COLO - COLO 

   

El siguiente es un artículo del diario LaTercera del año 1996, del día posterior a la noche alba de ese año, en el se destaca el espíritu del pueblo colocolino, el cual a pesar de que el medio auguraba una pobre noche, llegó en masa al estadio Monumental, pues sabe que a Colo - Colo no llegan tan solo nombres, sino hombres que se han ganado la posibilidad de vestir la enseña alba y que lucharán con todo para lograr sumar un título más a los ya tantos ganados por el Cacique, fue la noche de la vuelta a casa de Marcelo Barticcioto quien aseguró que la vuelta a Colo - Colo era para él como volver a vivir, renacer de las cenizas como el ave Fénix para hacer de Colo - Colo una institución mucho más fuerte, lo cual quedaría demostrado en ese año, pues el elenco albo consiguió su estrella número veinte.

¡Qué noche!

Setenta mil personas concurrieron a la noche alba en el estadio monumental. ¡Qué fiesta y que hermoso el reencuentro de Colo – Colo con una hinchada maravillosa que, con sus cánticos, con su presencia, con su alegría y en esperanza, revivieron las gloriosas jornadas del cacique!

Lo más impresionante fue el público y su entusiasmo. ¡Como se recibió a Barticcioto y al Coto Sierra, con que esperanzas se recibió a Pereira y a Ávila, cómo maravilló la serenidad Salas y Ricardo Rojas. Cómo se estimuló a Juan Carlos González, a Ferrero y a Javier Alonso! Una noche redonda... sin lugar a dudas.

¿Por qué acontece esto, cuando algunos agoreros hablaban de una eventual pobre noche alba?

Sin duda que acontece así porque Colo – Colo es grande y, como tal, cuando se pone en duda su grandeza no la esconde sino que la reitera, con esa bravura indómita, con el empuje, con el deseo de superación, con la garra inagotable, con el coraje y la solidez institucional que lo han llevado a ser lo que es: un eterno campeón. Acontece así porque Colo – Colo tiene la hinchada más grande, que cuando se manifiesta hace retumbar los cimientos  del deporte nacional y rompe los esquemas de la mediocridad y la apariencia. En fin, acontece así porque en estas ocasiones Colo – Colo se reencuentra con la esperanza,, con su derecho a soñar y con su compromiso de ganar todo aquello en lo que deba competir.

Colo – Colo recibió a sus astros, a los que estuvieron el ’95 y a los nuevos. Y a todos ellos les dijo que les invitaba a formar parte de esa grandeza del club, sin excusas, con sacrificio, con entrega y con amor a la enseña alba. Les dijo que llegar a Colo – Colo no es un privilegio sino una tarea de éxito y entrega, que formar parte del plantel ’96 es comprometerse a luchar por ganar el Torneo de apertura, luchar por ganar el campeonato oficial, tratar de ganar la Supercopa y estar en la lucha por la Libertadores, que Colo – Colo ya conoce.

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