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  Nº 631 viernes 26 de septiembre de 2008

 

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•INVESTIGACIÓN

COPs, una problemática contemporánea

Los Contaminantes Orgánicos Persistentes, COPs, son un conjunto de sustancias que comparten ciertas características básicas. Poseen gran toxicidad, son persistentes en el ambiente, tienen capacidad para bioacumularse en las cadenas alimenticias y se trasladan a grandes distancias. Estas propiedades y, principalmente, su libre circulación a través del “efecto saltamontes”, hacen que la presencia de los COPs represente una amenaza global. Nuestro país no está ajeno a esta problemática, lo que se puede verificar con la reciente emergencia del tema de las dioxinas en productos alimenticios. Estos tipos de compuestos, junto a plaguicidas -por ejemplo DDT- y productos de uso industrial, como los ascareles o PCBs, han sido prohibidos o severamente restringidos para mitigar sus impactos sobre la salud humana y el ambiente en los países que firmaron el convenio de Estocolmo de 2004.

En el ser humano, altas dosis de COPs pueden provocar diversos tipos de cáncer y, en concentraciones bajas o medias, afectan al sistema inmunológico, nervioso y reproductivo. Entre otras patologías, los COPs provocan diabetes y endometriosis, dañan los riñones, inducen trastornos hormonales, alergias, hipersensibilidad y pérdida de memoria.

Conociendo las capacidades y necesidades nacionales

Identificar las actividades de investigación relacionadas a los estudios sobre Compuestos Orgánicos Persistentes, fue el principal objetivo del estudio Identificación de capacidades y necesidades de investigación en Chile sobre COPs, realizado por expertos del Centro Eula. El estudio fue licitado por Conama y se inserta en el Plan Nacional de Incorporación, PNI, del Convenio de Estocolmo en nuestro país. Este Plan señala una serie de medidas que involucran el desarrollo de investigaciones que se consideran prioritarias para la nación. Si bien la implementación requiere actualizar y perfeccionar el monitoreo y la vigilancia de los plaguicidas COPs en los distintos ámbitos, el plan entrega una propuesta de investigación que debe asumir diversos propósitos dando especial énfasis a su logro en lo relativo a PCBs, dioxinas y furanos, disposición final de desechos peligrosos y sitios contaminados en Chile.

El estudio contempló realizar un catastro de las capacidades humanas y de infraestructura, junto con las líneas y los proyectos de investigación en desarrollo -y los previstos a corto plazo y largo plazo en materia de COPs- e identificar y definir, junto con la comunidad científica nacional, líneas y sub-líneas de investigación.

Para esto el proyecto realizó tres etapas fundamentales. La primera fue un análisis de la información científica en el ámbito nacional, a través de la revisión de fuentes de información y de una clasificación de los trabajos encontrados. Los trabajos encontrados fueron organizados en las siete categorías definidas por el Convenio de Estocolmo. En una segunda etapa se efectuó una evaluación de las capacidades de investigación en COPs, en la que aplicaron cuestionarios sobre estas capacidades, un diagnóstico de las líneas y proyectos de investigación, junto a un diagnóstico de la infraestructura instalada en Chile. La tercera etapa del estudio fue la determinación de la prioridades de nacionales de investigación, para esto se realizaron entrevistas con distintos grupos de investigadores de COPs.

Las principales conclusiones, hoy en manos de Conama, fueron presentadas en el curso Evaluación de las capacidades y necesidades de investigación acerca de Contaminantes Orgánicos Persistentes en Chile, organizado por el Centro Eula.

Ricardo Barra, subdirector del Centro, indicó que el estudio mostró que la investigación a nivel nacional es aún deficitaria en varias de las categorías que señala el Convenio. Sin embargo se han notado avances en los últimos años, esto debido a la colaboración internacional, “lo que ha producido información de muy buena calidad”, indicó.

Alberto Bezama, uno de los investigadores, indicó que una de las áreas más críticas es el bajo desarrollo de investigación en las categorías relacionadas a la salud humana y las que corresponden a ingeniería, “las que necesitan ser reforzadas e integradas”.

El estudio dejó claro que la principal fuente de financiamiento proviene del Estado, principalmente de Conicyt. Sin embargo, el sector privado está comenzando a invertir en el tema, lo que se refleja en la participación de los proyecto Fondef. “Pese a este continúa siendo marginal”, indicó Barra.

COPs en ambientes marinos

Más de 60 asistentes, entre estudiantes de diversas casas de estudio y profesionales vinculados a instituciones como Conama, Sernapesca, Subpesca, Directemar, empresas, laboratorios y consultoras privadas participaron en el segundo curso avanzado de contaminación marina, que tuvo lugar en nuestra casa de estudios a comienzos de mes.

El curso, dedicado a los compuestos orgánicos persistentes en ambientes marinos, responde a los lineamientos de formación establecidos en por el Grupo de Contaminación Marina del Comité Oceanográfico Nacional (CONA), organizador del encuentro junto al departamento de Oceanografía, y se inserta en las celebraciones del trigésimo aniversario de la puesta en marcha de la Estación de Biología Marina de Dichato.

La iniciativa valorada ampliamente en la apertura del curso por el comandante Cristian Soro, director del Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada, SHOA, y presidente de CONA, por cuanto refleja los objetivos del organismo de servir de puente en la coordinación de la actividad científica de las instituciones miembros, con el fin de mejorar el conocimiento del mar y así contribuir al desarrollo del país.

Los sistemas de monitoreo y metodologías analíticas, el estado del arte en relación a bioensayos aplicables a estos compuestos, su inventario nacional y los instrumentos jurídicos que los regulan fueron parte de las materias abordadas por los especialistas invitados a exponer en el encuentro. Un aporte relevante al conocimiento en torno a los COPs fue la revisión de programas de investigación y de monitoreo ambiental nacionales e internacionales.

Para el coordinador del curso, el director de Oceanografía, Marco Salamanca, esta revisión tiene alta pertinencia puesto que en Chile no existe mucha experiencia en el análisis de estos compuestos en ambientes marinos. En este contexto, por primera vez se mostraron resultados del Programa de Monitoreo del Medio Ambiente Marino de Nueva Aldea (Pronma) que lleva a cabo el departamento a su cargo en el área de descarga del emisario que instalará la planta celulosa. Salamanca, responsable del programa, en desarrollo desde mayo de 2006, indicó que en los estudios se ha considerado mediciones de COPs como dioxinas y furanos, entre otros elementos incluidos en los llamados AOX (alógenos absorbibles).

El académico señaló que los resultados han mostrado la presencia de algunos COPs en agua, organismos y sedimentos, pero lo sorprendente es que “son de origen no industrial”. Y explica que “fuentes de COPs y específicamente AOX pueden ser, por ejemplo, los incendios forestales y la quema de residuos hospitalarios”.

Para el académico, el valor de este programa es que ha sido capaz de proporcionar antecedentes del estado actual y variabilidad de la zona antes de la instalación del emisario, de modo que cuando el sistema de descarga entre en operaciones se podrá evaluar de mejor manera sus impactos.

 


 

 

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