El desarrollo del mural, se despliega a lo largo de tres paños:
El relato plástico se inicia en el paño derecho, en el que se encuentra representado el pasado, es decir, el mundo pre-hispánico de América Latina. Esta idea es acentuada por el símbolo rojo de Zontemoc (sol que cae) en la parte superior del paño que refleja el ocaso de las culturas pre-hispánicas. En la escalera se desenvuelve la serpiente emplumada, el Quetzalcoatl, símbolo mexicano de la cultura. El paño central se inicia con las figuras que el maestro González Camarena llamó la Pareja Original, formada por un español y una mujer que representa a todas las razas indo americanas. En el paño izquierdo están los símbolos botánicos de ambos países: el Nopal de México, y el Copihue de Chile.
Los elementos centrales del mural están unidos por el ondulante friso de banderas de todos los países latinoamericanos. En los extremos las aves heráldicas de México, el águila y de Chile, el Cóndor, todo ello coronado por los versos de Pablo Neruda: “Y no hay belleza como esta belleza de América extendida en sus infiernos en sus cerros de piedra y poderío y en sus ríos atávicos y eternos…”
En esta obra, se encuentra descrita la unidad genética y, por supuesto, el destino de los países de nuestro continente. Aquí está explicada también, la relación fundacional de nuestra identidad trágica, múltiple, desde lo maya, lo griego y lo hispano a lo latinoamericano. El relato plasmado en los 250 m2 del mural es una invitación a reconstruir nuestra historia común, pero no desde la Historia fría del pasado, concluida y cada cierto tiempo revisitada por la lógica ortodoxa.
Presencia de América Latina es una obra que reivindica la vida, lo continuo y lo abierto en que, sus espectadores pueden ejercitar una lectura cómplice, original y libre de verdades absolutas y cerradas.
El valor de este mural es incalculable debido a diversas razones entre las que cabe mencionar las de índole:
Cultural, porque la asistencia al mural permite conocer, en síntesis, a través de imágenes, la génesis del continente iberoamericano, caracterizándose por exaltar los valores culturales, raciales y de unión latinoamericana.
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Histórico, puesto que la historia del Mural, inserto en la Casa del Arte, es una muestra de la historia de la Universidad de Concepción desde sus inicios en 1919, hasta nuestros días.
Arquitectónico: debido a que el mural se encuentra ubicado en el edificio (Casa del Arte), que originalmente fue la Escuela Dental de la Universidad, el cual, con motivo del terremoto de 1960 fue intervenido y remodelado para la exhibición de obras pictóricas.
Simbólico, ya que en general, todo el mural es una compilación de símbolos que representan conceptos como la generosidad de la tierra, las riquezas del mar, la fusión de las razas, el continente latinoamericano, a través de la mujer desnuda, el ocaso de las culturas pre-hispánicas, la lucha de la conquista, etc.
Educativo, en cuanto a que el mural, con su enorme riqueza histórica y cultural, es una fuente de conocimiento visitada por numerosos estudiantes de enseñanza básica y media, de los diferentes establecimientos educacionales tanto de Concepción y de las comunas adyacentes, así como también de otras regiones.
Turístico, dado que la Casa del Arte y en especial el Mural representan una parada obligatoria para la totalidad de las personas que visitan Concepción. Alrededor de 75.000 personas llegan a la Casa del Arte anualmente. El mural es un ícono nacional, ya que pertenece al set de imágenes (fotografías y postales) que se exhiben a lo largo de todo Chile y se muestran al extranjero.
Social, por cuanto la entrada a la Casa del Arte y, en consecuencia, la visita al Mural es totalmente gratuita.
Espiritual, puesto que, con el aporte del Gobierno Mexicano al Estado Chileno y, específicamente a la Universidad de Concepción, se pone de manifiesto la fraternidad y solidaridad que ha existido siempre entre ambos pueblos.
Por último, cabe recordar las palabras de Neruda implícitas en la contemplación de: “esta belleza de América, extendida en sus infiernos, en sus cerros de piedra y poderío y en sus ríos atávicos y eternos”…