BUKOWSKI
El viejo atorrante ángel y demonio o el hombre tras el escritor
que sólo intentaba sobrevivir cada día.
La desmistificación de un mito


El presente artículo intenta entregar algunas claves sobre Bukowski desde, por  una parte, mis ensoñaciones de martini aguado, y por otra, mi analítica perspectiva de poeta.

C. Bukowski hoy en día es una figura de fama internacional en la poesía y la prosa contemporánea, y más aún esa fama se ha visto acrecentada, entre una generación de jóvenes lectores y escritores de todo el mundo, fama ganada en gran parte, debido a aquellos supuestos ávidos lectorcillos que apenas han leído un escrito de este o alguna contra portada de alguno de sus libros. Bukowski nace el 16 de agosto de 1920 en Adernach Alemania, a los 3 años su familia se radica en los Estados Unidos, vivió en Los Angeles y habitualmente en San Pedro California. Falleció el 9 de marzo de l994. Publicó su primer cuento cuando tenía 24 años y empezó a escribir poesía a los 35.

Primero quiero decir que Bukowski no es un personaje de Bukowski, como se le ha querido dar a conocer al público por supuestos conocedores de su obra, esa simplificación irrisoria dista mucho de la realidad de cualquier genuino escritor. Lo que propongo es que Bukowski escribe "sobre Bukowski", para aproximarse a Bukowski, para poder entender el sentido y el sin sentido (valga en toda su amplitud la designación de la metáfora) de la vida que lleva Bukowski, ¿Para qué? Para, sencillamente como muchos otros escritores, intentar escapar de lo terrible que es la soledad, Bukowski como todo aquel que a escrito por largo tiempo, sabe que tal ejercicio nos lleva por naturaleza a esa sensación insustituible de compañía, más exactamente a una placentera ficción de compañía.

Para Bukowski la vida sólo era explicable desde los minúsculos, mínimos e insignificantes accidentes, conoció la mayoría de los trabajos y bares de mala muerte, lo echaron a patadas de un programa de televisión en Francia, en Europa un piquete feminista le hace una manifestación en contra, lo catalogaron de loco porque dijo que no creía en la guerra pero que quería ir a ella, fanfarrón, desocupado, lector insaciable, escritor de tomo y lomo. Éste, el último escritor maldito Norteamericano, obcecado, travieso, irónico, alcohólico, mujeriego, desde mi punto de vista sólo viene a señalarnos que en el fondo tenía una inconmensurable sed de vivir. Un día dijo "lo que más me gusta es rascarme los sobacos" yo les pregunto ¿escepticismo? Comienza a beber a los trece años, el padre lo golpea, más tarde él golpeará al padre y aún más tarde escribirá en uno de sus poemas que ya no piensa en cobrarle todo lo que aquél le debía. A los 34 años se encuentra moribundo en una sala del hospital de Los Angeles, de ese transe saldrá con vida, el médico le prohíbe toda ingesta alcohólica pero él sigue bebiendo, pregunto ¿Bukowski el duro? Por cierto hay bastante de verdad en ello, pero para mí no es toda la verdad, su destino no fue el cortarse el cuello o pegarse un tiro y desparramar sus sesos, no, su soledad siempre la supo llevar, gozaba los pequeños momentos, que le hacían querer seguir respirando día a día, como cada uno de nosotros, él amaba la vida a su modo, disfrutaba apostar a las carreras de caballos, jugar a las cartas, leer como condenado, sentarse en una escalera a no hacer nada. Mucho se le ha comparado con Henry Miller, Hemingway, Céline, esa turba de insulsos y miopes que han hecho tales comparaciones, todavía no entienden que, como a Hemingway sólo se le puede comparar con Hemingway, a Bukowski sólo se le puede comparar con Bukowski. Así puedo decir que antes que el viejo duro, Bukowski era un hombre con sus buenas y malas maneras, que como todos nosotros sólo intentaba vivir su vida.

No voy a mencionar que la obra de C.B. es un legado insustituible que hay que leer, esa sarta de sandeces, las dejo para la prole de periodistas ignorantes de los diarios y revistas nacionales (salvo una excepción) que todavía no aprenden a escribir ni el propio nombre cuando empiezan con su patético diálogo de sordos guilipollas. Lo que sí diré, es que sus seis novelas Cartero, Factótum, Mujeres, La senda del perdedor, Hollywood y Pulp, y sus libros de relatos Erecciones, eyaculaciones, exhibiciones, La máquina de foyar, Escritos de un viejo indecente, Se busca una mujer, Música de cañerías e Hijo de Satanás, se encuentran en librerías, al igual que el libro Peleando a la contra que constituye una recopilación de trozos de entrevistas, fragmentos de novelas, cuentos y algunos de sus poemas. Como también existen un par de libros de extensas entrevistas. Lamentablemente HOY en Concepción no hay ningún texto recopilatorio de sus poemas (a la venta).

César Valdebenito


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