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  Nº 654 jueves 05 de noviembre de 2009

 

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•NOTICIAS

Cristian Hernández Wimmer, entrenador de la Selección Chilena de vóleibol
El trabajo más meritorio que he hecho fue en la Universidad de Concepción

Desde el 2007 es el director técnico de Chile. Además, es el único que ha dirigido a un club de la primera división de Argentina. Inició su trayectoria en nuestra casa de estudios, donde trabajó durante 14 años.

Este sábado se inició la sexta edición de la Liga Chilena de Vóleibol y desde el lunes 26 de octubre la Casa del Deporte albergó los 32 partidos del Nacional Universitario de Vóleibol 2009 en las categorías de damas y varones. Y el actual director técnico de la Selección Chilena de vóleibol es Cristian Hernández Wimmer (44 años), profesor de Educación Física titulado de la Universidad de Concepción y destacado exponente de la actividad en el concierto sudamericano.

Es reconocido por su trabajo basado en las estadísticas, la exigencia y la seriedad. El 2005 se coronó campeón de la Liga Chilena con el equipo de Panquehue y en la temporada siguiente repitió el logro, esta vez con Viña del Mar Volley. Luego asumió en la Selección Nacional.

A fines de 2007 se convirtió en el primer compatriota en dirigir en la Liga A1 de Argentina, país encumbrado en la elite mundial de la disciplina.

La conexión de Hernández y la Universidad de Concepción es estrecha. Aquí descubrió su pasión por el vóleibol, dio sus primeros pasos en su camino como entrenador, trabajó durante 14 años (1985 a 1998) y enamoró a su esposa, la otrora basquetbolista María Inés González, abogada y actual relatora de la Corte de Apelaciones de Santiago.

Algunos plantean que usted es como un Marcelo Bielsa del vóleibol.


Sería demasiado soberbio de mi parte compararme con Marcelo Bielsa. A mí siempre me ha interesado ir un poco más allá. Siempre tuve la inquietud de capacitarme y de perfeccionarme. Hice varios cursos en el extranjero porque siempre he tenido la motivación personal de crecer profesionalmente.

Pero su trabajo es serio y riguroso por eso la Federación de Vóleibol de Chile ha creído en usted.

Creo que se dieron las circunstancias porque en ese momento el presidente de la Federación quería traer un entrenador extranjero para hacerse cargo del proceso, pero los recursos eran limitados como para contratar a alguien de afuera que viniera a dirigir a Chile. Si bien yo estaba como asistente en las selecciones adultas, siempre tenía la aspiración de dirigir.

El 2006 se me dio la oportunidad de guiar a la Selección Juvenil. En esa contingencia de no contar con tantos recursos sumado a un cierto grado de experiencia, me dieron la oportunidad de dirigir la Selección Adulta el 2007.

Ese año, en el Campeonato Sudamericano obtuvo el cuarto lugar, se ganó muchos elogios y pudo realizar una preparación excepcional. El gran mérito de esa Selección fue el compromiso de los jugadores, sin eso no se hubiese hecho nada de lo que se hizo.

Congelaron los estudios, entrenaron todos los días doble turno, sacrificaron muchas cosas personales y gracias a eso pudimos hacer dos giras a Brasil, dos giras Argentina, una gira a España y una gira a Portugal.

Sumamos un total de 39 partidos internacionales y más de 2 mil horas de entrenamiento.

Ese proceso fue inédito, pero fue básicamente por el compromiso de los jugadores y también porque contamos con los recursos económicos para hacer todos esos viajes. En lo personal estoy muy orgulloso de haber dirigido ese proceso que me abrió otras puertas. Estuve trabajando cuatro meses en un equipo profesional en la Liga A1 de Argentina, fue una experiencia extraordinaria y de crecimiento personal y profesional para mí.

Usted asumió en el UPCN Voley Club de Argentina muy cerca del descenso, logró salvarlo y faltó poco para lograr algo grande.

Yo recibí el equipo con un punto después de cinco partidos jugados y lo entregué con 21 unidades. Estuvimos cerca de alcanzar los play off, básicamente no pudimos porque la primera rueda fue muy desastrosa.

En la segunda rueda fuimos el segundo mejor equipo.

Eso ocurrió también porque los jugadores se comprometieron a trabajar, a cambiar un poco el switch y a hacer un poco mejor las cosas. Para mí fue bastante duro llegar y hacerme cargo del equipo. Por ejemplo, el capitán era hermano del entrenador que despidieron. Pero los jugadores entendieron que yo estaba ahí por las circunstancias y no tenía ningún interés de dejar fuera a nadie. La gente trabajó muy bien para que consiguiéramos buenos resultados.

En el Sudamericano de 2007 Chile fue cuarto y este año en Colombia fue quinto… Retrocedimos porque la preparación del 2007 fue muy distinta a la de ahora. No hubo ese compromiso de los jugadores, ni esa cantidad de horas entrenamiento ni tampoco un gran número de partidos preparatorios.

La mayoría de los jugadores de 2007 no participaron del proceso 2009, aspecto que obviamente nos hace retroceder.

Habíamos ganado en foguear a esos jugadores, en darles mucha experiencia internacional que no pudimos utilizar en esta oportunidad. Tuvimos un equipo bastante joven con un promedio de 21 años. Era un Selección Adulta de proyección, pero muy joven y que sufrió los rigores de la juventud y falta de experiencia.

¿Cuánto ha influido la Universidad de Concepción en usted?


Creo que el trabajo más meritorio que he hecho en mi vida fue en la Universidad de Concepción porque el vóleibol siempre estuvo por debajo, en cuanto al nivel, con el de Santiago.

En el año 93 ganamos el Nacional Universitario en Arica y fue el primer torneo de esa categoría que ganó un equipo de provincia. Luego ganamos dos campeonatos con las damas y también contra equipos de Santiago. Sin lugar a dudas los recuerdos más bonitos son los de la Universidad de Concepción, la mejor época de mi vida, a pesar de que hoy estoy encumbrado en una posición de privilegio donde tengo otras responsabilidades.

Fue una parte fundamental en mi formación, la institución siempre me ayudó en mi capacitación personal, profesional y en el desarrollo deportivo.

En su cargo como Director Técnico Nacional ¿qué cambios ha podido realizar?

En realidad no muchos. Personalmente no tengo tanta fuerza para poder generar los cambios que yo quisiera, pero de a poquito se han modificado algunas cosas. Nosotros necesitamos con urgencia llamar a todos los actores del vóleibol nacional para poder desarrollarlo, pero no es una tarea fácil. Ahora estoy en un proyecto muy importante, intentando otorgarle un poco más de estímulos y motivación a los jugadores de la Selección Nacional y vamos a ver si el próximo año podemos hacer algo distinto.

¿Y de qué se trata?

Sólo lo puedo comentar muy someramente porque no se ha comunicado oficialmente. Por eso el proyecto no lo puedo revelar, pero estamos en la búsqueda de mejorar los estímulos competitivos de los jugadores. Tenemos que competir internacionalmente.


Juan Oliva

 

 

 

 

 

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