Durante dos semanas el destacado escritor
nacional ofrece un taller literario en la Casa
del Arte. Para el próximo miércoles tiene
programada la conferencia La invención
de la Generación llamada Novísima, en el
Auditorio Universidad.
Su relación como huésped de Concepción comenzó en 1962 cuando se convirtió en uno de los “benjamines” (junto con el poeta Jorge Teillier) participantes del Encuentro Internacional de Escritores organizado en la Universidad por el, entonces, director de Extensión, Gonzalo Rojas. En esa época, asegura, conoció a parte de la plana mayor de la literatura latinoamericana.
Han pasado ya 47 años y Poli Délano ha regresado en diversas ocasiones a nuestra casa de estudios; durante esta semana dicta un taller literario de dos semanas a alumnos de pre y posgrado, actividad organizada en conjunto por el programa de doctorado en Literatura Latinoamericana y la dirección de Extensión. Además el miércoles 11, a las 11 horas, ofrecerá la conferencia La invención de la Generación llamada Novísima, en el Auditorio Universidad. De presencia amable y ameno narrador, Poli Délano relató a los asistentes cómo fue que, de la cátedra universitaria que ejercía en la Universidad de Chile, y de la que fue despojado en 1973, llegó al taller literario, modalidad formativa que mantiene por ás de 35 años.
“Cuando llegué a México decidí dedicarme a ser escritor únicamente, haciendo las cosas que un escritor puede hacer: ganar premios, realizar traducciones, publicar libros... con eso me fui manteniendo. Incluso fui un escritor fantasma, escribiendo libros para otros. En 1975 el Instituto Nacional de Bellas Artes me propuso realizar un taller literario en Cuernavaca y lo acepté de inmediato. Lo convertí en un taller de cuento, el
que mantuve por más de 10
años”.Desde su regreso a Chile,
en 1984, decidió vivir como
en México, como escritor, por lo
que irónicamente asegura que,
prácticamente, tiene un “doctorado
en talleres” llegando a lo
que considera es una buena
metodología. “He sido pragmático
y lo que me interesa es que
la gente que entra quiera escribir
y que al salir escriba mejor”.
A su juicio, un taller no va a fabricar
escritores. “Para mí un
taller es un lugar de trabajo.
No existe un profesor y alumnos,
sino que existen carpinteros.
Uno de ellos es más viejo
y sabe mejor el uso de herramientas
y las enseña”.
Junto con Antonio Skármeta,
Poli Délano ha estado a la cabeza
de la Generación Novísima
(o generación del Golpe), la
que define como “vitalista, que
gusta de la calle y de sus plazas
y cuyos integrantes se sienten
discípulos de los escritores
norteamericanos más guturales”.
Pese a que confiesa no ser un
lector muy avezado de la literatura
chilena, menciona entre
sus escritores predilectos a
Ramón Díaz Eterovic, Elizabeth
Subercaseaux, Sonia González,
Pía Barros y a Jaime Collier,
entre otros. “No he leído ni
a Carla Guefelbein ni a Pablo
Simonetti, pero debería hacerlo”.
Señala que actualmente está leyendo El viejo y el mar de Ernest
Hemingway (relectura obligada,
asegura) y La elegancia
del erizo, de la escritora francesa
Muriel Barbery.-