Investigación revela efectos
del cambio climático sobre
la diversidad de lagartijas
El estudio, publicado en Science contó con la participación del
docente del departamento de Zoología, Pedro Victoriano, quien
aporta antecedentes de la situación de las especies
en nuestro país.
Un estudio, publicado el jueves
en revista Science, que compara
información recabada en el
pasado y datos obtenidos recientemente,
revela la notoria
fragilidad de las poblaciones
de lagartijas frente al cambio
climático global y predice preocupantes
cifras de extinciones
-tanto de poblaciones como de
especies en el mundo- que son
atribuibles al fenómeno.
El trabajo Erosion of lizard diversity
by climate change and
altered termal niches, cuyo autor
principal es el doctor Barry
Sinervo de la Universidad de
Santa Cruz (California) y que
integra especies de diversas
partes del mundo, incluye estudios
en torno a la reconstrucción
de los procesos demográficos
y evolutivos en lagartijas
chilenas del género Liolaemus,
realizados por el académico del
departamento de Zoología, Pedro
Victoriano, a través de un
proyecto Fondecyt. La idea de
esta línea de investigación es
deducir, mediante modelamientos
de nicho los efectos generados
por cambios climáticos
del pasado, para estimar lo que
ocurrirá en el futuro.
Hoy es un hecho aceptado de
que el cambio climático global
forzado por la especie humana
está poniendo en riesgo la
biodiversidad del planeta, pero
son pocos los estudios que han
cuantificado empíricamente su
efecto en la extinción de poblaciones
o especies completas.
Este es el mérito del trabajo difundido
en Science.
Sinervo trabajó anteriormente
el tema en un estudio con el género
Sceloporus, centrado en
México, que mostró que desde
1975 hasta hoy al menos el
12% de las poblaciones locales
se perdieron, alcanzando en
algunos lugares valores cercanos
al 80%. A partir de este trabajo,
se propuso realizar proyecciones
para las lagartijas de
todo el mundo, convocando a
científicos de distintos países,
entre los que se cuenta el doctor
Victoriano.
El estudio incluye varias especies
distribuidas en Chile,
destacando como casos sensibles
los singulares policrótidos
endémicos Pristidactylus
torquatus (llamado comúnmente
lagarto de corbata), y Pristidactylus
volcanensis. El doctor
Victoriano señala que, por sus
bajos promedios de temperatura
corporal, ambas especies
son las más expuestas a sufrir
reducciones por el calentamiento
global.
Si bien en el pasado ha habido
cambios en el clima, el desencadenado
por el hombre es un
proceso mucho más rápido.
En un contexto natural –explica-
al tener tiempo suficiente,los organismos generalmente
responden migrando hacia
ambientes térmicamente más
favorables o tienden a adaptarse
localmente a los nuevos
ambientes ajustando su comportamiento
y/o su fisiología.
Pero cuando no tienen tiempo
suficiente para adaptarse, las
poblaciones reducen drásticamente
sus abundancias, pudiendo
llegar a la extinción.
“Las lagartijas, al ser especies
termorreguladoras y altamente
dependientes de la temperatura
ambiental, requieren, por
una parte, de umbrales de calor
para activarse y, por otro,
frente a excesos de tempera tura, deben evadirlos permaneciendo
mayor tiempo
inactivas en refugios.
Debido al calentamiento
global, el ascenso comprobado
de las temperaturas
promedio a nivel local reduciría
el tiempo disponible para
que las lagartijas se alimenten
y se reproduzcan, al tener que
permanecer más tiempo refugiadas
e inactivas, lo cual tendría
efectos más drásticos en
especies que poseen menor tolerancia
al calor”, señala.
Sinervo y colaboradores aplicaron
modelos usando datos reales
de temperaturas corporales
características para diferentes
especies, asociándolas con registros
previos de extinciones y
de los incrementos térmicos en
diferentes puntos del planeta.
Los resultados a escala mundial
señalan que casi el 4 % de
las poblaciones desaparecieron
desde 1975, y se espera
que para 2080 la cifra alcance
al 39 %.
En el mundo existen más de
5.100 especies descritas de
lagartijas. En
Chile son cerca de 107 y,
en su mayoría, se
distribuyen entre los 31 º S
y 38º S, con un importante grado
de endemismo que constituye un aporte importante al denominado
The Chilean hot spot
(punto caliente chileno de biodiversidad).
Aunque las lagartijas no son
un grupo tan llamativo como
los grandes mamíferos o las
aves, estos reptiles son organismos
singulares evolutiva y
ecológicamente, y con roles
fundamentales en la dinámica
ecosistémica. La extinción
masiva de lagartijas podría forzar
cambios en otras especies
que estructuran las comunidades
ecológicas, como la reducción
de sus depredadores o el
incremento de sus presas, lo
que generaría
desequilibrios
más allá de las
dinámicas que
ocurren en la
naturaleza.
El investigador
afirma
que el estudio muestra
claramente, con evidencia
cuantitativa, el efecto negativo
del cambio climático sobre las especies.
“Por eso queremos
que no quede sólo en el marco
de la divulgación científica,
sino que además llegue a todas
las personas, para que tomemos
conciencia de que el cambio
climático es real, que no hay
que pensar que sus efectos negativos
se van a ver en el futuro,
porque ya están ocurriendo
y de manera concreta”.
Aunque en Chile los efectos del
cambio climático serán menos
drásticos, porque las lagartijas
tienen temperaturas corporales
que resistirían bien un incremento
de la temperatura ambiental
-y porque en algunos
puntos el aumento será moderado-
Victoriano dice que no
deja de ser preocupante lo que
sugiere el modelo para el centro
sur de Chile: las lagartijas
con temperaturas corporales
en torno a los 29º C podrían tener
riesgo de extinción de sus
poblaciones, de entre el 30 y
40% de aquí a 2080.