WB01409_1.gif (599 bytes) CARGADO, y sin AZÚCAR
TOMANDO UN CAFÉ CON BORGES

 

Irremediablemente debía surgir lo argentino de su sangre, difícil evitarlo;tampoco es fácil no referirse a personajes argentinos famosos, legendarios, que cuentan con un espacio particular en la mente del escritor. A algunos admira, a la mayoría critica:

 "Perón fue un nuevo rico, imitó de manera crasa y grotesca los rasgos menos admirables de la oligarquía ilustrada que simulaba combatir. En todo esto abundó la exageración caracteristica del guarango. Inundó el territorio del país con imágenes suyas y de su mujer, cuyo velorio y cuyo cadáver usó para fines publicitarios... Perón era un chambón que no tenía un programa y que no sabia qué hacer. Lo único que si sabía era hacerse retratar y salir a los balcones de la Plaza de Mayo para en sus discursos insultar a sus oyentes llamándolos "grasitas".

Ante tal afirmación surgen distintas manifestaciones, algunos sonríen, otros disimuladamente se enojan: Aquí las opiniones se dividen porque Perón mismo divide al pueblo: unos lo admiran, otros lo odian. En todo caso, todos respetan la posición de Borges, él es un gran escritor, nadie podria rebatirle su opinión, menos, un mortal.

"...Los argentinos tienen sueños muy particulares. Uno de esos sueños, que definiría como recurrente, es la figura de Carlos Gardel. Un compadrito que llegó a codearse con la aristocracia de su época porque era la costumbre de ese entonces. Para los argentinos es, además, un ejemplo de virilidad, afirmación que me atrevo a poner en duda. ¿Acaso no se empolvaba la cara?. Lo cierto es que, entre otras cosas, ese compadrito era francés, lo cual en el fondo no tendría que molestar a ninguno de los adherentes a esta especie de culto popular. Porque el otro sueño de los argentinos es, a no dudarlo, París. Todos quieren ir a París. Personalmente yo podría prescindir de Gardel. Pero veo en mis sobrinos e interlocutores que hay algo en Gardel que yo, sin duda, no percibo. Es un defecto mio, no de Gardel'

borges4.JPG (23879 bytes)Con recelo declara que en Argentina comenzaron a leerlo cuando tenía más de cincuenta años. No lo tomaron en serio hasta que descubrieron que había sido traducido al francés. En todo caso no le molesta. Siempre supo que iba a ser escritor. Algun día iban a tener que reconocerlo.

RecaIca, en todo coso, que en Argentina hay muchos cosas buenas. "se puede conversar todavía", exclama, ya él lo que le gusta es conversar, como ahora.

"En mi juventud probé la mescalina y la cocaína pero enseguida me pasé a los pastillas de menta que me parecieron más estimulantes. Si las drogas producen el mismo efecto que el alcohol, no me interesan. Un borracho es evidentemente ridículo. He estado borracho algunas veces y lo recuerdo como una experiencia muy desagradable para los demás y para mí. ¿Recuerdan lo que decía Oscar Wilde? La unica intoxicación es la conversación. Claro que la conversación de Wilde..."

Lamentablemente la conversación debe terminar, Borges tiene otro compromiso. Ultimamente su vida está llena de ellos No son grandes asuntos los que debe tratar sino más bien sentimentales: viejos amigos, familia; según él, los últimos que debe resolver.

Pagan la cuenta. Lentamente, igual como llegaron, se levantan de la mesa y se dirigen a la escalera: bajan al primer piso donde se encuentra la salida.

Casi al mismo tiempo la gente comienza a irse, ya no tiene sentido permanecer ahí. Se dirigen a casa y se preparan a dormir. Seguramente soñarán con su inolvidable experiencia.

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