Más sobre mi vida

Infancia.

 

Como he mencionado en la presentación de mi página, mi nombre es Gastón F. Salamanca G. Pertenezco a una familia de cuatro miembros: mi padre, José Aurelio; mi madre, Susana; y mi hermana, Roxana. Mis padres emigraron desde el paradisíaco pueblito cordillerano de Santa Bárbara --sur de Chile-- al puerto de Talcahuano hace más o menos 35 años. Yo a esas alturas era aún un "soñado" proyecto :). Cuento corto, vi la luz de este mundo el día 13 de marzo de 1968. Mis admiradoras ya habrán calculado mi edad: 31 años, en efecto. (esto al lado, lo que sigue abajo de la foto).
Crecí, como todo niño que se precie de tal, entre travesuras, pichangas (fútbol de barrio) y --menos común hoy en día-- bajo el cuidado de una madre abnegada y un padre "güeno pa' la pega" (dedicado al trabajo). No tengo recuerdos traumáticos de mi infacia. Eso queda para la gente importante; esos de la estatura de Clinton :). Decía que no tengo más recuerdos negros de mi infancia que los de cualquier mortal. Lo digo para que los que buscaban en esta sección detalles escabrozos de la vida de Gastón Salamanca, ya pueden ir dejando la lectura :( :). Pero para mis fieles amigos de siempre y para aquellos cuya curiosidad puede más que el buen gusto o la morbosidad, les (re)contaré que hay dos aspectos de mi vida que me han marcado positivamente hasta el día de hoy: una educación en el hogar basada en los valores cristianos del protestantismo tradicional y un precoz interés por el estudio. En efecto, desde pequeño mis padres me enviaron a las llamadas "Escuelas Dominicales" que son sesiones de estudio para niños y adultos donde se revisan historias y doctrinas basadas en la cosmovisión judeo-cristiana, particularmente protestante.

Seguramente, y toco aquí el segundo punto, esta familiaridad que ya tenía con maestros, historias y tareas en la Iglesia, me permitió entrar en la "carrera escolar" sin mayores traumas. En la escuela tuve algunos profesores inolvidables. La más recordada: la "Señorita" Octaviana Chávez. Ella fue mi Profesora Jefe y de castellano por muchos años. La señal más clara de su impronta en mi formación es que escogí la misma carrera que ella tan dignamente ha ejercido. No puedo negar que "me tenía barra" :), y aunque nunca me lo dijo explícitamente, seguramente las veces en que "pelié" los primeros lugares del curso y fui elegido el "mejor compañero" fueron su mayor recompensa. La siguiente fotografía en el frontis de mi escuela básica constituye un homenaje especial para ella.

 

 

 

Adolescencia

[Doy un premio a quien logre identificarme aquí :). Yo no he podido :)].

 

Mi adolescencia la estoy viviendo sin mayores sobresaltos :). Es broma desde luego, pues aunque sigo soltero esta etapa la pasé hace ya un buen tiempo :). También guardo buenos recuerdos de esta etapa, aunque a veces pienso que quizás pude haberme encerrado un poquito menos en los cuadernos y haber podido disfrutar un poco más de la vida de "lolo" (muchacho). Quizás. Pero claro, eso no quiere decir que fuera la definición andante de un "nerd", pues aunque nunca fui muy fiestero ni "pololo" (dado a las muchas novias), siempre queda alguna historia interesante para contar :). La más importante: A. A.. Mi madre nunca me perdonará no haberla hecho su nuera..."Cosas del fútbol" :). Y a propósito de personas importantes, dos amigos entrañables: Orlando Sepúlveda y César Sandoval. El primero, uno de mis profesores en la clase de jóvenes en la Iglesia; el segundo, el Pastor de mi Iglesia. Seguramente la convicción profunda que siento diariamente de que vale la pena vivir de acuerdo a la fe en Jesús se debe a su influencia. Ya lo dice el pasaje bíblico: "Instruye al niño en su carrera y cuando fuere viejo no se olvidará de ella".

Estos dos amigos que acabo de nombrar tuvieron también, junto con mis padres y profesores del Colegio Salesiano de Concepción, una importancia decisiva en afianzar aún más mi interés por el estudio. Esto me permitió estar entre los buenos alumnos del colegio y tener expectativas de ingresar a la Universidad (cosa no fácil --ni ayer ni hoy-- para un hijo de una familia modesta que vivía y aún vive en un sector marginal de la ciudad). En fin, lo importante es que gracias a Dios, a mis padres, profesores y amigos pude postular a la Universidad y quedar en una de las pasiones de mi vida: la pedagogía. En particular, la pedagogía en castellano. Con el ingreso a la Universidad de Concepción se inicia la tercera etapa de mi vida a la que quiero referirme. Confieso que es para mí una la más fascinante.

 

 

"Temprana" adultez

 

Como he descrito, muchos de los años más fascinantes de mi exixtencia los he vivido en mi etapa de universitario (en la carrera de español y el postgrado en lingüística). Tres aspectos destacables aquí son el surgimiento de mi pasión por la lingüística, los gitanillos, las misiones tranculturales y la amistad fuerte cultivada con mis amigos de la universidad y fuera de ella. Mi pasión por la lingüística, los gitanos y las misiones transculturales vienen descritos en mis intereses, razón por la cual no me referiré a ellos aquí, pero quisera destacar sí las amistades sólidas y productivas que he logrado hacer en el ambiente universitario y que han enriquecido mi desarrollo profesional y personal. La mención que hago de mis amigos en mi Ping-Pong y la fotografía que encabeza este párrafo (Jorge, Eduardo y Alvaro) constituyen mi más sentido homenaje.

 

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