La memoria histórica regional está en deuda con Virginio Gómez
En la celebración de su primer año de vida, la Logia Virginio Gómez, rindió un homenaje al médico angelino que la identifica, en el que se destacó su influencia en los distintos ámbitos del desarrollo de la zona en la primera mitad del siglo XX.
El homenaje, convocado a través del Centro Cultural Manquimávida, se llevó a cabo el 20 de junio en la casa masónica penquista y a él asistieron el secretario general, Rodolfo Walter y el jefe de gabinete, Luis Alarcón.
En la semblanza del médico, preparada por el historiador y académico de la facultad de Educación, Carlos Muñoz Labraña, se resaltó la contribución visionaria de Virginio Gómez a los estudios universitarios en el sur del país, al impulso de la industria química por medio de su idea de formar químicos industriales y al apoyo que brindó a la creación de un hospital clínico para Concepción, así como sus aportes en los estudios del valor energético de un buen número de alimentos.
La exposición matizada por relatos periodísticos de la época, ahondó en algunos aspectos de la personalidad de este hombre que adscribía a los principios laicos y su desempeño profesional en diversas instituciones (fue un gran médico y extraordinario clínico, como lo habría descrito Ohmar Wilhelm). No estuvieron ausentes las especulaciones en torno al alejamiento de Gómez de la casa de estudios apenas 5 años después de su puesta en marcha ni las extrañas circunstancias que rodean su muerte.
Parte importante de la narración del académico estuvo orientada al papel que Gómez desempeñó en la génesis del proyecto universitario impulsado por un grupo de ciudadanos penquistas. Labraña afirmó que fue el médico su más férreo defensor y quien opuso los fundamentos necesarios frente a los críticos de la iniciativa.
El investigador señaló que “a pesar de que la Universidad está próxima a cumplir sus primeros 90 años de existencia y a 52 años de la muerte del insigne médico angelino, la memoria histórica de la educación y la cultura regional, aún está en deuda con quien fuera uno de sus más preclaros promotores y defensores”.
Y esa deuda se aplica también al ámbito de su profesión. “Como una forma de rendir un homenaje al distinguido médico, en 1959 se decidió nominar el Hospital Clínico con su nombre, sin embargo, la ceremonia nunca se realizó, convirtiéndose el hecho en un enigma que hasta el día de hoy no tiene explicación”, puntualizó el académico.
[Portada] [Editorial] [Titulares][Agenda] [Panorama Web] [Buscar] [Anteriores] [Equipo] [Contacto] |