Cristian Hernández Wimmer, entrenador de la Selección Chilena de vóleibol
El trabajo más meritorio que he hecho
fue en la Universidad de Concepción
Desde el 2007 es
el director técnico
de Chile. Además,
es el único que ha
dirigido a un club de
la primera división
de Argentina. Inició
su trayectoria en
nuestra casa de
estudios, donde
trabajó durante 14
años.
Este sábado se inició la
sexta edición de la Liga Chilena
de Vóleibol y desde el lunes 26
de octubre la Casa del Deporte
albergó los 32 partidos del Nacional
Universitario de Vóleibol
2009 en las categorías de damas
y varones. Y el actual director
técnico de la Selección
Chilena de vóleibol es Cristian
Hernández Wimmer (44 años),
profesor de Educación Física
titulado de la Universidad de
Concepción y destacado exponente
de la actividad en el concierto
sudamericano.
Es reconocido por su trabajo
basado en las estadísticas, la
exigencia y la seriedad. El 2005
se coronó campeón de la Liga
Chilena con el equipo de Panquehue
y en la temporada siguiente
repitió el logro, esta vez
con Viña del Mar Volley. Luego
asumió en la Selección Nacional.
A fines de 2007 se convirtió
en el primer compatriota en
dirigir en la Liga A1 de Argentina,
país encumbrado en la elite
mundial de la disciplina.
La conexión de Hernández y
la Universidad de Concepción
es estrecha. Aquí descubrió su
pasión por el vóleibol, dio sus
primeros pasos en su camino
como entrenador, trabajó durante
14 años (1985 a 1998) y
enamoró a su esposa, la otrora
basquetbolista María Inés González,
abogada y actual relatora
de la Corte de Apelaciones
de Santiago.
Algunos plantean que usted
es como un Marcelo Bielsa
del vóleibol.
Sería demasiado soberbio de
mi parte compararme con Marcelo
Bielsa. A mí siempre me
ha interesado ir un poco más
allá. Siempre tuve la inquietud
de capacitarme y de perfeccionarme.
Hice varios cursos en el
extranjero porque siempre he
tenido la motivación personal
de crecer profesionalmente.
Pero su trabajo es serio y riguroso
por eso la Federación
de Vóleibol de Chile ha creído
en usted.
Creo que se dieron las circunstancias
porque en ese momento
el presidente de la Federación
quería traer un entrenador
extranjero para hacerse cargo
del proceso, pero los recursos
eran limitados como para contratar
a alguien de afuera que viniera a dirigir a Chile. Si bien
yo estaba como asistente en
las selecciones adultas, siempre
tenía la aspiración de dirigir.
El 2006 se me dio la oportunidad
de guiar a la Selección
Juvenil. En esa contingencia de
no contar con tantos recursos
sumado a un cierto grado de
experiencia, me dieron la oportunidad
de dirigir la Selección
Adulta el 2007.
Ese año, en el Campeonato
Sudamericano obtuvo el
cuarto lugar, se ganó muchos
elogios y pudo realizar
una preparación excepcional.
El gran mérito de esa Selección
fue el compromiso de los jugadores,
sin eso no se hubiese
hecho nada de lo que se hizo.
Congelaron los estudios, entrenaron
todos los días doble turno,
sacrificaron muchas cosas
personales y gracias a eso pudimos
hacer dos giras a Brasil,
dos giras Argentina, una gira a
España y una gira a Portugal.
Sumamos un total de 39 partidos
internacionales y más de
2 mil horas de entrenamiento.
Ese proceso fue inédito, pero fue básicamente por el compromiso
de los jugadores y también
porque contamos con los
recursos económicos para hacer
todos esos viajes. En lo personal
estoy muy orgulloso de
haber dirigido ese proceso que
me abrió otras puertas. Estuve
trabajando cuatro meses en un
equipo profesional en la Liga
A1 de Argentina, fue una experiencia
extraordinaria y de crecimiento
personal y profesional
para mí.
Usted asumió en el UPCN Voley
Club de Argentina muy
cerca del descenso, logró
salvarlo y faltó poco para lograr
algo grande.
Yo recibí el equipo con un punto
después de cinco partidos
jugados y lo entregué con 21
unidades. Estuvimos cerca de
alcanzar los play off, básicamente
no pudimos porque la
primera rueda fue muy desastrosa.
En la segunda rueda fuimos
el segundo mejor equipo.
Eso ocurrió también porque los
jugadores se comprometieron a
trabajar, a cambiar un poco el
switch y a hacer un poco mejor
las cosas. Para mí fue bastante duro llegar y hacerme cargo del
equipo. Por ejemplo, el capitán
era hermano del entrenador
que despidieron. Pero los jugadores
entendieron que yo estaba
ahí por las circunstancias y
no tenía ningún interés de dejar
fuera a nadie. La gente trabajó
muy bien para que consiguiéramos
buenos resultados.
En el Sudamericano de 2007
Chile fue cuarto y este año en
Colombia fue quinto…
Retrocedimos porque la preparación
del 2007 fue muy distinta
a la de ahora. No hubo ese
compromiso de los jugadores,
ni esa cantidad de horas entrenamiento
ni tampoco un gran
número de partidos preparatorios.
La mayoría de los jugadores
de 2007 no participaron del
proceso 2009, aspecto que obviamente
nos hace retroceder.
Habíamos ganado en foguear a
esos jugadores, en darles mucha
experiencia internacional
que no pudimos utilizar en esta
oportunidad. Tuvimos un equipo
bastante joven con un promedio
de 21 años. Era un Selección
Adulta de proyección,
pero muy joven y que sufrió los rigores de la juventud y falta de
experiencia.
¿Cuánto ha influido la Universidad
de Concepción en
usted?
Creo que el trabajo más meritorio
que he hecho en mi vida fue
en la Universidad de Concepción
porque el vóleibol siempre
estuvo por debajo, en cuanto
al nivel, con el de Santiago.
En el año 93 ganamos el Nacional
Universitario en Arica y fue
el primer torneo de esa categoría
que ganó un equipo
de provincia. Luego ganamos
dos campeonatos
con las damas y también
contra equipos
de Santiago. Sin lugar
a dudas los recuerdos
más bonitos
son los de
la Universidad
de Concepción,
la mejor época
de mi vida, a pesar
de que hoy estoy
encumbrado en
una posición de privilegio
donde tengo
otras responsabilidades.
Fue una parte fundamental
en mi formación, la institución
siempre me ayudó en mi capacitación
personal, profesional y
en el desarrollo deportivo.
En su cargo como Director
Técnico Nacional ¿qué cambios
ha podido realizar?
En realidad no muchos. Personalmente
no tengo tanta fuerza
para poder generar los cambios
que yo quisiera, pero de a
poquito se han modificado algunas
cosas. Nosotros necesitamos
con urgencia llamar a
todos los actores del vóleibol
nacional para poder desarrollarlo,
pero no es una tarea fácil.
Ahora estoy en un proyecto
muy importante, intentando
otorgarle un poco más de estímulos
y motivación a los jugadores
de la Selección Nacional
y vamos a ver si el próximo año
podemos hacer algo distinto.
¿Y de qué se trata?
Sólo lo puedo comentar muy
someramente porque no se ha
comunicado oficialmente. Por
eso el proyecto no lo puedo revelar,
pero estamos en la búsqueda
de mejorar los estímulos
competitivos de los jugadores.
Tenemos que competir internacionalmente.