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En
esencia, el ADSL (Asymmetric Digital Subscriber Line) no es más que una
tecnología que permite, usando la infraestructura telefónica actual, proveer
servicios de banda ancha. Pero vayamos por partes.
En su momento, las redes telefónicas convencionales
fueron diseñadas únicamente para la transmisión de voz. La cosa se empezó a
complicar cuando en escena entraron los datos. Entonces, voz y datos en forma de
bits (imagen, sonido, vídeo, gráficos en movimiento...) comenzaron a compartir
un canal que, aunque en principio soporta esta convivencia, con el desarrollo de
las telecomunicaciones y, sobre todo, con su popularización, simplemente se ha
saturado. La inmediata consecuencia de esto es la lentitud con que viajan estos
datos. Mayor
velocidad. Pensemos en una autopista que, de repente, ve multiplicar por cuatro
o cinco el número de automóviles que la utilizan. ¿Qué es lo normal que
ocurriría? Pues que los coches no podrían coger velocidad debido a los
atascos. La solución más razonable sería ampliar los carriles. El ADSL viene
a ser eso, el carril extra. Con la particularidad de que ese carril extra sólo
podría ser utilizado por los turismos (usuarios) más privilegiados,
concretamente, los que contaran con esa tecnología. Utilizando
el cable telefónico normal, basado en el par de cobre (dos alambres de este
material rodeados de plástico), la mayor velocidad que se alcanza con el módem
más rápido es de 56 Kilobits por segundo (Kbps). Incluso usando la RDSI (Red
Digital de Servicios Integrados), la máxima velocidad de transmisión que se
logra es de 128 Kbps. Con el ADSL, esta velocidad sube hasta los 8 Megabits por
segundo (Mbps) en dirección al centro del usuario (recepción)y 1 Mbps en el
sentido opuesto (envío). Como se ve, el incremento en el flujo de datos es más
que considerable. ¿Por
qué esa distinción de velocidad según viajen los datos en un sentido u otro?
Esta es precisamente una de las características del ADSL, que además le da
nombre: su asimetría. Pero esto no es ningún problema, porque el sentido que
se usa con más frecuencia es el que va hacia el usuario. Tal
incremento de velocidad se logra por medio de dos módem especiales ubicados a
ambos lados de cada línea. Estos aparatos se comunican entre sí abrazando las
interferencias propias del cobre y evitándolas cambiando de frecuencia cuando
se producen. Eso sí, para que esto se dé, el ADSL exige que la distancia entre
ambos módems no puede superar los 18.000 pies (unos 5 kilómetros), ya que
cuanto más largo es el cable de cobre, mayores interferencias se producen. Otra
de las principales características del ADSL es que no hay que efectuar una
llamada para que se active, porque lo hace automáticamente, ya que siempre
permanece alerta, disponible, al no estar basado en un sistema de circuitería. Esto
significa que se puede comercializar no por el tiempo que se use (línea telefónica
normal), sino por los servicios contratados. ¿A qué suena esto? A la
archifamosa tarifa plana para el
acceso a Internet. Digamos que el ADSL eliminaría el argumento de la
incompatibilidad entre la red telefónica actual y la tarifa plana. Sólo hay
que pensar en la televisión digital: no se cobra por el tiempo de uso sino por
los canales contratados que, mediante una cuota fija, se pueden consumir el
tiempo que se desee. Además,
otra de las principales ventajas es que no requiere un cambio de instalación de
la línea del usuario, basta con cambiar el módem. Y que permite separar el tráfico
simultáneo de voz y datos, de manera que esto se puede reflejar en la factura
de consumo. Sin
embargo, no todo es beneficio. Hay muchas cuestiones pendientes de definir. Por
ejemplo, el precio de estos módem es mucho más alto que los convencionales. O,
¿cómo será la instalación? ¿Nos encontraremos con un cacharro enorme y un
manual de 70 páginas? ¿Qué
pasará con el entramado de operadoras alternativas, internacionales,
proveedores de acceso a la Red...? Ellos también tendrán que realizar una
readaptación de su infraestructura para poder hacer frente al nuevo ancho de
banda, ¿no? O, ¿cómo se dará cobertura a las poblaciones rurales o alejadas
de los centros urbanos teniendo en cuenta el límite espacial que hay entre los
módem, entre el usuario y el nodo de la compañía telefónica? ¿Quién pagará?
Preguntas
que más tarde o más temprano conducen al mayor temor: ¿quién soportará toda
esta inversión? ¿Repercutirán los proveedores su reestructuración o
incremento en el alquiler del caudal en los internautas? Es decir, cuánto va a
costar el ADSL y quién lo pagará. En
resumidas cuentas, parece que el ADSL es la mejor de las opciones posibles para
superar las limitaciones de la línea convencional. Otras, como el cable o el
satélite, siguen teniendo un elevado coste, al menos en lo que se refiere a
nuestro país. Telefónica
lleva trabajando en la tecnología ADSL al menos 2 a 3 meses en Chile. Una
experiencia piloto, independiente de Telefónica, es la que se está llevando a
cabo en Microsoft en Seattle, EEUU, entre unos 2.000 empleados que practican el
teletrabajo. El
siguiente gráfico muestra la diferencia en el modo de transmisión de datos
entre la tecnología ADSL y la línea telefónica convencional.
CARACTERISTICAS ADSL ADSL
es una tecnología de módem que transforma las líneas telefónicas o el par
del abonado en líneas de alta velocidad que pueden ser utilizadas para acceso a
Internet, teletrabajo y aplicaciones multimedia e interactivas como juegos en
red, vídeo bajo demanda, videocatálogos. Basado
en dicha tecnología el servicio ADSL le proporciona unas velocidades de acceso
revolucionarias respecto a la de los módems convencionales. Están
disponibles tres modalidades de acceso según la velocidad que se desee
contratar.
VENTAJAS
PARA EL CLIENTE ALTA
VELOCIDAD Veamos una comparativa respecto a un módem de 28,8 Kbps.
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SIMULTANEIDAD CON EL USO TELEFÓNICO HABITUAL
Navegación por Webs multimedia con gran contenido de gráficos y
movimiento Audio y vídeo en tiempo real Información bajo demanda, aplicaciones "push" Actualización de versiones software Catálogo y librerías multimedia Videoconferencia Juegos multiusuario en red Difusión de acontecimientos deportivos, musicales o socioculturales. Difusión de información de noticias, económico/financieras,
deportivas, etc. Visitas virtuales por museos, tiendas, inmobiliarias, etc. ·
TELETRABAJO Flexibilidad para trabajar a cualquier hora según necesidades o
preferencias Incremento de la productividad. Eliminación de horas no productivas en
cuestión de transporte y jornadas partidas Reducción de costes por reducción de espacio en las oficinas Mayor satisfacción del trabajador. Los trabajadores, y la sociedad en
general, están cada día más preocupados por mejorar su relación familiar, su
alimentación, o su contacto con la naturaleza. ·
TELEFORMACIÓN
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