Queremos cerrar nuestros ojos para alcanzar lo imposible sostenidos por la energía de aquellos sueños que se niegan a morir dentro de esta máquina indomable del tiempo, la cual nos permite seguir caminando día a día hacia algún lugar de nuestro propio universo buscando algo que nos diga que lo absoluto no está lejos de allí

Desde puertas misteriosas aparecen espíritus y amigos para acompañarnos en esta difícil travesía, esperando que cumplamos con aquel designio que quizá nunca podamos descifrar

Sabemos que nuestras manos deberán destruirse para tocar lo que alguna vez fue perfecto y que aun nuestro corazón por más que lo intente no puede olvidar sumergido sobre este subcielo hambriento, cobarde y egótico que siempre ha mantenido esa poderosa maestría de cautivar al sol