Como un fuerte compromiso ha asumido el decano Joel
Zambrano el apoyo que los académicos de Ingeniería
le dieron el 17 de junio al reelegirlo por un nuevo período
a la cabeza de la facultad. Zambrano obtuvo el 80% de
los votos válidamente emitidos en la elección, en la que
participaron 94 de los 125 académicos habilitados para el
proceso. “Estoy agradecido de la confianza que me han
demostrado los colegas…eso también me obliga a responder
a ese respaldo”, dijo.
Y aunque reconoce que “no es fácil” conducir la Facultad
más grande de nuestra casa de estudios -que concentra
alrededor de 3 mil 500 alumnos 12 carreras y que cuenta
con más 300 funcionarios, entre académicos y administrativos-
señala que, por lo mismo, esta tarea es una fuente
constante de desafíos, que resume como la necesidad
de mejoramiento continuo en todas sus actividades.
Prioridad siempre ha sido el pregrado, donde se avecinan
nuevas tareas a partir de la primera generación de ingenieros
que egresarán este año de las nuevas carreras de
la Facultad. Esto, dice, implica realizar un seguimiento de
la inserción de estos egresados en el mundo laboral, que
se sumará al que se realiza con los egresados de las carreras
antiguas.
Otra preocupación fundamental
es la acreditación,
que aunque no es obligatoria para las ingenierías,
en la Facultad
se ha asumido como una
política contar con ella
en todas las carreras.
Esto, señala Zambrano,
ayudará a mejorar la calidad
del quehacer académico
de la unidad y a
captar mejores estudiantes.
En la vía de fortalecer la
formación inicial de los
alumnos que ingresan a la Facultad, este año a través de
un proyecto Mecesup y con el apoyo de la facultades de
Ciencias Químicas y Ciencias Físicas y Matemáticas, se
establecieron cursos trimestrales en primer año -en reemplazo
de los cursos anuales- y cuyos primeros resultados
se evaluarán al término del año académico.
También es permanente la atención sobre los perfiles de
egreso, porque “siempre es importante incorporar nuevas
competencias en nuestros estudiantes”. Aquí destaca
también el trabajo que algunos departamentos realizan en
el desarrollo de habilidades blandas en el currículo, una
idea que, adelantó, se quiere extender a toda la Facultad.
Con el aumento de cupos iniciados algunos años atrás y
con la creación de nuevas carreras, no es raro que hayan
surgido nuevas necesidades de infraestructura. “Los espacios
para laboratorios y salas de clases se hacen cada
vez más estrechos”, señala el decano. A esto se suma,
las necesidades de reponer instrumental y equipamiento
de laboratorios. Como siempre, se ha estado trabajando
en proyectos que apuntan a solucionar estas carencias,
algunos de los cuales están a la espera de financiamiento.
Otras tareas a abordar en este período son la acreditación
de todos los programas de posgrado, siguiendo los resultados
exitosos alcanzados en el último período; la renovación
de la planta académica con contrataciones que contribuyan
a mantener y aumentar la productividad que ha
mantenido la Facultad –que se expresa en buenos índices
en proyectos y publicaciones-, así como continuar estrechando
la vinculación con el medio productivo a través del
Instituto de Investigaciones Tecnológicas, IIT-UdeC.
En este punto anunció la concreción –en el corto plazo de
un proyecto de larga data, que permitirá contar con una
oficina en el norte del país, que además de contribuir a potenciar
la relación con el sector empresarial, posibilitará
tener mayores recursos para hacer frente a los proyectos
de crecimiento de la unidad.