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  Nº 655 miércoles 18 de noviembre de 2009

 

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•EX ALUMNOS

A todos nos llegó la hora de la nostalgia

La vida suele ser una feroz, y al mismo tiempo, dulce aventura. Entre la dulzuras de la aventura de la vida está el volver a los sitios donde hemos sido felices y reencontrarnos con personas que fueron importantes y a los que recordamos por siempre.

Ese fue el espíritu que primó en el gran encuentro de exalumnos Vuelve a vivir la Universidad que con motivo de los 90 años del plantel convocó en Concepción a unos 1.300 profesionales venidos desde distintos puntos del país. Algunos llegaron desde Alemania, Australia y Estados Unidos.

El hermoso barrio sirvió de escenario a estos encuentros. En cada facultad primero y luego en el Foro y en la gran carpa instalada en el corazón del barrio hubo abrazos, gritos, recuerdos y canto, mucho canto. El Coro del Reencuentro reforzado por quienes vinieron de distintos lugares no se cansó nunca de cantar.

La noche del viernes, en tanto, fue el turno de la Orquesta Sinfónica de la Universidad que ofreció un concierto en la Casa del Deporte, con un repertorio de música de películas. En tren o caminando el Barrio esos días adquirió la impronta del recuerdo, de los días felices o no tanto, de lo que fuimos, quisimos ser y terminamos siendo. Fue la infinita nostalgia del tiempo que no es. Porque uno es como propone el escritor mexicano Sergio Pitol “los libros que ha leído, la pintura que ha visto, la música escuchada y olvidada, las calles recorridas. Uno es su niñez, su familia, unos cuantos amigos, algunos amores, bastantes fastidios. Uno es una suma mermada por infinitas restas” Y entre las sumas está la Universidad.

Desde Chillán, donde residen llegaron Sonia Rubio Benavente, pedagoga en francés, de la promoción 1960 y su marido el ingeniero químico de la promoción del 55, Renán Arriagada. “Me costó encontrar a mis compañeras”-dice Sonia-mientras que Renán explica que toda su vida estudiantil y laboral transcurrió en el plantel como alumno primero y académico después.

Ahora es un nieto quien se apresta a ingresar como alumno. La hija de ambos Silvia Arriagada es médico fisiatra del Hospital Regional y su marido Roberto Verdugo, ingeniero civil mecánico de la Celulosa Arauco. Todos vivieron emociones conjuntas “Es una alegría estar aquí, plagado de recuerdos hermosos”.

Elena Díaz Islas casi no requiere presentación en Concepción. Formó a generaciones de estudiantes. Profesora de castellano de la promoción 1950. “Me considero vinculada a la Universidad desde siempre. Fue aquí donde dimensioné el valor de la cultura como parte de la formación profesional a través de las labores de extensión, conciertos, exposiciones, presentaciones de libros. Tengo sensaciones encontradas. En todo caso el recibimiento en la facultad fue estupendo”.

Elena no estuvo sola, sino con su amiga Beatriz Figueroa, de su misma promoción. En la cena de gala fue invitada a cortar la torta junto a las máximas autoridades del plantel.

Cristian Fernández Lamas. Es abogado de la promoción 1994. Vive y ejerce en Concepción. “Se pudiera pensar que para quienes tenemos la Universidad cerca este encuentro pudiera resultar poco atractivo. Sin embargo, para mí ha sido igualmente convocante, pues me ha permitido el reencuentro con compañeros que no veía hace mucho tiempo. Destaco también la estupenda organización”.


Guillermo Israel Villafañe. El médico especializado en Cirugía Plástica y que se desempeña en la Clínica Santa María y el Hospital Militar de Santiago, saludó en el foro a todos los profesionales de su facultad, quienes previamente habían sido recibidos en ella y habían escuchado una clase magistral que les tenían preparada. “De los cinco hermanos,cuatro somos profesionales de acá, entonces venir es una linda experiencia, con muchos sentimientos encontrados respecto a todo lo que vivimos cuando fuimos jóvenes y de cómo la Universidad ha sido un sustento adecuado para nuestro desempeño”.


Guillermo Silva Gundelach. Abogado y ministro de la Corte Suprema de Justicia estuvo acompañado de su señora Sonia Quilodrán, también abogada de la Universidad y numerosos compañeros de su promoción. “Un encuentro emotivo, entretenido y al que quise venir porque quería evocar seis años claves de mi vida en que fui alumno. La recepción en la Facultad estuvo estupenda con un auditorio repleto y con una clase dictada por el ex presidente de la Corte Suprema, Enrique Tapia Witting”, señala la alta autoridad judicial.

Luis Hauenstein Dorn. Auditor de la promoción 1974. Estudió y trabaja como director del campus de la U en Los Ángeles. Celebra la iniciativa y cuenta el enorme entusiasmo con el que trabajaron allí para tener una representación importante. Lo lograron con más de cincuenta personas. “Una iniciativa estupenda, emotiva y con una gran respuesta”.

Andrea Zapata Aravena. Es una joven auditora que estudió en el plantel entre 1998 y 2002. Se desempeña en el área tributaria de Lan Chile. “Es un encuentro gratificante. Yo me sigo viendo con muchos compañeros de mi curso, pero observar aquí a personas que hace 50 años egresaron y que vuelven, es motivante y nos indica a los más jóvenes que podremos seguir ligados a la Universidad todo el tiempo que sea posible”.

Andrea Werner Oviedo. Es cirujano dentista de la promoción 1986. Ella es otra que estuvo junto a su familia, su marido el ex decano Fernando Escobar y sus padres ambos odontólogos Helmuth Werner Y Gladys Oviedo. Andrea es académica de la Facultad y cuenta que la recepción a los más de 200 exalumnos que vinieron fue hermosa y preparada con mucho cariño. Hubo un desayuno, una presentación artística, música y un video institucional.

 


Vinieron desde lejos

Adecuaron sus agendas y actividades para estar presentes en el encuentro de ex alumnos.

Música y teatro fueron constantes en el tiempo de alumno de la facultad de Medicina de César Saavedra Maldonado, desde 1958 a 1964, quien reside en Frankfurt, Alemania. Número puesto en el Coro de la Universidad y artista permanente de los machitunes de aquella época. “Los ganamos tres años seguidos” explica junto a otros notables e histriónicos exalumnos como Eladio Abásolo ,Eduardo Caffarena, Nelson Díaz, Zoila Monardes y María Cristina Rojas. “Para mí es importante venir, porque cada vez que lo hago cada cinco años, recibo lo que denomino un tsunami de cariño. La experiencia de este reencuentro ha sido magnífica, partiendo por la acogida que nos brindó la Facultad por la mañana. Cuando me llegó la invitación junto a la nostalgia me dieron de inmediato las ganas de venir.

Durante su vida y ejercicio de lamedicina en Frankfurt se desempeñó como jefe del Laboratorio del Banco de Sangre de la Cruz Roja Alemana y como profesor de Inmunohematología en la Escuela de Técnicos Laborantes de la Universidad de Frankfurt. ¿Fue difícil? Difícil pero no insalvable. Me avalaba mi formación en la Facultad de la Universidad de Concepción, lo que en el momento de revalidar fue fundamental. Para trabajar en Alemania se requieren dos permisos uno a nivel Ministerio de Educación y otro a nivel estatal. Entre los rankings que los alemanes tenían de buenas facultades de Medicina en América Latina estaban las de Cali, de Ouro Preto y la Concepción”.

Margarita Quiroga Contreras, llegó desde la hermosa San Francisco, con sus suaves lomajes, sus cerros y sus vistas privilegiadas a la bahía. Precisamente su casa-cuentamira al mar y al Golden Bridge, el famoso puente colgante.

Es bioquímica de la Universidad y se especializó en la UC. Partió luego a una beca en la Universidad de California, San Francisco, donde se especializó en Biología Molecular y Biotecnología. La beca por un año se prolongó por tres. Se quedó trabajando en investigación en Chiron, la poderosa transnacional ahora comprada por Novartis.

En el momento que prepara su retiro después de largos años de trabajo, Margarita lo resume “hice de mi profesión lo que yo soñé: hacer una contribución a la ciencia y a la medicina en un tema hace treinta años poco conocido y que hoy es fundamental. El haber compartido con científicos de primer nivel, trabajado con ellos, tuvo como base lo recibido en la Universidad y en mi primera formación en Chile. Aquí obtuve yo las armas para proseguir. En la empresa donde me desempeño hay otros chilenos que también dejan muy bien puestos el nombre de la Universidad: María Angélica Medina, Patricio Riquelme, Isabel Zaror y Ulrike Heberlein”.

Carlos Osorio Wallace. Es ingeniero comercial de la promoción 1992. Vive desde 1998 en Gold Coast, Queesland, Australia, donde se desempeña en una industria minera “Puedo estar a miles de kilómetros de distancia , pero mi ligazón con la Universidad es muy fuerte, porque mi familia también lo es. Mis tíos Víctor Palacios y Mirna Wallace son académicos. Este ha sido un momento feliz porque no sólo me he encontrado con mis compañeros sino también con mis profesores”.

Carmen Quezada Rojas. Es enfermera de la promoción 1964-1968. Luego de recibida trabajó en el Instituto de Neurocirugía de Santiago y en el Hospital de Chuquicamata. Luego con su marido de entonces, médico y dos hijos muy pequeños partieron y se instalaron en Wiesbaden ,una localidad a 40 kilómetros de Frankfurt, famosa por una gran guarnición militar norteamericana.

Por 33 años, Carmen, se desempeñó como enfermera de la Clínica del Aeropuerto de Frankfurt, el más grande Europa y uno de los más grandes del mundo. Como que la atención del hospital es sólo para las 30.000 personas que allí se desempeñan. Trabajó en elárea prevención y administración y control.
Separada, reincidió con un italiano, que la acompañó al reencuentro. Juntos tuvieron dos hijos más. Carmen está orgullosa de su sobrina. Monserrat Quezada Larenas que acaba de ganar el Premio Universidad en Periodismo.

Con ello quiere graficar la relación con el plantel que parte con su madre secretaria la vida entera del ex decano de la facultad de Ingeniería Gustavo Pavez; de su hermana médico Marta Eugenia Quezada; de su padre que estudió Leyes. Su experiencia de trabajo alemana es según Margarita“delicada porque hay que demostrar a cada instante que sabes hacer las cosas, algunas de las cuales están allá, en el área de la salud a cargo sólo de médicos y no de enfermeras. Poco a poco fui demostrando queyo sabía hacer esas cosas”.

El idioma alemán lo aprendió “tengo cierta facilidad a partir de mis estudios en el Charles de Gaulle desde donde salí hablando francés”. “Volver a vivir la Universidad ha sido para mí y mi marido motivo de gran emoción. Para mí volver a encontrarme con el Dr. Juan Carlos Gómez algo magnífico. Su vida agrega está hecha en Alemania y es difícil pensar en volver“tengo una linda casa con jardín, perros. Y allá están mis hijos. Lo que sí me gusta es venir cada cierto tiempo”.

Mónica Silva Andrade.

 

 

 

 

 

 

 

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