En 1919, de una ambiciosa iniciativa de la comunidad penquista, activamente respaldada por todo el sur del país, nace la Universidad de Concepción. Desde su creación esta Casa de Estudios Superiores se impuso la tarea de crear un museo de plástica nacional. A partir de entonces sus autoridades comenzaron a adquirir obras pictóricas. Las pinturas, que en un principio se habían destinado a servir de alhaja en las oficinas principales, eran adquiridas en las exposiciones itinerantes que llegaban a la ciudad o bien, se obtenían mediante premios de adquisición en los concursos patrocinados por diferentes instituciones, entre las que también se contaba la propia Universidad.
En 1929, con ocasión de un nuevo aniversario de la Institución, don Enrique Molina Garmendia, rector de aquel entonces, propone la idea de que la Universidad cuente con un museo y galería de arte, por considerarlo pertinente al desarrollo del espíritu y la cultura. Así se siembran los cimientos de lo que hoy constituye la Casa del Arte y la Pinacoteca, atendiendo al propósito que tuvieron sus fundadores: la difusión de los valores estéticos como parte integral del Alma Mater.