Una Facultad señera en la educación del Derecho
El nuevo presidente de la Asociación Nacional de Magistrados, Leopoldo Llanos Sagristá(casado, dos hijos), ministro de la Corte de Apelaciones de Temuco, asumió su cargo este mes, pero es desde hace una década dirigente de la entidad que agrupa al ochenta por ciento de jueces del país.
Penquista, ex alumno de la facultad de Derecho, su ingreso al plantel desde el Liceo Enrique Molina Garmedia resultó ser un proceso natural. Su madre aún vive en Concepción, mientras que su hijo menor egresa de Derecho y el mayor ya es abogado, ambos de nuestro plantel. Estudió Integración Jurídica y Política en la Escuela Judicial de España, que tiene sede en Barcelona.
Otro ex alumno llega a la Suprema. El Ministro Guillermo Silva, destacó el hecho de ser nombrado en base a trayectoria y méritos, ¿es una nueva etapa?
El caso del ministro Guillermo Silva lo conozco de cerca. No me cabe duda que reúne todos los méritos. En general, los ministros de la Corte Suprema, especialmente tras la recuperación de la democracia, son personas que han llegado por méritos, trayectoria, calificaciones. Ahí se inició una nueva etapa. Nadie puede negar los méritos; como tampoco que en el proceso de nominación donde intervienen los tres poderes del Estado hay una sensibilidad política, pero -insisto- sobre la base de buenas trayectorias.
La suya, en el ejercicio del Poder Judicial, ha sido una trayectoria no sólo de regiones, sino específicamente del Sur.
Ingresé al Poder Judicial como Secretario Abogado del Juzgado de Letras de Angol; seguí en el mismo cargo en el 3° Juzgado de Los Ángeles; me fui como juez a Nueva Imperial; relator de la Corte de Apelaciones de Temuco; juez del 1° Juzgado Civil de Temuco y desde 1998 Ministro de la Corte de Apelaciones de Temuco. Efectivamente es una trayectoria ligada a la región.
Es un momento difícil para presidir la Asociación Nacional de Magistrados. Abundan las críticas al Poder Judicial y a la administración de justicia; expedientes perdidos, dictámenes anómalos, resoluciones falseadas y puestas a la venta. Hasta hay jueces amonestados.
Se ha magnificado el tema en el siguiente sentido: siempre han existido niveles de corrupción, como en muchas otras instituciones, situaciones que suelen concentrarse en los niveles bajos del escalafón. Sin embargo, cuando se detectan redes, de inmediato se investigan y se toman las medidas correspondientes. Respecto a jueces, es cierto que últimamente hay dos que aparecen cometiendo errores, pero no actos de corrupción; actos de negligencia, pero no dolo. Es preocupante, en todo caso. Cuando se suspende a jueces de sus funciones por casos como éstos, se da una mala señal a la opinión pública y se desvaloriza la imagen del juez ante la opinión pública. De hecho se les rebajó la sanción a las dos juezas amonestadas. Reitero: existe el riesgo, estamos sujetos al escrutinio público, que se controlen nuestras actuaciones, sistemas procesales implementados, control social, entonces es necesario apelar a la responsabilidad de los medios de comunicación que suelen enjuiciar desde el comienzo y esa condena anticipada produce menoscabo.
¿Cómo fueron sus años de estudiante de Derecho?
Fui alumno entre 1971 y 1975. Años complejos, de convulsión y polarización política. Sin embargo, en medio de ese ambiente se dieron diferentes actividades, debates, discusiones filosóficas, enfrentamiento de visiones contrapuestas que, a la larga, también resultaron útiles.
La Facultad, ¿cómo la recuerda?
Una gran facultad, lo mismo que ahora. Por algo la Universidad tampoco ha salido del rango de las tres mejores del país, con toda la competencia existente. Profesores como Manuel Sanhueza Cruz, Ramón Domínguez Águila, Daniel Peña y Lillo, Julio Salas Vivaldi, Carlos Pecchi, fueron importantes. Es una Facultad señera en la educación del derecho y eso no ha cambiado porque lo veo en mis hijos. Y en mi propia trayectoria todo lo allí aprendido es de utilidad en mi desempeño.
¿Qué tipo de institución es la Asociación Nacional de Magistrados?
Hace casi 40 años cuando se creó los objetivos eran de colaboración mutua, de bienestar, pero a través de los años se ha reformado para convertirse en una asociación gremial que quiere contribuir a mejorar la administración de justicia, dignificar la actuación de los jueces, mejorar la situación de los asociados y jueces en general.
Mónica Silva Andrade
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