Importantes avances exhibe
proyecto de conservación
de ranas de Darwin
Paso a paso, aprendiendo de
cada etapa, sumando conocimientos.
Así se ha cimentado la
positiva experiencia del proyecto
de conservación y reproducción
de la rana de Darwin (Rhinoderma
darwinii), en marcha
desde abril del año pasado, en
una iniciativa conjunta del Laboratorio
de Herpetología del
departamento de Zoología y el
Zoológico de Leipzig.
La aventura se inició con once
ejemplares -4 hembras y 7
machos- traídos desde Coñaripe. Si mantener vivas a las ranas
fue un desafío (se logró un
100% de supervivencia), el nacimiento
de las primeras crías
en cautiverio (35 en total), en
diciembre, fue un premio a la
constancia. De eso sabe el estudiante
de doctorado, Carlos
Barrientos, responsable del
cuidado diario de los animales,
a los que debe alimentar uno
por uno.
Hoy, los investigadores aguardan
pacientes la llegada de una
nueva camada. Varias hembras
ya han desovado y se espera
el momento de la eclosión
de los huevos para que –en el
particular sistema de crianza de
la especie- los machos los recojan
y los mantengan en su
boca hasta que se conviertan
en individuos completamente
formados.
Los avances del proyecto
fueron evaluados recientemente
por el oficial de Conservación
del Zoológico de Leipzig,
Frank Oberwemmer, quien destacó
los altos niveles del trabajo
realizado por los miembros del
equipo a cargo de la estación.
El desafío ahora, dijo, es invertir
más en infraestructura, para
mejorar los estándares de los
espacios que ocupan las ranas,
con tecnologías que permitan,
por ejemplo, contar con un sistema
de lluvias automático para
la mantención de humedad (lo
que hoy se hace manualmente
con rociadores).
Por otro lado, agregó, hay que
desarrollar más investigación
de campo, para conocer las
razones por las cuales su población
ha ido declinando, un
paso clave previa liberación de
las ranas a su hábitat natural.
Esto, agregó, debe hacerse de
acuerdo a las leyes del país y a
los protocolos de la Unión Internacional
de Conservación de la
Naturaleza (IUCN).
La idea es reintroducir las ranas
en áreas silvestres protegidas,
donde se sabe que existía previamente
y que aún conservan
su hábitats, señala el responsable
del proyecto, el docente
Juan Carlos Ortiz. Dentro de
las opciones que se barajan están
la cordillera de Nahuelbuta
y la Reserva de Nonguén.
Pero para esta etapa fundamental
del proyecto, aún se deben
cumplir nuevos objetivos.
Lo principal –explica el académico-
es lograr la reproducción
constante entre los ejemplares
nacidos en cautiverio, hasta
contar con una población estable.