El reconocimiento de
organismos en la sala de
clases, visitas a plantas
procesadoras y áreas
costeras y actividades
culinarias con productos del
mar son parte del programa
de trabajo que se extenderá
por 8 meses.
Una novedosa forma de experimentar el mar vivirá
un grupo de 480 estudiantes de séptimo y
octavo básico de Dichato, San Pedro de la Paz,
Chiguayante y Concepción a través de un proyecto
Explora-Conicyt que busca estimular el
conocimiento de la biodiversidad marina y su
valor nutricional a través de la gastronomía.
La idea es educar a los escolares y su entorno
en aspectos de la biodiversidad marina usando
sistemas pedagógicos no tradicionales, explica
la estudiante del
doctorado en Sistemática
y Biodiversidad
y directora del proyecto, Sandra
Ferrada.
El reconocimiento
de organismos
en la sala de clases,
visitas a plantas
procesadoras
y áreas costeras y
actividades culinarias
con productos
del mar son parte del programa de trabajo que
se extenderá por 8 meses. Toda esta experiencia
quedará plasmada en el Recetario Marino
Ilustrado que -en sus versiones CD Rom e impreso-
recogerá fotografías e ilustraciones científicas
realizadas por los escolares: así como
información nutricional de las preparaciones marinas
seleccionadas.
El proyecto fue lanzado el 1 de abril en San Pedro,
para dar inicio a las actividades formales del
proyecto, el lunes de la semana pasada. Pero ya
antes se había realizado el primer acercamiento
con los alumnos, en la Escuela E-427 de Dichato,
donde Sandra Ferrada, pudo observar la
naturalidad con que los niños se vuelven a relacionar
con el océano después del tsunami del 27
de febrero. “Afortunadamente, no les ha generado
conflicto. Resulta increíble la capacidad que
han mostrado para asumir e incorporar lo que les
tocó vivir”, señala.
“Con talleres así me reencuentro con mis compañeros,
estamos más tiempo juntos…y aunque
a veces nos da pena, podemos compartir lo
que vivimos”, reconoce la estudiante María Inés
Vera, quien afirma que con el proyecto van perdiendo
el miedo al mar.
Así también lo ve Evelyn Cortés, profesora del
establecimiento, para quien este tipo de experiencia
ayuda a superar el trauma que generó en
la comunidad local la tragedia del 27/F. En todo
caso, el terremoto y tsunami no minó la curiosidad
de los estudiantes. “He visto a los niños muy
participativos y con muchas ganas; muy empáticos
y, sobre todo, dispuestos. Les llama mucho
la atención el trabajo científico”, dijo.