que yo te escucho
¿cierto que sería lindo?
mal que mal no queríamos mucho
a veces hasta nos amábamos,
sería lindo, pero triste
triste, pero lindo.

Me muero, mi niña, ¡me muero!
todavía con las zapatillas café
tú con tus dedos pelados
yo bailando divertido
divertido, pero triste
escuchando lo de siempre.

Ahora soy un trapo
un pañuelo con lágrimas y con mocos
un cartel rojo de se vende en una ventana chica
un auto chocado por el lado
una mancha de sangre en la carretera para la playa,
estoy lleno de palabras tuyas,
la gente me pregunta por ti,
les digo que estás bien
estudiando y trabajando
la gente me pregunta por nosotros
les digo que estás bien
estudiando y trabajando
la gente me pregunta por mí
les digo que estás bien
estudiando y trabajando.

 



Como Pornografía.


Miro tu corazón
y veo un micrófono pegado con cinta adhesiva del color de tu carne.

Corres contenta hacia mi cuerpo
como sida,
como ladilla caricaturizada
como pornografía,
me amas.

Me dices que yo soy como África,
peor que África,
como el peor país de África.

Sonrío
y parece una foto
en la que vamos a salir con los ojos cerrados,
parece como si yo en el fondo me burlara de ti,
como si pensara que eres tonta,
de yeso,
pintada,
tirada en un jardín de la Gran Avenida.

 

 

Pequeño Godzilla.


Voy a hacerme una noche en la boca
mascando grillos,
voy a ser la jeringa furiosa
sobre los que no están enfermos
ni muertos.

Mamá, soy el sida
el pene que destroza a los niños
el gato que destroza a la rata
y la rata que queda destrozada
y la mancha de sangre
y el pedazo de cola.

Yo me corto el pelo con gillete
y juego al malo por la calle,
así nadie me asalta
ni me tira escupos cuando me bajo en el 18 de Santa Rosa;

llego cansado a la casa
y pido noche
toda la noche que alcance con mil pesos
toda la plata en noche, por favor.

No duermo lo suficiente
los sueños me quedan trancados en la garganta,
como pastillas sin agua

y uno deja de sentirlos etéreos,
son ásperos
lijas de pensamiento
lijas de ilusiones de mapuchito en la escuela.

Uno escupe sangre
como si ya fuera un viejo
y un viejo cochino
mirando las rodillas aceitadas de los niños,
queriendo ser la jeringa furiosa
sobre los que no están enfermos,
ni muertos,
ni curados con lágrimas en los ojos
y mierda en el culo,
ni mastrubándose para quedarse dormidos
ni hablando solos en el espejo de un baño ajeno
ni robándose algo
ni rompiendo algo,

a todos ellos los perdono
como si yo fuese un Dios elegido por aplausos
como si una guerrilla hambrienta
me hubiese instalado ahí.

Mamá, lo que ha salido por entre tus piernas
debió haber salido por un tajo en tu abdomen.

Mamá, soy el anticristín
esperado que Cristo se decida a ser el antiyó,
pero se queda ahí
todo clavadote
como si no hubiese nada más que hacer,
pero no me importa,
igual salgo del mar
y me dirijo hacia la ciudad,
helicópteros me revolotean la conciencia,
aplasto japoneses de a diez.

Mamá cuando grande quiero ser doctor
y no sanar a nadie.
Mamá, descubrí que todos contra todos
y no lloré.

 


Al Ritmo de la Cumbia.


Ay! mis guachos pobres, mis amigos de chico, mis enemigos de chico. Se acuerdan de mi casa? Se acuerdan de las onces? De los cumpleaños en que preguntaban con vergüenza si podían entrar aunque no trajeran regalo?. Se acuerdan del carrito con ruedas de rodamiento? De la bicicleta amarilla con freno torpedo?. De Tito?, el argentino del pasaje de al lado al que el Yerón casi le revienta la cabeza en la reja del Eduardo, todo porque el Tito no era chileno, y el Tito con su carita de rucio pichí, gritaba: pero si la calle es libre, si diosito no es chileno, ni argentino, ni peruano, ni nada. Yo no lo pude salvar, miré como esos pendejos lo masacraron y no hice nada porque yo era más chico, porque era más cobarde, definitivamente mariquita como ellos decían. También me acuerdo del papá del Giovanni que vendía helados y un día se mató y desde ahí la cumbia siempre estuvo sonando fuerte en esa casa. Y del tío del Paulo que decían que vendía coca y que mira como con rabia y con ganas de culiarme, me mira como mira el Diablo. Otro era mi amigo Juanito que siempre fue bueno, a mi mamá no le importaba que estuviese todo el día en mi casa, pero un día el pobrecito se tentó y se robó dos billetes de a mil que mi papá había dejado arriba del refrigerador. Todos robamos, a unos nos pillaron a otros no, pero todos robamos, de puro pobres o puro aburridos. Yo al Juanito no tengo nada que perdonarle, en cambio al resto de los huevones, menos a los amigos de mi hermano chico, les deseo el mal del mundo, que los piquen todas las culebras, que les roben para siempre las bicicross, que tengan miedo de ir a comprar pan, que los escupan, que les griten cosas feas, que los engañen, que les rompan las cosas más lindas que tengan, que los hagan sentir miserables, que los encierren en sus piezas, que terminen leyendo, no para gozar, sino para salvarse de algo de lo que nunca se van a salvar.

 


Cuidado con el perro quiltro.

Me gustaba que se llamase Yasna, me gustan los nombres que avisan la pobreza, esos nombres como Jhonatan y Jenifer, esos nombres que dicen cuidado con el perro quiltro, que marcan terreno, que avisan la selva.
La Clase Media hace chiste con esos nombres, les parecen ridículos y graciosos sobre todo cuando son deformaciones anglo que se mezclan con un pobre Pérez o un pobre Carrasco, se ríen y en la noche se van a la fiesta kitsh de La Blondie. Se llamaba Yasna y la amé tanto. La clase media se ríe en función de los nombres connotadores de pobreza, ahí intentan marcar su diferencia, sus privilegios, su idílico origen común, pero la Clase Media omite los apellidos, ellos también son Martínez y Hernández, aunque antecedidos por Camilos, Ignacios y Franciscas. No se meten con los apellidos, porque desde ahí son desplazados. Lo que representa Deivid para la Clase Media, es lo mismo que representa Soto para la Clase Alta. Se llamaba Yasna Rivas y la amé tanto.