Nuestra sociedad dista mucho todavía de tener patrones aceptables en el tema de las oportunidades que se abren en distintos momentos de las vidas de ciudadanos de diversos orígenes socio-culturales. Sin ir más lejos, contrastemos por ejemplo, los temas de acceso a la infraestructura social pública o privada con que cuentan las jefas de hogares de clase media en Concepción versus Santiago. Para qué decir, de temas del diario vivir que inciden en ciertas discriminaciones que afectan a las mujeres jefas de hogar vis a vis sus pares masculinos, para iguales comunas y estratos socio-económicos. Para qué, agregar el conjunto de discriminaciones odiosas hacia los jóvenes, los discapacitados, y -hoy dramáticamente expresado- hacia etnias del sur constitutivas de las raíces de Chile (caso Mapuche y otros).

        Pero no podemos acá quedarnos en los vacíos y en las distancias que aún subsisten con estándares humanamente más razonables, en estas importantes dimensiones. Debemos también, junto con reconocer falencias, ser justos con nosotros mismos en la dimensión de los esfuerzos históricos que la sociedad chilena ha estado y está acometiendo en las últimas épocas. Soy más optimista que el ciudadano medio en estos tópicos, porque desde mi posición pública puedo olfatear, sentir y comprender con fuerza un substantivo cambio de actitudes y de calidad del esfuerzo colectivo. Lo percibo en la calle, en el transporte público, en el liceo municipalizado, en la plaza, en el hospital y servicio de urgencia, en las alcaldías, las juntas vecinales, las universidades, en los lugares de comercio básico y masivo, y también crecientemente en el Congreso y la vida de los partidos políticos.

    Es la tolerancia, el mayor pluralismo y respeto por el género, las edades, los orígenes sociales, lo que hoy comienza por fin a despegar y permear con una fuerza incontenible las caras y miradas de las gentes del nuevo Chile que se aventura al siglo naciente.

    La triple conjunción del regreso a la Democracia republicana en 1990, del predominio del mercado y de la apertura a más competencia en lo interno y externo, y del rol focalizado más energico (y mucho más eficaz que en el pasado) del Estado en materia de equidad social, tiene a nuestro pueblo -de las maneras más diversas y con riqueza innovativa- inserto en una de las aventuras del Desarrollo más dinámicas y prometedoras que como estudioso y practicante del mismo, yo haya visualizado. Los avatares de una coyuntura muy difícil y las incertidumbres naturales del proceso electoral de este año, hacen a muchos perder esta perspectiva de cambios y de horizonte más largo y fecundo.

    Permítaseme hacer aquí y para ilustrar de nuevo en este campo, una brevísima reseña de lo que nuestro Gobierno (unido al esfuerzo de los privados) ha estado haciendo en dos Reformas que están insertas de lleno en la mayor igualdad de las oportunidades ciudadanas: la reforma educacional y la reforma a la institucionalidad de la Justicia.

    Es mi fuerte convicción personal, que los chilenos y chilenas del presente y de futuras generaciones, van a recordar con respeto y valoración al presente Gobierno y al presente conjunto de legisladores, por las sólidas compuertas que están en proceso de abrir en materia del capital humano de nuestros niños y jóvenes, así como en el acceso verdadero a la justicia (en todos sus ámbitos) para el hombre sencillo y la mujer común....

    Cuando se hable del proceso de Desarrollo en las futuras generaciones, se encarnará en estos cimientos nuevos una mucho mayor igualdad de oportunidades para cada familia que hoy lo sueña, lo intuye, o lo vive imperfectamente.

    Asimismo, cómo no enfatizar altiro -aunque sea sólo de pasada- el macizo hecho que significará en un futuro mediato, el que la ciudadanía pueda acceder, disponer y disfrutar del mayor progreso material que trae el proceso puro de crecimiento sobre la base de un estadio colectivo de civilización mayor... dado el mejor acervo de capital humano (educación, cultura) y de servicios de justicia, que darán más sentido y contenidos valorables al progreso material.

    Repasemos brevemente el sentido de ambas reformas, desde el punto de vista de lo que aquí nos interesa.

    Las reformas al sector justicia reflejan en verdad una respuesta a un verdadero atraso histórico. La ministra del ramo y el que habla, se han referido al conjunto de las iniciativas legales en comento, como reformas de segunda generación, puesto que apuntan al corazón de lo que es el eje de Modernización del Estado, en temas de crucial importancia para los ciudadanos. Entre muchas materias de importancia nacional (se han aprobado ya 45 leyes en estas materias por el Congreso Nacional), cabe destacar acá las que tienen relación con crear el Ministerio Público (actualmente en su segundo trámite constitucional en la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia del Senado) las iniciativas de reforma procesal penal, la ley que estableció las Corporaciones Regionales de Asistencia Jurídica, la que crea los Tribunales de Familia, las que apoyan y regulan el tratamiento a los menores vía Sename y establecimientos subvencionados.

    La reforma al sistema procesal penal será un hito histórico decisivo en la manera de administrar justicia, y regirá -como es público- ya a partir del año 2000. Precisamente el poder ejecutivo en concordancia con el legislativo, establecieron que tan importante y decisiva reforma, se inicie operando el año próximo con dos tribunales nuevos y especiales creados en Coquimbo (IV Región) y en Temuco, Región de la Araucanía, simbolizando así los aires descentralizadores de los nuevos tiempos.

    Más acceso, mayor disponibilidad, más expedición, más especialización de los tribunales y cortes, y mejor cercanía del sistema judicial con las gentes, son todas características que apuntan a avanzar con mucha fuerza en la igualdad de oportunidades para todos.

    El grueso de la reforma educacional apunta también, a la promoción y apoyo de la equidad social, por la vía de promover a fondo el capital humano de nuestros niños y jóvenes.

    ¿Qué factor más decisivo para el proceso de sustentación del crecimiento y para darle más calidad al desarrollo de este país, puede haber que aumentar el tiempo para aprender y crear nuevos espacios educativos vía la Jornada Escolar Completa?

    Podemos señalar en concreto, que ya existen cerca de 500 mil alumnos radicados en 4300 establecimientos, que han ampliado su jornada escolar a partir de 1997. Pero esta reforma no se centra sólo en los incrementos de horas lectivas y en la ampliación de la infraestructura escolar en primaria y secundaria. El cambio educacional del que hablamos, apunta además a una reforma curricular maciza, mejorando decididamente los modos de enseñar y aprender, y promueve innovaciones claras en las prácticas pedagógicas, contribuyendo con mejores materiales y recursos educativos.

    En síntesis, el país entero (los sectores público y privado) está inmerso en un set de políticas creativas que se centran en la calidad de la educación, en el cambio incremental a todo nivel, en reformas a los métodos de aula, en información e incentivos para mejorar la evaluación de resultados de los educandos, y en la equidad y visión redistributiva del sistema.

    La literatura económica, a nivel académico como empírico, tiene ya un amplio stock acumulado sobre lo clave y contributivo que resulta la inversión en educación, en capacitación y en capital humano general, para los impactos en el desarrollo económico-social. Pocas inversiones en el plano nacional son más rentables socialmente que las que señalo. Ello está demostrado para un amplio y variado conjunto de países y se estima, ha sido la clave de los saltos al desarrollo temprano que mostraron, en el siglo pasado, países tan diversos como EEUU y Francia, entre varios.

    Dos premios nobeles de economía, ambos académicos insignes, los Drs. Ted Shultze y Amartya Sen (éste último galardonado en 1998), han demostrado en numerosos escritos que la inversión de recursos públicos en educación es decisiva, en el largo plazo, para determinar resultados en el plano de la distribución relativa de los ingresos de familias y personas, asi como para influenciar el estado general de los países en el área más amplia de la equidad.

    En resumen, Chile a pesar de sus dificultades y carencias, se encuentra a mi particular juicio, inserto en una trayectoria positiva de cambios, de desenvolvimiento, de apuesta decisiva por mayor equidad (ver reformas y polticas sociales), con todas las tensiones que asume y representa un patrón de crecimiento acelerado como el que se ha vivido.

    Es cierto, no podemos hoy hablar de modo alguno, que la batalla por salir del subdesarrollo esté ganada, y ni siquiera que el proceso esté resguardado en sus resultados de largo plazo. Pero me parece muy sinceramente, que el hecho que el sistema político y el esfuerzo privado halla apostado y apoyado la estrategia vigente de Crecimiento con Equidad, intentando sesgar los resultados anónimos del mercado y de la apertura hacia el plano de la Solidaridad y de la inclusión, nos da luces de optimismo y de esperanza.

    Nadie puede aquí asegurar cuán ardua y por cuántos años tendrá que seguir acelerándose este esfuerzo nacional; nadie podrá desconocer los afiatamientos y perfeccionamientos que deben imprimirse mañana a esta estrategia de desarrollo.

    Pocos podrán, en la serenidad de sus mentes y la verdad de sus corazones, sin embargo sostener que esta nueva aventura de progreso reciente no representa la más clara, sólida y promisoria que hemos vivido como chilenos y chilenas desde el albor de este difícil siglo XX .

    Cierro con unas pocas frases finales en las reflexiones en los planos de la felicidad y del bienestar a los que hice referencia aquí y allá, durante esta charla.

    El desarrollo económico-social no hace necesariamente a la felicidad, qué duda nos cabe a todos los aquí presente.

    Empero, sin desarrollo: con estancamiento y desigualdad, con pobreza e injusticia, con pasividad y falta de medios materiales, con retraso y exclusión con el otro escenario ...el del subdesarrollo histórico, pesado y lúgubre que ha caracterizado a Latino América por siglos y siglos, sólo conseguiremos miseria, polarización, inestabilidad y conflictos sin sentido. No me parece que ese último sendero, ya recorrido y fracasado tantas veces, sea conducente a alguna clase de felicidad: sólo lleva a la desesperanza.

    Terminemos con un hálito prudente, cuidadoso en las sensibilidades de cada cuál, pero con visión de futuro. Nada mejor que hacer acá una metáfora, citando a la poeta, sobre al menos las opciones, las posibilidades, los espacios que en la aventura de vida personal nos permite el desarrollo humano;

 

"Los zapatos polvorientos

me cansan la vista

y aquellos relucientes

me producen náuseas.

 

Si juntáramos

Todos los zapatos del mundo

Deambularíamos por años

Hasta encontrar la horma

De nuestros propios pies ".

 

_______________

Volver