En la página más importante de Panorama UdeC (Edición Nº622) el director del departamento de Filosofía Señor Julio Torres M., con particular sindéresis, se refiere a los Cincuenta Años del Departamento de Filosofía de la Universidad de Concepción. Leo su texto y la emoción avanza –paradojalmente- a los recuerdos. Fue allá por 1957 que como alumno de cuarto año, siendo delegado estudiantil a la Facultad, acompañado del presidente del Centro de Alumnos de la Escuela de Educación, el recordado amigo José Fuica F. (Q.E.P.D.), me correspondió, argumentar y hacer la petición ante los directivos académicos de la época, en cuanto a la creación de un departamento de Filosofía. Mis propuestas no eran muy originales, el amigo de cursos superiores de pedagogía en Castellano, Edison Arias Arcos, considerado y respetado por su seriedad, aún en el Hogar Universitario donde residíamos, me había facilitado un discurso que el filósofo argentino Risieri Frondizi pronunciara en la Universidad de Oriente, Cuba. Decía él entre otros temas, que “una universidad sin filosofía es una universidad trunca”. Además, para reforzar nuestra petición señalé que la Universidad de Concepción, cuyo rector Don Enrique Molina Garmendia, era uno de los filósofos reconocidos en América Latina, debía contar con algún espacio donde la reflexión filosófica tuviera su hábitat. La propuesta fue bien recibida así lo han de registrar las Actas del Consejo de Facultad de esa época. Para José Fuica y para mí era un gran logro.
Prontamente, con el apoyo y estímulo del Profesor Gonzalo Rojas, a la sazón director del departamento de Castellano, se llamó a un concurso de oposición procedimiento usual para las cátedras universitarias de la época. Por cierto, los postulantes llegaron de Santiago. Fueron tres: Francisco (“Paco”) Soler, Enzo Mella Porras y Luis Fuentealba Weber. Así, en forma sucesiva los aspirantes efectuaron sus clases magistrales frente a profesores y alumnos de la Facultad. Los resultados se dieron a conocer de inmediato, favoreciendo al señor Soler, pero él, nunca supimos por qué, retiró su postulación y no sabemos tampoco por qué, regaló al Centro de Alumnos los viáticos de su viaje. Ante tal situación se resolvió que el primer profesor –director del departamento de Filosofía fuera el Señor Enzo Mella P.
Como epílogo recuerdo que cuando dimos cuenta en reunión del Centro de Alumnos de nuestras exitosas diligencias pro-filosofía, a los compañeros universitarios de la época no les provocó mayor reacción y creo que algunos hasta nos pifiaron.
Ahora, vista la intensa y fructífera labor cumplida por el departamento de Filosofía sólo cabe augurarle muchísimos años más de realizaciones y éxitos en la misión por cumplir.
Licer Viveros Cerda
Ex Alumno Ped. Castellano U.de.C. 1958