La iniciativa, que durará
tres años, cuenta con tres empresas socias
y recibió el aporte 248 millones de pesos,
por parte de Fondef, para llevar a cabo la investigación.
Ésta tiene como objetivo desarrollar
un material biodegradable de características
diferenciadas, para aplicaciones comerciales
de alto valor.
Este material será formulado de manera
tal que permita la elaboración de productos
funcionalmente capaces de responder a múltiples
exigencias, manteniendo las características
de biodegradabilidad.
La idea para presentar este proyecto, viene
de observar como los biopolímeros plásticos,
basados en materias primas agrícolas
y forestales, están ampliando fuertemente
su mercado, debido a el aumento del precio
del petróleo y sus derivados, como
los materiales termoplásticos tradicionales;
y como la lenta biodegradabilidad de los plásticos
tradicionales, causa serios problemas ambientales
y estéticos.
Entre los materiales biodegradables el ácido
poliláctico (APL) es el polímero
plástico que ha generado mayor aceptación.
Sin embargo, la gran mayoría de las
aplicaciones requiere que el APL se modifique
y aditive, para adaptar sus propiedades a
cada uso específico. Esta modificación
y aditivación es una tecnología
que no se conoce para el caso de los biopolímeros
y el APL, en particular, por lo que es necesario
desarrollar esta investigación, para
conocer los combatibilizantes, cargas, agentes
de refuerzo y otros más adecuados,
desde una perspectiva técnica y económica.
Junto a lo anterior, el proyecto plantea
desarrollar un contenedor para plántulas
de árboles (pino y eucalipto) y de
manera más general, para plantaciones
de otras especies forestales, hortalizas y
frutales.
Las plantas crecen durante un año
en un invernadero al interior de tubetes,
fabricados de un plástico tradicional,
para luego ser transplantadas al terreno definitivo.
El estrés inherente a este trasplante,
ocasiona que entre un 3 y un 4% de las plantas
no sobrevivan.
Por ello, el presente proyecto plantea desarrollar
tubetes para plantaciones forestales de características
biodegradables, con lo cual el estrés
propio del trasplante se minimizaría.
El proyecto será ejecutado por investigadores
de UDT, en conjunto con profesionales de las
empresas Termomatrices Ltda., Mininco S.A.
y Empresa de Servicios Tecnológicos
Ltda.