En gran parte de los ejemplos que siguen
muchas de las tácticas de cortesía de Brown y Lévinson están aquí al servicio de la atenuación: busque el acuerdo; utilice marcadores de identidad in group, tenga presentes los deseos del interlocutor; recurra a la indirección convencional: ¿podría pasarme la sal?, es mejor que páseme la sal, recurra a los modalizadores, minimice la imposición: sólo quería preguntarte si puedes prestarme tu lápiz un minutito, pida disculpas; recurra al discurso impersonal, minimice su expresión (por medio, por ejemplo, de la lítote), sea ambiguo, sea vago, haga generalizaciones, recurra a la elipsis.

1. Una profesora necesita un cassette, una secretaria consigue uno prestado y se lo facilita. Pasan varios días y la profesora no manifiesta su propósito de devolvérselo. Finalmente la secretaria le dice:

Profesora, me acordé del cassette.

La profesora contesta:

Es cierto, se me había olvidado, lo voy a comprar ahora mismo y te lo devuelvo (Concepción, 1996).

Por una parte, los días que pasaron entre el préstamo y el reclamo revelan la dificultad de la secretaria para hacerlo. Su condición de subalterna contribuye a explicar esta dificultad.
Lo primero que llama la atención es la nula relación que existe entre ambos enunciados. Sin embargo el contenido implícito aportado por la situación comunicativa completa la información y la profesora interpreta automáticamente como un reclamo el enunciado aseverativo de la secretaria.
La profesora tutea a la secretaria. Esta última, en cambio, la trata de usted y se dirige a ella haciendo uso del tratamiento profesora. Jamás la llamará por su nombre. Llamar las cosas (y a las personas) por su nombre, de forma directa es lo contrario de nombrarlas por medio de subterfugios, de forma atenuada; nombrar "como quién no quiere la cosa".
Retomando el capítulo de la cortesía, aquí vemos cómo la secretaria atenúa su enunciado para evitar amenazar la imagen negativa (el territorio) de la profesora. Para evitar el enunciado que habría correspondido profesora, acuérdese del archivador, la secretaria se adjudica ella la acción del verbo.

2. La secretaria de un doctor le dice a la paciente a quien corresponde ser atendida:

Elcira, ¿pasamos? (Santiago, 1996).

El imperativo es atenuado por medio de una pregunta y, para no aludir directamente a su interlocutora, se involucra en la acción y hace uso de la primera persona plural.

3. Una profesora de filología española le ha entregado a una amiga, también profesora de filología española, un artículo. La amiga que lo recibe dice:

Oye, ¿Sería muy traumático que yo te comentara un pequeño detalle de ortografía? (Santiago, 1996)

Aquí la hablante teme herir la imagen positiva (narcisismo) de su amiga al hacerle una crítica.

4. En una micro (autobús) dice el chofer a un pasajero que quiere bajar:

Tratemos de bajar por atrasito, atrás ‘tá la bajá, por favor, no ve que por aquí pasan parte (Santiago, 1996).

5. Una mujer dice a su hijo, disculpándose por el atraso:

Estoy en [la heladería] Tavelli todavía mijito. Estoy casi saliendo en unos 15 minutos más (Santiago, 1996).

6. Una persona llama por teléfono a su hermana a las 10.30 p.m.

- ¿Estaban durmiendo?
- mmmm regular
- llamo mañana
- s
í (Santiago, 1996).

7. En una librería hay dos mujeres mirando libros de un mismo estante. Dice una de ellas:

Perdón, me voy a poner un poco así agachada, acá (Santiago, 1996).

8. Dos amigos almorzando en un restaurante. Dice uno de ellos a su interlocutora:

¿Vamos como andando?, yo estoy medio apuradito (Santiago, 1996).

9. Dos amigos se encuentran. Uno de ellos, para evitar seguir conversando, dice después de un breve diálogo:

Estoy media atrasadita.

10. Una amiga llama a otra por teléfono. Ésta, para evitar una larga conversación le dice:

Yo tengo como que ir saliendo en este ratito.

11. En la plaza de Concepción (1996) hay una filmación, hay policías evitando que la gente se acerque demasiado. Uno de ellos dice:

Caballeros, ¿por qué no avanzamos hacia atrás?, por favor.

12. En una bomba de bencina (gasolinera) dice un cliente después da haber sido atendido:

Le voy a pedir la boleta, eso sí, por favor (Santiago, 1996).

13. En un café a la hora del cierre dice una mesera a una pareja que está sentada a una mesa:

Discuuulpa, te voy a dar el vale (Santiago,1996).

La atenuación está pedida por el hecho de que la mesera está comunicando a los clientes que deben retirarse del café.

14. Dos amigos se encuentran. Uno de ellos, que acaba de llegar de Costa Rica le dice al otro:

La gente que está en Costa Rica 'ta queriendo venirse 'ta como eeee achatada entonces por eso a la larga Costa Rica te achata.

15. Fuguet, que caricaturiza el modo de hablar urbano de la juventud de clase media en Chile, pone en boca de una joven las siguientes palabras:

Bueno, después de eso, como que se levantó una muralla, no nos llamábamos por teléfono aunque cada una se moría por hablar, esperando al lado de él viendo si sonaba
(Fuguet, 1990: 63).

Por qué no me pasái otro pucho [cigarrillo] porfa ... como que lo necesito ... (Fuguet, 1990: 63).

Como que nada que ver que te cuente todo esto, no sé, como que no puedo dejar de hablar (Fuguet, 1990: 56).

16. Los tres ejemplos siguientes corresponden a enunciados de campesinos:

Cuando uno es pequeño agricultor como que la gente no lo toma en cuenta, lo que trabaja, lo que hace (GIA, 1986).

Tengo una edad suficientemente que ya no, como que ya no es para mí esta revista (GIA, 1986).

[Mi padre] todo el tiempo como que tuvo una admiración por mí (GIA, 1986, Tomo IV: 376).

17. Una amiga le escribe a otra:

¿Sabes? como que me siento extraña en el ocio (que nunca es ocio por lo demás) (Carta de 1991).

18. La atenuación atenta contra la asertividad. El siguiente ejemplo nos da la razón en el sentido de que esto corresponde a una característica del modo de ser del hablante chileno.

O sea, además creo que, en general, el alumno ...como que no se le da ...eh ...una fuerza para decir: 'bueno, yo pienso esto, esto y esto, y lo puedo contraponer a la opinión del profesor (Rabanales, 1979, Muestra 25).

19. Una mujer profesional de Santiago, hablando de los adolescentes, dice:

Es como mucho (= es el colmo) que haya tanta película donde se ve chascones y chasconas drogados y volando y con ataque de una y otra cosa (Rabanales, 1979, Muestra 9).

20. Se trata, en el siguiente ejemplo, de un jardinero al que la mujer que escribe la carta ha despedido (notemos lo eufemístico de este verbo que nos evita la incomodidad de usar echar).

Joel de repente es bien lenteja y olvidadizo (Carta de 1993).

Si ha decidido echarlo, presumiblemente, es siempre lento y no solo a veces. El adjetivo lento se atenúa sustituyéndolo por lenteja.

21. Una madre escribe a su hija:

Oiga Rosita, de repente tengo la sensación [de] que no estás bien en Italia (...) No pareces muy convencida del esfuerzo que estás haciendo, si vale o no la pena (Carta de 1993).

El diminutivo afectivo anticipa el tratamiento de un tema delicado (nudo). La madre no osa aseverar, por temor a herir la imagen positiva (narcisismo) de su hija que la ve mal. No se atreve a sugerirle que vuelva a su país.
No estás convencida del esfuerzo que estás haciendo está atenuado por el verbo performativo parecer y por el adverbio de intensificación muy.

22. En el siguiente ejemplo el carácter atenuante de medio se ve reforzado por el énfasis del aspecto durativo de la perífrasis nos anduvimos enojando. La alternativa sin perífrasis de gerundio nos enojamos, al resaltar el carácter temporal y no el modal, da como resultado un enunciado apodíctico.

Nos anduvimos medio enojando (Carta de 1993).

23. Veamos otro ejemplo:

En general no estoy muy animosa, me siento un poco en el aire con mi situación, de algún modo la monotonía ha invadido mi vida, necesito con urgencia hacer cosas nuevas (Carta de 1991).

Si leemos este párrafo invirtiendo el orden de los enunciados, se nos hace evidente que un poco no es más que un atenuante. Si la mujer de 29 años que escribe esta carta necesita con urgencia hacer cosas nuevas es porque la monotonía realmente ha invadido su vida. En tal circunstancia es presumible que se sienta totalmente en el aire, no sólo un poco. Por otra parte, lo más probable es que no estoy muy animosa sea también un atenuante que busque mitigar su grado de desánimo para no importunar al destinatario de la carta.

24. La primera parte del siguiente fragmento es concesiva, atenúa la manifestación de sentimientos personales negativos que son los que, realmente, motivaron la escritura de la carta.

Mi pega, bien en general, salvo que me absorbe demasiadas horas y eso me da un poco de lata (...) No sería nada si estuviera haciendo cosas entretenidas, pero resulta que muchas veces, como ahora que te estoy escribiendo, no pasa nada porque estoy a la espera de decisiones que no dependen de nosotros (Carta de 1991).

Este fragmento tiene una estructura similar a los enunciados adversativos de apariencia concesivos sí, pero ... El valor concesivo lo aporta el adverbio de afirmación .
En Chile es muy frecuente recurrir a este tipo de enunciados para manifestar, de forma atenuada, disconformidad con el interlocutor:
- ¿me queda bien este peinado?
- sí, pero te quedaría mejor este otro.

25. Como ya dijimos, el oficio de periodista no es garantía de una mayor objetividad en el uso del lenguaje. Así lo demuestran Romero y Torres:

El chileno ha sido siempre un poquito infiel, partiendo por nuestro conquistador Pedro de Valdivia, quien dio el ejemplo, engañando a doña Marina con doña Inés de Suárez (Romero; Torres, 1995: 85).

26. En el siguiente enunciado hay una evidente contradicción entre sus partes:

Está un poquito gordito. Va a haber que ponerlo a dieta (Carta de 1992).

Si consideramos que alguien debe ser puesto a dieta es porque nos parece que está gordo, no un poquito gordito. Esto es aún más claro si tenemos en cuenta el contexto en el que aparece este enunciado. El hablante es una mujer de 30 años que quiere presentarle un amigo a una amiga soltera. El enunciado forma parte de una conversación entre las dos amigas. A pedido de su interlocutora, la hablante le describe al amigo en cuestión.

27. Un embarazo puede pillar desprevenida a una mujer pero ¿cómo podría pillarla solo un poquito desprevenida?

A la Titi la pilló un poquito desprevenida el embarazo, pero con todo pienso que fue un buen momento, con poco pensar y recién llegados (Carta de 1993).


28. El carácter durativo de la perífrasis no se está sintiendo bien le otorga un sentido atenuado al enunciado:

La María ha confesado que no se está sintiendo bien (Carta de 1991).

La alternativa sin perífrasis de gerundio no se siente bien, resulta no atenuada porque se resalta el carácter temporal y no el modal.

29. La gordura, como dijimos es un tema nudo.

Anita, creo que sería bueno que hicieras un poco de régimen.

El contenido del enunciado se resume a: Ana, debes hacer régimen. El diminutivo del nombre indica una relación de deferencia del hablante hacia el oyente y prepara al interlocutor a recibir una crítica, pero en tono cariñoso.

30. Para terminar, veamos algunas perífrasis verbales:

Bueno Anita, por aquí voy terminando. Es tarde y me quiero echar (carta de 1991).

Puse un departamento aquí para pasar algunos meses, otros meses en Costa Rica. Me vine viniendo de a poco (Carta de 1992).

Yo creo que ya podemos irnos despidiendo, porque ya no queda nada ya, oye ¿ah? (Rabanales, 1990: 233)

Nos va quedando bien poco de esta larga conversación que hemos tenido (Rabanales, 1990: 233).