Terremoto abre amplio
espacio para la investigación
Fue una investigación casi “artesanal”,
pero que logró hacerse
un espacio en las páginas
de Science, en julio. El estudio
-realizado por un grupo de investigadores
de nuestra casa
de estudios, la universidad de
Chile y científicos francesesanaliza
los levantamientos y
subsidencias ocurridos a lo largo
de la costa en los días que
siguieron al terremoto, datos
que entre otras cosas permitieron
estimar preliminarmente
y con bastante certeza, la extensión
de la zona de ruptura, y
los niveles de desplazamiento
entre las placas Sudamericana
y de Nazca.
El académico de Ciencias de la
Tierra, Andrés Tassara, quien
fue parte del equipo de investigadores,
expuso detalles del
estudio para el ciclo de conferencias
de los programas de
posgrado en Oceanografía. “Éramos investigadores principalmente
chilenos y creo que
ellos (en Science) sintieron que
un grupo de sobrevivientes del terremoto habían sido capaces
de ir a terreno, tomar datos y
hacer un modelo muy simple,
que da información muy valiosa que permitía dimensionar el
terremoto…creo que eso los
sedujo para aceptar el artículo”,
señaló el doctor Tassara.
El investigador explicó que en
las mediciones –realizadas
con una simple huincha- se tomó
como referencias las áreas
de la columna intermareal que
quedaron expuestas como
consecuencia de los alzamientos
y puntos de referencia en
tierra para determinar los hundimientos
del terreno.
La información recogida en el
primer momento ha sido refrendada “con un montón de datos
GPS, de satélites y modelos
mucho más elaborados...pero
este trabajo condensa de manera
muy simple las observaciones
más importantes sobre
el terremoto”, lo que a su juicio,
lo diferencia de otros papers
que no han sido publicados,
pero que dan cuenta del gran
interés de la ciencia internacional
sobre este evento.
Tassara adelantó que están
trabajando en la elaboración de
un modelo preliminar del deslizamiento
de la falla, ocupando
datos de GPS tanto de campaña
como continuos que registraron
el momento cosísmico
(la ocurrencia del terremoto) y
que también están interesados
en entender los procesos que
siguen sucediendo en la zona
de ruptura.
Un aspecto que el académico
considera relevante para
la investigación se relaciona
con la fase presísmica; es decir,
los instantes previos (en
términos de años o minutos)
a la ocurrencia de un terremoto. La ventaja del megasismo
del 27 de febrero es que
cuenta con un amplio volumen
de información registrada
por distintos instrumentos.
Como ejemplo señaló la serie
de observaciones, sobre la
deformación de la tierra, realizadas
por el TIGO en los 8
años anteriores. La idea, señaló,
sería conjugar esta serie
de tiempo con información
satelital y datos de otros instrumentos
situados en el área
de ruptura, y procesarla en un
modelo numérico de manera
de establecer puntos clave
que permitan identificar cuándo
podría presentarse un terremoto.
Tassara afirmó que si se logra
reconocer la fase presísmica
en la ruptura “vamos a contar
con una investigación que seguramente
tendrá alto impacto”
tanto por su aporte científico
como por su relevancia para
la comunidad, que podría estar
mejor preparada para hacer
frente a estos eventos.