Investigadores del GEA encuentran minerales
del grupo platino en rocas de la Cordillera de la Costa
Un interesante hallazgo realizaron investigadores del Instituto de Geología Económica Aplicada, GEA, en el límite de las regiones del Bío Bío y de la Araucanía: se trata del primer registro de minerales del grupo platino (MGP) en rocas de que se tenga conocimiento en Chile.
El descubrimiento viene a coronar los varios años que los científicos del Instituto han dedicado a las investigaciones geológicas orientadas a pesquisar, en la Cordillera de la Costa, minerales de este grupo en el que se cuentan el platino, paladio, rodio, rutenio, iridio y osmio.
“Hace años que veníamos persiguiendo esto”, asegura el subdirector del GEA, Guillermo Alfaro, señalando que ya en los 80, junto a Sonia Helle, iniciaron este tipo de estudios.
Estas búsquedas estaban fundadas en el convencimiento de que “las condiciones geológicas de la Cordillera de la Costa en el sur del país muestran características que la hacen apropiada para contener este tipo de minerales”.
Esto por las similitudes geológicas con zonas de otras partes del mundo en que se han encontrado estos minerales, como Turquía, Escocia o Chipre. “Entonces, lo que uno hace es buscar por analogía geológica las condiciones donde se pudieran dar las mismas situaciones”.
Desde el punto de vista geológico, esta zona corresponde a una secuencia de rocas peridotitas (las del manto superior de la tierra) que conformaban un antiguo piso oceánico (hace aproximadamente 280 millones de años). “Es ahí donde justamente se encuentran estos elementos”, señala Alfaro.
El descubrimiento se hizo hace poco más de un mes y ha sido resultado del trabajo de un equipo que integran Laura Hernández (quien estuvo a cargo de las determinaciones con microsonda electrónica), Osvaldo Rabbia y Alfaro. Junto a ellos participa el memorista de Geología, Carlos Galdames, quien se encuentra desarrollando la tesis Antecedentes preliminares de la ocurrencia de Minerales del Grupo del Platino en la Cordillera de la Costa del Centro-Sur de Chile, bajo la guía del profesor Rabbia. Como investigador junior, Galdames está estudiando la mineralogía, paragénesis y composición química de estos minerales en muestras obtenidas en lugares seleccionados de la Cordillera de la Costa. “Fue él quien puso los ojos en el blanco”, reconoce Alfaro.
Más investigación
Pese a la relevancia del descubrimiento, en el GEA son conscientes de la necesidad de seguir indagando en el área. Osvaldo Rabbia afirma que este estudio es un avance en la comprensión de estos procesos y que, como señala el subdirector, abre intersanre perspectivas auspiciosas para la investigación aplicada en el Instituto, pues este tipo de rocas tiene una extensión de 600 kilómetros en las que podrían existir otros puntos de interés similares.
El siguiente paso es presentar algunos proyectos para conseguir respaldo para sus estudios. También planean presentar un trabajo en el Coloquio Latinoamericano de Geología, que se celebrará en Alemania, en abril de 2009. Un área interesante de estudio que visualizan es el trabajo con isótopos en algunos tipos de platinoides, como el osmio, que indica condiciones de formación y edad de las rocas.
Desde una perspectiva económica, aún no hay proyecciones, porque no es posible por ahora cuantificar el mineral. Alfaro reconoce sí que es un primer paso. “Si se sigue dando podría haber posibilidades de iniciar una exploración más sistemática de este mineral. Y eso podría tener implicancias económicas directas”.
Platinoides en arenas
La primera comunicación del GEA sobre el hallazgo de sus investigadores se hizo en la edición de agosto de la Revista Minería Chilena.
El artículo consigna que hasta ahora la ocurrencia de los minerales del grupo platino era una suerte de leyenda en la historia de la minería nacional.
Documentos fechados en 1931 señalan la presencia de estos minerales en concentraciones de arenas negras en la costa occidental de la Isla Grande de Chiloé, al igual que en la península de Huequi en Chiloé Continental.
Otro, de una década anterior, habla de registros en arenas litorales en playas al sur de Chiloé asociadas con oro, zircón, granate y olivino. De los metales hallados, el 10% correspondía a iridio
El artículo también cita un escrito de 1962 que habla de detección de platino asociado a un afloramiento de peridotito, en Comau, y en arenas cercanas a esas rocas. En él también se menciona que entre 1916 y comienzos de la década del 60 se exportaron 40.4 kilos de platino a Estados Unidos y 13 a Inglaterra entre 1920 y 1921.
Pero, el subdirector del GEA es escéptico sobre lo que indican estos documentos en relación a Chiloé. “Está en la literatura, pero nadie lo ha visto en épocas recientes”.
En su articulo, los investigadores señalan que lo documentos no explican bien la procedencia de los platinoides, pero que las alusiones a rocas peridotíticas sugieren que estos minerales se relacionarían genéticamente con complejos ultramáficos (rocas ígneas), insuficientemente descritos en Chiloé.
Las investigaciones del GEA han ido dando pasos en ese sentido, desde inicios de los 90, con la intensificación de estudios geológicos que han enfatizado en aspectos petrográficos, mineralógicos y geoquímicas del cinturón de rocas ultramáficas en la zona sur del Lago Lanalhue, la región del Bío Bío y que se extiende como un rosario de afloramientos hasta río Bueno (región de Los Lagos) y más al sur, en Chiloé Continental.
Los últimos estudios del Instituto confirman la teoría de que las rocas peridotíticas estarían directamente relacionadas con la presencia del platino en las arenas litorales.
El parentesco entre ellas, como indica Osvaldo Rabbia, se explica “por un proceso de meteorización de las rocas peridotíticas, que generaron arenas con granitos de platino, que han sido arrastrados por los ríos hasta llegar al mar”.
Esto es, dice, “como haber llegado a la fuente del platino que está en la arena”.
Un estorbo en las minas de oro
En el grupo de platinoides, el platino es el elemento más importante, considerado uno de los más valiosos metales preciosos.
Se cree que los minerales de este grupo fueron usados en formas aleadas en la antigüedad, en Grecia y Roma. También habrían sido utilizados por las civilizaciones precolombinas.
Los MGP fueron mencionados por primera vez en la literatura europea a principios del siglo XVI. El explorador español Antonio de Ulloa que participó en una expedición por tierras americanas cita al platino en sus Observaciones astronómicas y físicas, describiéndolo como un cuerpo simple.
Justamente a los españoles se les atribuye el descubrimiento moderno del metal, en el siglo XVII, en la región de Choco en Colombia, en la explotación de oro, considerándolo un estorbo.
Hoy es platino supera con mucho el precio del oro. Y aumenta de año en año: entre 2005 y 2007, el valor varió de 800 a mil 300 dólares por onza (31 gramos). La demanda sólo para catalizadores (que representa el 50%) llegó el año pasado a 2 millones de onzas. La electrónica, vidrios, joyería, petróleo son otros de los ámbitos de aplicación del minera.
El platino se extrae en todo el mundo. La República de Sudáfrica, Rusia y Canadá, junto con Estados Unidos, Japón y Colombia, son los principales productores.
El rodio, otro elemento del grupo (que se usa en la industria química y de las joyas) subió entre 2005 y 2007, de mil 200 a 6 mil dólares la onza.
Esto muestra que se trata de un grupo que adquiere importancia creciente en el mundo, con amplias perspectivas de desarrollo.
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